Desde que el líder opositor Juan Guaidó asumió el cargo de presidente interino de Venezuela en febrero de este año empezó a designar diplomáticos en otros países. En Colombia, eligió al petrolero y político Humberto Calderón Berti como embajador. Hasta hace tres días, Calderón Berti se desempeñó como la cara visible de la oposición en Colombia.

Pero el jueves 28 de noviembre, Guaidó notificó, a través de una carta, a Humberto Calderón Berti su decisión de retirarlo del cargo que ocupaba como embajador en Colombia. Sin entregar ninguna explicación para esta medida, Guaidó solo aseguró que la decisión se debe a su propósito de “lograr los objetivos trazados” en su plan para conseguir el cese de las usurpación, un gobierno de transición y elecciones libres. 

Aunque en ese momento Calderón Berti tampoco dio más explicaciones al respecto, el diario venezolano El Nacional publicó una versión según la cual la destitución resultaba de un plan para desestabilizar al gobierno interino. El medio reveló que, según una fuente cercana a Guaidó, “se descubrió que (el embajador) estaba en una conspiración paralela para sacar del juego a Guaidó”.

La misma fuente le dijo a El Nacional que en ese plan también estarían involucrados Maikel Moreno, presidente del Tribunal Supremo de Justicia, una persona cercana al ministro de Defensa, Vladimir Padrino, y un personaje influyente de los medios de comunicación venezolanos. El objetivo de este complot sería, según los testimonios recogidos, acelerar el proceso de transición para el restablecimiento de la democracia. 

Sin embargo, este viernes en una rueda de prensa Calderón Berti dismintió esta versión y acusó al equipo de Guaidó. Para empezar, el exembajador dijo que en el círculo del opositor “había un mal manejo de las cosas. No lo inventé yo. Las autoridades colombianas me dieron la alerta y me mostraron documentos donde se hablaba de prostitutas, licor”. Según esta versión, algunos miembros de la embajada conocieron casos de “doble facturación” y él decidió iniciar una auditoría.

Hace unos meses los medios conocieron acerca de esta investigación, enfocada en las denuncias de la presunta apropiación de al menos 100.000 dólares donados por la comunidad internacional para atender a los migrantes venezolanos en Colombia. Esos recursos estaban destinados a brindar auxilio para un grupo de militares que desertó de las fuerzas armadas venezolanas, reconoció el mandato de Guaidó y llegó a Cúcuta huyendo de la represión. A pesar del escándalo que generaron los señalamientos y los anuncios de las pesquisas, Calderón Berti no dio a conocer el resultado o avance de la investigación en sus declaraciones.  

Ante los pronunciamientos de Calderón Berti, el Centro de Comunicación Nacional, entidad aliada a Guaidó, compartió un comunicado en el que confirman su voluntad de que “las autoridades correspondientes investiguen hasta las últimas consecuencias. En respeto a las instituciones, espera por los resultados de la Fiscalía colombiana con la seguridad de que su conclusión será respetada”. Además, reiteró la transparencia del gobierno.

El exembajador también reconoció que la relación entre él y Guaidó “hace meses no existe”. Esto también genera dudas sobre cómo está funcionando el gobierno del líder opositor, así como sus fichas diplomáticas en los países latinoamericanos.

Mientras Guaidó designa a un nuevo representante en Colombia, El Nacional reportó que lo más probable es que quede a cargo de Julio Borges, comisionado presidencial para las relaciones exteriores de Venezuela y el partido Primero Justicia, del excandidato presidencial Henrique Capriles. Según las fuentes citadas por el diario, “ellos fueron los que nombraron a Calderón Berti”.

*Con información de BBC
 

Por: Proyecto Migración Venezuela @MigraVenezuela