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La desnutrición, un mal que los menores venezolanos viven desproporcionadamente

En el 2020 se registraron 10.973 notificaciones de niños con desnutrición aguda moderada, o severa; de los cuales 685 son pequeños provenientes de Venezuela. | Por: MARIO FRANCO

En 2020, el Ministerio de Salud notificó 10.973 casos de niños con desnutrición aguda moderada o severa. De estos, 685 (6,2%) son venezolanos. Hasta el mes de abril se han reportado 2.806 nacimientos de madres venezolanas. Y de este grupo, 244 presentaron bajo peso al nacer.

Cuando ve llegar familias de venezolanos con niños pequeños a los puntos de atención de  caminantes en la vía Cúcuta- Pamplona, la voluntaria de la Red Humanitaria, Vanessa Peláez, no sale de su asombro. En una ocasión le conmovió atender a un niño de dos años que pesaba menos de ocho kilos, cuando debería pesar unos 12 aproximadamente. 

“La mayoría de los niños venezolanos están llegando a Colombia en extrema vulnerabilidad y con evidentes signos de desnutrición”, dice Peláez lamentando además que algunos menores cuentan que nunca se han tomado un vaso de leche o que se comen un huevo entre cuatro personas. Para ellos, el menú más frecuente es plátano o yuca con sofrito de tomate y cebolla. 

Brindarles alimentos preparados en los puntos humanitarios a estos niños resulta emotivo pero al mismo tiempo termina siendo un momento de tristeza para los voluntarios de las ONG a lo largo del trayecto. Los comentarios de niños y adultos siempre son los mismos: “Hacía mucho tiempo que no comíamos pasta o pollo”. “A veces comemos dos veces al día o solo comemos una vez a las dos de la tarde porque no hay nada en la casa”.

Esta realidad de los niños migrantes venezolanos en tránsito con sus familias no es distinta a la que viven los menores provenientes de Venezuela y que ya están radicados en el país. En el barrio La Reforma Baja, de Usme, en el sur de Bogotá, el pequeño Neiler Camilo Pirela toma por teteros una preparación licuada de arroz o pasta hervida con agua, azúcar o panela.  Tiene casi tres años, pero su apariencia es la de un bebé de año y medio. 

De acuerdo con cifras del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), durante el año 2020 fueron atendidos 101.917 menores de edad venezolanos, entre ellos 2.921 niños y niñas en riesgo de desnutrición y mujeres gestantes con bajo peso a través de la estrategia nutricional ‘Mil días para cambiar el mundo’, y 3.516 entre 6 a 17 años en el programa Generaciones 2.0.

A cierre del año 2020 hubo en el país 9.956 nacimientos de madres venezolanas. Y de ellos, 830 bebés presentaron bajo peso al nacer, según las estadísticas vitales manejadas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane). Hasta el mes de abril de este año se han reportado 2.806 nacimientos de madres del vecino país. Y de estos, 244 presentaron bajo peso al nacer.


La desnutrición infantil deja cifras alarmantes en el vecino país. En 2020, Cáritas de Venezuela advirtió que 73% de los casos de desnutrición ocurría en niños menores de cinco años durante la pandemia. Una data preocupante, pues 20% corre el riesgo de llegar a casos agudos.


La desnutrición, un mal que los menores venezolanos viven desproporcionadamente
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Ppor cada 10.000 niños diagnosticados con desnutrición aguda o moderada, 634 son  migrantes venezolanos  

Zulma Fonseca, directora de nutrición del ICBF, explica que el indicador de referencia para esta institución es bajo peso al nacer, el cual se considera cuando un bebé tiene un peso igual o menor a 2.400 gramos, y este no se debe necesariamente a deficiencias por falta de alimentos de las madres gestantes, sino a  diversos factores como ambientales, individuales, infecciones respiratorias, diarreas o interrupción de la lactancia materna. 

La desnutrición es un mal silencioso que no distingue acentos ni nacionalidad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unicef, se clasifica en desnutrición aguda moderada cuando hay afectación del peso; y severa o desnutrición crónica cuando además de un peso alterado también repercute en la talla.

