Su pasión por el séptimo arte llevó a Ingar Lieber García a estudiar cine en Francia. Ahora, en Colombia se siente orgulloso de formar parte de la ola cinematográfica del país.
Por Angélica Antía Azuaje – Periodista de Te lo Cuento News
Ingar Lieber García es un cineasta venezolano que ha encontrado, por ahora, su hogar en Colombia. Con una carrera que comenzó en Francia, ha logrado destacarse en la industria cinematográfica. Migró de Venezuela hace más de 20 años, se fue a vivir a Francia porque tenía ganas de seguir aprendiendo cine. “Estudié en París, en el Conservatorio Libre de Cine Francés, ahí hice mis dos años de carrera”, recuerda.
Luego de graduarse, García comenzó a trabajar en la industria cinematográfica francesa donde dirigió varios cortometrajes y documentales. Al poco tiempo se casó y tuvo dos hijos. Actualmente, Ingar es franco-venezolano. Sin embargo, su vida dio un giro cuando decidió nuevamente emigrar en el 2021 a Colombia en busca de nuevas oportunidades. Coincidió además con que a su esposa, que es profesora, la trasladaron al liceo francés de Bogotá, por lo que piensan quedarse al menos tres años más.
Por cosas del destino llegó al país cafetero para trabajar en un proyecto cinematográfico con la productora de su primo Franklin García Curbelo. De hecho, ambos sacaron la película Relatos del exilio, que les ha abierto muchas puertas.
“Nos invitaron a ser aliados del proyecto aquí en Colombia para ayudar a nuevas producciones, a buscar incentivos y seguir haciendo películas con Orenoquefilm. Ya tenemos al menos dos proyectos en camino, uno es La Berraca Demoiselle, del género romcom (romance y comedia), con la participación de dos actores venezolanos. También hay otra película que está en etapa de desarrollo que se llama Salvajada, que será protagonizada por el actor venezolano Vicente Peña”, comenta.
Con La Berraca Demoiselle espera capturar la atención del público y la crítica, demostrando una vez más que el talento venezolano en Colombia está en constante evolución y crecimiento en el mundo del séptimo arte.
“Es un proyecto muy lindo que une a dos naciones, Colombia y Francia. En mis producciones trato de incluir siempre a mi país, Venezuela; a Francia y en todo caso a Colombia, porque es donde estoy viviendo”, agrega.
Ingar revela que “la película cuenta la historia de una chica francesa que se enamora de un colombiano estando en París y deciden venir a tener una aventura en Colombia. Presenta todo el caos del choque cultural, de la francesa en una finca, cuando ella tenía otra idea de Colombia. Es una comedia romántica muy entretenida, que yo espero que divierta a muchas personas aquí, en Latinoamérica y en Francia”.
Sobre la experiencia de trabajar con su primo, el también cineasta Franklin García Curbelo, Ingar no duda en elogiarlo: “Somos como hermanos, crecimos juntos, siempre hemos estado creando y tratando de hacer películas desde niños, somos muy cinéfilos, nos encanta ver películas, amamos discutir temas sobre ellas. He aprendido muchísimo de él, pues es una persona súper abierta, muy inteligente, muy perspicaz, y creo que él también ha aprendido de mí muchas cosas. Trabajar con él es muy fácil, es como estar todos los días creando con tu familia”.
En torno a su evaluación del cine latinoamericano, Ingar resalta que por ahora quiere hablar más de lo que se hace en Colombia. “La verdad es que estoy sorprendido de la calidad de producciones que se están realizando actualmente acá. Me siento orgulloso de formar parte de esta ola que se está creando en estos momentos y ojalá pueda extenderse a países vecinos. Quiero hacer cine en Venezuela, pero, por ahora, mi primo y yo queremos seguir aportando nuestro granito de arena para que el cine latinoamericano y colombiano siga creciendo”.
Respecto al reto que tiene por delante el cine venezolano, remarca que las producciones criollas necesitan más personas que lo disfruten. “Yo no estoy de acuerdo con eso que dice mucha gente de ‘apoyar’ el cine venezolano; creo que más bien que hay que disfrutarlo y quererlo. El apoyo tiene que venir de las instituciones que están para eso, para que los cineastas cuenten con un respaldo firme, en el cual todos nos podamos sentir con bases sólidas para hacer films nacionales. A mí me encantaría, es mi sueño producir y dirigir películas en Venezuela”.
Talento venezolano
Ingar ha procurado que sus producciones sean mixtas, es decir, que siempre incluyan a los paisanos venezolanos de alguna u otra manera. “En ‘Orinoquefilms’ estamos conscientes de que somos una productora multicultural: Francia, Colombia y Venezuela están siempre presentes, es por ello que tratamos de llamar a nuestros amigos, más allá de su nacionalidad. Nos importa la gente que esté comprometida y que realicemos un trabajo con la mayor armonía y honestidad”.
En cuanto a sus metas a futuro, Ingar afirma que no le quita el sueño llegar a Hollywood. Para él, lo más importante es seguir haciendo cine, contar historias que impacten y llegar a un público cada vez más amplio. Sostiene que el cine es una herramienta poderosa para cambiar el mundo y es por eso que seguirá trabajando con pasión y dedicación para llegar muy lejos.
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