Con solo 60 dólares en su bolsillo, Néstor decidió preparar los snacks más famosos de Venezuela llamados “Tequeños”. Hoy, “Tequepops” es todo un éxito.
Por Angélica Antía Azuaje – Periodista Te lo Cuento News
La vida de Néstor Briceño dio un giro de 180 grados cuando decidió emigrar a Argentina. Originario de Maracaibo, estado Zulia, el ingeniero industrial con experiencia en talleres de latonería y pintura, trabajó en Petróleos de Venezuela Industrial. Al llegar a Buenos Aires en febrero de 2016, consiguió trabajo en una metalúrgica.
“Cuando me vine a Argentina mi idea no era emprender, venía a buscar trabajo en mi área. De hecho, así fue. A los dos meses de mi llegada me convertí en jefe de fábrica en una metalúrgica y estuve allí un año y cuatro meses”, recuerda.
Sin embargo, la empresa pasó por una crisis económica que lo llevó a reinventarse y buscar nuevas oportunidades de negocio. Con tan solo 60 dólares en su bolsillo, Briceño decidió poner en marcha un emprendimiento con un producto que conocía muy bien: los famosos “tequeños”, unos snacks muy populares en Venezuela, que consisten en palitos de queso envueltos en masa de harina de trigo fritos en aceite.
La apuesta por los tequeños
Comenzó a preparar tequeños para compartirle a sus amigos y gustaron mucho, entonces sacó cuentas y vio la oportunidad de negocio. “Empecé a vender más y así fue como decidí renunciar a mi trabajo y abrir formalmente Tequepops”.
Argentina y su gente le dieron la oportunidad, dice. “Es un país hermoso con gente maravillosa que no te ve nunca como un extranjero. Además, su cultura gastronómica es gigante, a ellos les encanta probar, y al Tequeño lo adoptaron desde el primer momento”, recuerda.
En un principio Néstor le vendía a puros venezolanos, no pensaba comercializarlo a los argentinos porque no lo conocían. Pero a través de él, los probaron y comenzaron a comprarle, así que decidió trabajar más para conquistar el mercado argentino.
Su plan era todo un reto, la inflación actual en el país sureño, sumado a otros problemas, dificultan las iniciativas de los emprendedores. No se amilanó, sabía de la calidad de su producto y vio como una ventaja que no fuera conocido.
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Paso a paso
Tequepops sedujo al paladar bonaerense y se ha expandido a otras regiones de la tierra de Leonel Messi. Se diferencia de los tequeños tradicionales por su presentación en forma de pequeñas bolitas o bocados, lo que los hace más fáciles de comer y compartir.
“Mi negocio fue paso a paso, hasta el sol de hoy sigo reinventándome, sigo incorporando gente, contrato a profesionales y sigo creciendo. De hecho, el negocio sigue requiriendo de mucha inversión, pero aquí hay poca accesibilidad a los créditos bancarios y cuando te los dan, son por montos bajos. A veces la opción es pedir a prestamistas, pagando intereses en dólares, quizás estos han sido los mayores obstáculos”, añade.
El éxito de Tequepops ha sido tal que Néstor ya cuenta con registro de marca para abrir muy pronto en Brasil, Chile, Uruguay y EE.UU. Además, los Tequeños fueron declarados patrimonio cultural de Venezuela, lo que los convierte en un producto emblemático y atractivo.
“El límite es el cielo, la verdad es que no tengo un tope, quiero llegar a todo el mundo, así como McDonald’s, Burger King y otras marcas que lo pudieron hacer. Desde que comencé siempre digo: ‘es cuestión de tiempo’. Quiero llegar a más gente y seguir desarrollando el negocio”, afirma.
Uno de sus grandes logros ha sido que la marca #1 de cines en Argentina, Cinemark Hoyts, fue la primera que apostó por el proyecto. Les gustó, lo compraron, probaron en cuatro sucursales y ahora están en ocho. Los planes son estar en todas las salas del país. La segunda marca más importante, Cinépolis, también quiere el producto y se están alistando los detalles para empezar con la distribución. “Esto es maravilloso porque nos permite crecer como franquicia y darnos a conocer en el resto de Argentina”, agrega.
Para Briceño, el éxito de Tequepops es fruto del esfuerzo y la perseverancia en un país extranjero, donde tuvo que enfrentar muchos desafíos y adaptarse a una cultura diferente. Su mantra de vida es: “Para ser exitoso debes ponerle a tu proyecto estos tres elementos: constancia, dedicación y mucha pasión”.