En el año 2019, el Sistema Nacional de Vigilancia de Salud de Colombia contabilizó 17.454 notificaciones de niños con desnutrición aguda moderada o severa. De estos, 1.018 (5,8%) corresponden a niños de nacionalidad venezolana. Y en el 2020 registraron 10.973 notificaciones de niños con desnutrición aguda moderada o severa, de los cuales 685 son provenientes del vecino país, es decir, que por cada 10.000 niños diagnosticados con esta enfermedad, 634 son venezolanos. Una cifra mucho mayor a su proporción en la población infantil colombiana.

Las alarmas se encendieron porque en el 2018 se notificaron 343 muertes de niños por desnutrición en el país. Y de estos 46 (13,4%)  eran de nacionalidad venezolana. En el 2019 fueron notificados 325 muertes de infantes, de los cuales 46 (14,1%) también eran venezolanos. La tasa de mortalidad asociada a desnutrición es muy elevada en niños venezolanos: por cada 10.000 migrantes ocurren 1.415 decesos. 

Porque se vio un incremento de la mortalidad de menores asociada a la desnutrición en la población migrante venezolana, la directora de nutrición del ICBF asegura que este organismo activó campañas de prevención de la desnutrición de los bebés con bajo peso al nacer, en articulación con el despacho de la Primera Dama y la Consejería de Infancia y Adolescencia.

“Lamentablemente muchos de esos niños y niñas llegaron al país con una situación crítica de desnutrición, por eso venimos reforzando los programas y acciones para disminuir las muertes de los menores de cinco años”, acota Fonseca, quien precisa que como plan de trabajo se priorizaron 11 departamentos donde hay más altas tasas de mortalidad: Arauca, Cesar, Chocó, Guainía, La Guajira, Magdalena, Meta, Nariño, Norte de Santander, Risaralda y Vichada, de los cuales  seis de ellos están ubicados en zonas de frontera con Venezuela. 


Ante el interrogante de las consecuencias que trae para un bebé nacer con bajo peso, Fonseca explica que esta condición trae un rezago para el niño, frente a su escala normal de crecimiento, y de cara a las ventajas que tendrían los otros niños con peso normal. “Afectaría su desarrollo cognitivo y sería un rezago en las capacidades individuales para crecer y aprender. La desnutrición genera un mayor riesgo y carga de morbilidad y mortalidad si no se interviene a tiempo”, puntualiza.


En la ciudad de Cúcuta se contabilizaron 40 niños migrantes venezolanos con desnutrición aguda, entre los
meses de enero hasta abril de 2021,
 según los casos notificados por las IPS del municipio al Sistema de Vigilancia en Salud Pública.


Tal como se ha evidenciado en estudios de Naciones Unidas, la llegada de la pandemia agudizó los niveles de vulnerabilidad de la población migrante venezolana en los países de acogida, y Colombia no es la excepción. Según reveló la Encuesta de Calidad de Vida e Integración de los Migrantes Venezolanos en Colombia, realizada por el Proyecto Migración Venezuela, el 25,8 por ciento de los hogares venezolanos con vocación de permanencia tuvo al menos un miembro que no consumió ninguna de las tres comidas por falta de dinero uno o más días de la semana previa a la encuesta, realizada entre el 5 y el 17 de diciembre de 2020 a 1.604 hogares.

Los resultados de esta encuesta mostraron un dato dramático, el 51,7 por ciento de las migrantes venezolanos encuestados se encuentran en situación de pobreza multidimensional, lo que contrasta con un 17,6 por ciento para la población colombiana. 

A pesar de las campañas de prevención de la desnutrición dirigidas a los niños y niñas provenientes de Venezuela en las zonas fronterizas y en las ciudades de acogida donde hay más refugiados y migrantes, hay una realidad que sigue pasando factura: el riesgo de muerte en estos pequeños con desnutrición es nueve veces mayor que en aquellos bien alimentados y en condición normal de salud. 

Por: Milagros Palomares @milapalomares