Con el dinero que le quedó de la venta de un camión, se compró un carrito en el que vende los aguacates. Los compra en la central mayorista, los madura y los vende en la Avenida Rojas.
Por Luis Molina – periodista Te Lo Cuento News
Ogly José Castro era Operador III en funciones de especialista de fractura hidráulica en la plataforma petrolera BJ 3 en el Lago de Maracaibo. A los 58 años de edad, perdió su trabajo luego de que cerraran dos contratistas de Petróleos de Venezuela (PDVSA), empresas de cementación petrolera y estimulación de pozos, BJ Services Company y Cementaciones Petroleras Venezolanas S.A. (Cpven).
El 17 de enero de 2023, Castro, oriundo de Ciudad Ojeda, Estado Zulia, vendió en 1.700 dólares el camión 350 con el que se había ganado la vida desde entonces transportando tuberías y otros materiales y decidió viajar a Colombia
“Decidí invertir aquí en Bogotá. Gracias a Dios y gracias a esta ciudad que nos abrió las puertas para trabajar y poder ayudar a mi familia que dejé en Venezuela”, dice.
En Bogotá encontró un negocio en el que invirtió el dinero que le había quedado de la venta del camión: vender aguacates en la Avenida Rojas.
Semanalmente, los compra en Corabastos y los vende con un carrito que compró: “Voy y traigo por kilos y estoy vendiendo. Tengo aguacates verdes madurando y ahí voy”.
Este oficio de la venta de aguacates lo aprendió de otro venezolano que tiene 7 años en esa actividad y le ha ido bastante bien. De allí el emprendimiento denominado “Aguacates Don Ogly & JM”.
Reside en el barrio Bosque Popular de Engativá, ubicado cerca del lugar donde vende los aguacates. Los clientes le tienen confianza, dice, “porque lo conocen a uno de aquí y sabe que es de buena familia”.
En cuanto a su estatus migratorio en Colombia, confiesa, que por no tener pasaporte y por ende no haberlo sellado al entrar al país, no ha podido optar al Permiso por Protección Temporal (PPT), es decir, que está a la deriva en cuando a la Seguridad Social y acceso al Sistema de Salud de Colombia.
“Fui a tramitar el permiso y todavía no logré sacar el PPT, porque pasé la frontera sin sellar el pasaporte. Contaba con un pasaporte viejísimo que venció en 1995 y no me lo aceptaron. Y no tengo acceso a la salud”.
Igualmente, el vendedor señaló que ese estatus migratorio le impide recibir algún tipo de ayuda o protección de parte de los organismos nacionales e internacionales que atienden a los migrantes en Colombia.
Ogly vive con su hija menor, que tiene 4 años en Bogotá, y con su nieta. Su esposa se quedó en Ciudad Ojeda, Municipio Lagunillas, Estado Zulia, con su hija mayor y un hijo, que es el único que trabaja en Venezuela para ayudar a la familia.
No sintió miedo de emigrar a otro país: “Decidí emigrar a Colombia porque si seguía en Venezuela no me iba a quedar nada. La platica que recibí cuando vendí el camión me la comí allá, ya que la situación en Venezuela es muy difícil con un dólar en 34 bolívares y los precios de los alimentos al doble de lo que se consiguen en Colombia, con eso le digo todo”.
“Aquí vivo arrendado y, gracias a Dios, las venticas de aguacate nos dan para pagar el arriendo y subsistir y enviar algo a mi familia en Venezuela”.
Sobre cómo lo recibe el colombiano que le compra sus aguacates indica que muy bien: “Un trato muy amable, son muy cordiales y se les trata de la misma manera, porque al cliente hay que tratarlo bien”.
Hasta el momento no ha sido víctima de xenofobia, más bien se siente muy feliz de cómo lo han recibido los colombianos y está muy agradecido por ello.