AColombia se la puede percibir de muchas formas, pero definitivamente no como una nación para pedir asilo. La contradicción es evidente. Mientras el país es el mayor receptor de migrantes venezolanos, y acumula ya más de 17.000 solicitudes de asilo de ciudadanos de ese país, el Gobierno colombiano solo les ha otorgado el estatus de refugiado a 140 personas. Muy lejos en la tabla están naciones como Brasil, con 37.000 solicitudes aprobadas, o Estados Unidos, con cerca de 9.000.
¿Pero en qué radica semejante disparidad? Las razones pueden ser muy variadas. Para la socióloga Ligia Bolívar, directora del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello de Venezuela, tiene que ver con que Colombia cuenta con un sistema disuasivo, “que no invita a quien lo necesita a solicitar refugio”, dice.
En efecto, la figura de refugio tiene vacíos jurídicos sobre los derechos que cobijan al solicitante. La falta de un documento de identificación válido para emplearse, abrir un producto bancario u obtener un diploma es uno de ellos. Otro es la dificultad para vincularse al sistema de salud. El salvoconducto que expide la Cancillería durante el tiempo que tarda en resolver la solicitud, que por lo demás no está definido y puede ser incluso años, resulta insuficiente para integrarse a la sociedad.
De otro lado está el tema restrictivo en algunas etapas del proceso. Los solicitantes de asilo tienen hasta dos meses después de entrar al país para presentar su caso individualmente ante la Cancillería. En contraste, naciones como Chile o Perú permiten conceder el estatus de refugiado de manera grupal, lo que acoge a un amplio número de personas sin desgastar a las entidades migratorias en procesos individuales.
Esa posibilidad de brindar el refugio a poblaciones enteras es especialmente importante para el caso de los venezolanos. El alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) ha emitido recomendaciones en ese sentido, pues reconoce que muchos de estos ciudadanos salen de su país forzosamente. De hecho, hace poco la agencia de la ONU creó una categoría para definir la situación de la gran mayoría de venezolanos: desplazados en el extranjero.
En su discurso, el presidente Duque también lo ha manifestado así. Constantemente recuerda que en Venezuela hay una dictadura que viola sistemáticamente los derechos humanos. Sin embargo, pese a que los acuerdos internacionales que ha suscrito Colombia hacen de esta razón una causal para brindar protección internacional, ni las cifras ni los procedimientos muestran esa disposición del Estado colombiano.
La directora de la Clínica Jurídica para Migrantes de la Universidad de los Andes, Carolina Moreno, llama la atención sobre la necesidad de reformar el sistema de asilo en el país, no solo porque no resulta garantista sino porque es obsoleto y no tiene la capacidad de atender la crisis migratoria que hoy experimenta Colombia.