El panorama no parece mejorar para Juan Guaidó. El líder opositor que en enero de este año se proclamó presidente interino de Venezuela, y tres meses después ejecutó un plan para sacar a Nicolás Maduro del poder, en la tarde de este lunes recibió otro revés. Pocas horas luego de que Guaidó informara que los diálogos con el Gobierno llegaron a su fin, el gabinete presidencial anunció una jugada sorpresiva: firmaron un pacto con otro sector de la oposición y planean iniciar nuevos diálogos en una llamada ‘Mesa Nacional por Venezuela’.
“Hoy se ha firmado un acuerdo que abre las puertas hacia un gran diálogo para la paz, la convivencia nacional”, dijo Maduro en una alocución televisiva. Suscrito inesperadamente ante miembros del cuerpo diplomático, el pacto prevé el retorno inmediato del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) al Parlamento (único poder controlado por la oposición), del cual se retiró en 2016.
Tras 17 años de hegemonía chavista, la pérdida del Parlamento en 2015 marcó el inicio de la actual crisis política, que, junto con la económica, ha llevado a la migración masiva de millones de venezolanos. Por eso, la mesa de diálogo permanente que Guaidó y Maduro establecieron en julio de este año, auspiciada por Noruega en la isla Barbados, presentaba la oportunidad de encontrar una salida negociada al choque de poderes.
Sin embargo, los diálogos enfrentaron obstáculos desde el principio. Para empezar, los negociadores de cada sector declaraban que la mesa tenía objetivos distintos: para la oposición, la meta era sacar a Maduro del poder; en cambio, el oficialismo buscaba “conseguir la paz y superar las diferencias políticas por vía democrática”. Además, parte de la población dejó de creer en los diálogos y criticó al líder opositor por negociar con el Gobierno, a quien le pedían apoyar una intervención armada.
Esto, sumado a declaraciones desafortunadas de ambas partes, a los choques diplomáticos por la presencia de actores armados colombianos en Venezuela y a las sanciones de Estados Unidos, llevó a que los diálogos se congelaran en agosto. Aunque la decisión la tomó Maduro en un primer momento, este domingo Guaidó aseguró que la mesa se había disuelto definitivamente. Según él, el oficialismo, que enfrenta un rechazo popular de acuerdo con encuestas, en realidad abandonó la mesa por su negativa a nuevas elecciones.
Guaidó también reveló la propuesta de la oposición durante la mesa de diálogo en Barbados, que incluía la “salida de Maduro”, la renuncia del opositor a “la presidencia encargada” y la conformación de un “consejo de gobierno” que diera entrada a ayuda humanitaria y convocara a nuevas elecciones.
El pacto
El escrito compromete a cuatro movimientos con presencia minoritaria en el Congreso, presidido por Guaidó. “Se incorporarán a la Asamblea Nacional la fracción del PSUV y las fracciones aliadas”, señala el acuerdo, para el que Cuba, principal aliado de Maduro en la región, reclamó apoyo internacional. Entre los partidos que firmaron el documento se encuentran los del excandidato presidencial Henry Falcón y los dirigentes Timoteo Zambrano y Claudio Fermín, a quienes otros opositores vinculan frecuentemente con el chavismo.
Las reacciones no se han hecho esperar. Dirigentes opositores rechazaron el pacto, que plantea un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE), la posible excarcelación de opositores y un canje de crudo por alimentos y medicinas. Según el diputado Carlos Berrizbeitia, el acuerdo “sólo busca mantener a Maduro en (el palacio presidencial de) Miraflores”.
“Se busca desplazar a la figura de Guaidó, muy atacada ya por otro sector de la oposición más radical. Hoy se ha formalizado la existencia de una tercera oposición a la medida del gobierno”, comentó a la AFP Andrés Cañizalez, experto en comunicación política. Además, las fotos en las que el opositor aparece junto a miembros de los Rastrojos también han debilitado su figura en las últimas semanas.
*Con información de AFP
Por: Proyecto Migración Venezuela @MigraVenezuela