La embajada de Venezuela en Washington, objeto de pugna entre el gobierno de Nicolás Maduro y el opositor Juan Guaidó sigue ocupada por activistas chavistas pero Estados Unidos dijo este jueves estar dispuesto a desalojarlos si así lo dispone el presidente interino. El representante especial de Estados Unidos para Venezuela, Elliot Abrams, dijo que corresponde al representante de Guaidó decidir el momento de la salida de los activistas que ocupan la embajada hace dos semanas.
“Este es un asunto que debería ser discutido entre el embajador Carlos Vecchio y las fuerzas de seguridad”, dijo Abrams en rueda de prensa en Washington antes de que los activistas celebraran una protesta a la que acudieron unas 60 personas, según los organizadores. El edificio está cubierto de pancartas que dicen “Las manos fuera de Venezuela” y “No a la guerra por el petroleo” y por un gigantesco lienzo amarillo con una bota militar pateando al planeta Tierra con el mensaje “No al golpe”.
Abrams indicó que es un “territorio soberano venezolano” y dijo que los activistas, que ocupan desde hace dos semanas el edificio con la anuencia de los diplomáticos del gobierno de Nicolás Maduro, “tienen que irse”. Un grupo de militantes de varias organizaciones de izquierda protestan desde hace dos semanas durmiendo dentro del edificio de cuatro plantas ubicado en el elegante barrio de Georgetown, en Washington, para evitar, según la plataforma pacifista Code Pink, que “la oposición venezolana tome el edificio diplomático que pertenece al gobierno electo”.
La sede está cerrada al público, después de que la mayoría de los diplomáticos dejaran el país tras perder su estatuto, cuando Estados Unidos se convirtió en uno de los primeros países en reconocer a Guaidó como presidente interino. Los últimos funcionarios que quedaban oficialmente como emisarios extranjeros, por ser representantes ante la Organización de Estados Americanos (OEA), ya abandonaron la instalación.
El plazo para que la delegación de Maduro abandonara el edificio expiraba este jueves, pero los activistas aseguran que no se moverán. Medea Benjamin, militante de Code Pink, calificó la toma como algo “sin precedentes”. “Creo que nunca antes en la historia de nuestro país personas comunes y corrientes han dicho que no van a dejar que un grupo de personas sin legitimidad vengan y tomen el control de una embajada”, dijo durante la protesta.
Para Benjamin, “la oposición no tiene el derecho de estar aquí” y argumentó que el gobierno de Maduro “fue electo, que está en el poder y que es reconocido por la ONU”. “Hay ciudadanos de los Estados Unidos que sabemos muy bien cuál ha sido el resultado de nuestras intervenciones en América Latina (…) y estamos tratando de evitar eso y eso es una cosa pequeña que podemos hacer para mostrar al mundo que estamos en contra de las políticas intervencionistas de nuestro gobierno”, agregó.
No obstante, Abrams dijo que no se permitirá “esta violación de la ley”. “Hay un embajador venezolano ante Estados Unidos y él les dijo que tenían que irse”, argumentó.
Mara Verheyden-Hilliard, abogada de la Asociación para la Justicia Civil, que fue invitada a hablar por los convocantes, alegó que la presencia de los activistas es legal. “Todas las personas que han estado acá, que han estado dentro, lo han hecho con la invitación de quienes legalmente están a cargo del edificio. Esta es una presencia legal”, dijo durante la protesta. Para la abogada las personas que duermen en la embajada “han establecido un inquilinato” que es legal “según las leyes del Distrito de Columbia”.
*Con información de AFP
Por: Proyecto Migración Venezuela @MigraVenezuela