A través de la Fundación colombo venezolana Nueva Ilusión, Patricia Salguero presta asistencia humanitaria a migrantes y caminantes que hacen una parada en Norte de Santander.
Por Nora Sánchez – Periodista Te lo Cuento News
Veintitrés años vivió en Venezuela Patricia Salguero, colombiana, quien migró hacia el vecino país huyendo de la violencia producto del conflicto armado interno. En 2015 decidió regresar al país, cuando el régimen de Nicolás Maduro deportó a cientos de colombianos vinculándolos con grupos paramilitares.
Patricia llegó a Cúcuta algo desorientada en cuanto a la vida en Colombia y por interés propio comenzó a informarse para que sus nietos obtuvieran la nacionalidad, pudieran insertarse al sistema educativo y hacer vida como cualquier ciudadano, al igual que sus tres hijos, adolescentes para esa época.
Hizo su propia hoja de ruta, se documentó y se integró a la sociedad del país de sus raíces, pero todo ese periplo por instituciones del Estado y ONG y su deseo de ayudar y servir, la motivó a crear una fundación que prestara asistencia a colombianos retornados y migrantes venezolanos.
Así nació en el año 2015 la Fundación colombo venezolana Nueva Ilusión, con el firme objetivo de orientar a los colombianos retornados en trámites como la nacionalización, la ruta a seguir para insertarse al sector educativo y laboral, entre otras gestiones que requieren sus connacionales.
Alimento por un trimestre
Con el centro de operaciones en el municipio Los Patios del departamento Norte de Santander (Cúcuta), la fundación ya suma seis años de actividades en pro de cientos y miles de emigrantes y de población de permanencia que ha llegado tanto a Cúcuta como a Los Patios.
En el año 2018, Patricia Salguero abrió un albergue y un comedor humanitario para atender a todos aquellos migrantes que hacían su parada en Norte de Santander. Allí dio cobijo a 800 migrantes venezolanos, cifra que se duplicó cuando se dio el fenómeno de los migrantes caminantes.
Para alimentar a los migrantes, la Fundación colombo venezolana Nueva Ilusión recibe asistencia desde hace cinco años de World Central Kitchen, organización que responde a emergencias, proporcionando comida nutritiva a personas impactadas por crisis humanitarias, climáticas y comunitarias.
La asistencia que presta Patricia a través de su fundación es temporal, el comedor es por tres meses, tiempo en el que espera que quienes se quedan en Colombia o Norte de Santander ya comiencen a establecerse. Sin embargo, la ayuda humanitaria no termina allí, pues Patricia también gestiona con otras oenegés asistencia alimentaria para migrantes que con su núcleo familiar requieren por más tiempo ser alimentados.
Siguen los caminantes
La población migrante que llega a Cúcuta varía constantemente. Patricia Salguero asegura que no es estática ni en la forma y la manera como se migra, ni en la cantidad de personas, pues asegura que a diario llegan a Colombia nuevas familias de venezolanos buscando mejor calidad de vida.
“El fenómeno de migrar caminando no ha cesado”, dice, y su aseveración la fundamenta en la cantidad de venezolanos que atiende con alimentación y asistencia en el comedor y el centro de atención de Los Bahos, ubicado en la salida del departamento.
Son cerca de 160 personas diarias a quienes esta fundación le suministra hoy día alimentos y asistencia en plena ruta de los caminantes. Algunos le manifiestan su intención de seguir la ruta hacia otro país y otros se quedan, hacen una pausa mientras encuentran trabajo y generan algo de dinero que les permita irse a otra nación en otras condiciones diferentes a la de caminar miles de kilómetros.
Buscan zapatos para donar
Las actividades humanitarias en pro de los migrantes y colombianos retornados de la Fundación colombo venezolana Nueva Ilusión son diversas y el trabajo es repartido entre 25 voluntarios que integran esta oenegé, la cual, además de proporcionar alimento, asesoría y acompañamiento, también forma a mujeres líderes colombianas y venezolanas en talleres de violencia basada en género y rutas de financiamiento.
Patricia pierde de vista la cantidad de migrantes venezolanos que ha visto pasar por Norte de Santander, asegura que la migración venezolana no ha terminado y que el fenómeno de los caminantes mucho menos. Es por ello que hace un llamado a quienes puedan colaborar donando ropa y zapatos lo hagan, pues “muchos de los migrantes llegan aquí con los zapatos molidos, sin suela, rotos de tanto caminar”.
Los zapatos terminan siendo un insumo importante para los migrantes, tanto así que Patricia recuerda que en diciembre de 2021 junto a otra fundación entregaron más de 5 mil pares de zapatos nuevos a los caminantes venezolanos.
Tras seis años ejerciendo esta loable tarea de ayuda y asistencia a los migrantes, Patricia Salguero sigue tendiendo la mano a los connacionales que la recibieron cuando ella dejó Colombia.
Para los interesados en donar zapatos nuevos o usados, así como ropa y cobijas, pueden contactar a la fundación a través del número telefónico 312-2718129 o en su cuenta en Instagram @nuevailusionfundacion.
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