Los colombianos ven con buenos ojos que los niños venezolanos que están en el país reciban la nacionalidad. Pero no quieren que los mayores la tengan y tampoco que puedan votar. Están de acuerdo con que los venezolanos inviertan en Colombia, pero no les parece que deban competir con ellos por los puestos de trabajo. En resumen, a la cultura local aún le cuesta aceptar la migración.
Eso reveló una encuesta adelantada por el Proyecto Migración Venezuela que consultó a 1.006 colombianos de todos los estratos socioeconómicos en Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla, Cúcuta y otros 86 municipios del país, entre el 16 y el 26 de julio pasados.
En materia económica hay desacuerdo entre quienes interpretan la migración como un riesgo y los que la ven como una oportunidad. El indicador positivo muestra a dos de cada tres personas a favor de permitirles a los migrantes invertir en el país. Además, al hablar de acceso a empleo la favorabilidad alcanza el 62 por ciento.
Pero, paradójicamente, el 59 por ciento piensa que los venezolanos les quitan el empleo a los colombianos y solo el 34 por ciento considera que su capital humano hará crecer la economía.
“Vale aclarar que la cifra de desempleo no crece por la migración. Obedece al bajo crecimiento de la economía”, dijo Paula Escobar, directora del Proyecto. Recordó que en un periodo de un año se cerraron 481.000 plazas de trabajo y que la tasa actual de desocupación de los venezolanos en el país corresponde al doble de la de los colombianos.
Expertos en mercado laboral han dicho que la clave está en brindar documentos legales a todos los migrantes para que puedan trabajar y acceder a servicios, en igualdad de condiciones que los colombianos. Sin embargo, esta medida solo tiene el apoyo del 58 por ciento de los encuestados.
La clase media, según la encuesta, es la más reacia a las medidas de integración económica.
Dar la mano a los migrantes
La situación de los niños migrantes y de los hijos de venezolanos nacidos en Colombia despierta la solidaridad. La educación de estos menores obtuvo el respaldo de todos los estratos y, en total, 87 por ciento de los consultados estuvieron de acuerdo con facilitar su acceso al sistema educativo.
La opinión fue muy parecida ante la posibilidad de brindar la nacionalidad colombiana a los hijos de los migrantes nacidos en el país, que obtuvo la aprobación del 76 por ciento de los encuestados. De hecho, se hará realidad a partir del 20 de agosto cuando entre en vigencia la resolución 8470 de 2019 de la Registraduría, que le dará nacionalidad colombiana a cerca de 24.000 niños nacidos en Colombia de padres venezolanos.
La encuesta también reveló la preocupación de los colombianos por la situación de las poblaciones que acogen migrantes y reciben el mayor impacto de este fenómeno. El 72 por ciento estuvo de acuerdo con que el Gobierno apoye a las comunidades locales que reciben migrantes. “Las medidas que contribuyan a ayudar a la población colombiana reducen los conflictos entre locales y migrantes”, explicó Escobar.
Adicionalmente, el 51 por ciento consideró necesario facilitar la integración de los migrantes para el bienestar de Colombia en el largo plazo.
La migración venezolana representa retos en términos de costos y cobertura para brindar los servicios básicos a los venezolanos. Pero el 81 por ciento de los encuestados estuvo de acuerdo con que accedan a servicios de salud y educación.
Hasta ahí los colombianos parecerían aceptar la atención a los migrantes, pero el 50 por ciento los ven como una carga para los servicios sociales del Estado y al 63 por ciento le parece que su presencia aumenta los niveles de pobreza en el país.
La mayor solidaridad con los venezolanos se registró en los estratos bajos (1 y 2), de acuerdo con la encuesta.
La medida de otorgar la nacionalidad colombiana por dos años a los hijos de padres venezolanos nacidos en Colombia es una respuesta al riesgo de apatridia que enfrentan esos menores. | © ESTEBAN VEGA / SEMANA
Ganarse la nacionalidad
En un proceso de integración, la última fase es el acceso a derechos y deberes políticos, lo cual viene de la mano de la nacionalidad. Para el 63 por ciento de los encuestados este proceso debe surtirse a más tardar en los primeros 5 años. Y para el 18 por ciento los venezolanos nunca deberían tener nacionalidad colombiana.
Los encuestados mostraron rechazo frente a preguntas que indagaron por las medidas y políticas que podrían permitir la incorporación real de los migrantes a la sociedad colombiana.
La propuesta más impopular, según los resultados, planteaba darles a los migrantes el derecho a votar en las elecciones locales. Solo el 34 por ciento estuvo de acuerdo con esa afirmación. El menor porcentaje de aprobación estuvo en el estrato medio, donde apenas el 17 por ciento respaldó esa opción. En el estrato bajo, el 38 por ciento de los encuestados apoyó la idea de permitirles participar como electores.
Curiosamente, desde 2006 los residentes extranjeros no nacionalizados pueden participar en las elecciones locales y en consultas populares municipales.
Ideas negativas
Según el 38 por ciento de los consultados, los venezolanos ofrecen una oportunidad para el desarrollo de Colombia. A su vez, solo el 33 por ciento aseguró que la migración sacará lo mejor de los colombianos. Esto, pese a que la experiencia internacional muestra los beneficios de acoger procesos masivos de migración, como los casos de Canadá, Chile, Argentina y la misma Venezuela medio siglo atrás.
Además de revelar las principales opiniones sobre los venezolanos en el país, esta encuesta llama la atención por la incidencia de las ideas negativas sobre los venezolanos en los estratos altos. Sin embargo, resulta interesante la percepción de los encuestados de estratos bajos, que muchas veces conviven y hasta compiten con los migrantes, en medio de las situaciones difíciles que enfrentan.
En otros países que reciben migraciones se han presentado actos de xenofobia que van desde masacres en Estados Unidos hasta leyes europeas que criminalizan cualquier acto de apoyo a los migrantes. Esos ejemplos deberían servir de advertencia para que Colombia avance hacia integrar a los migrantes con políticas que prevengan la discriminación y garanticen la atención tanto de quienes llegan como de las poblaciones locales.
Por: Sara Prada @pradasaraca