El maestro Carlos Javier Meneses enseña que la música es la mayor integradora.
Por Diliver Uzcátegui – Periodista Te lo Cuento News
La pasión por la música, sumado desde luego a la realidad económica de Venezuela, hace y permite que el maestro Carlos Javier Meneses Ramírez conviva, entre Rubio (pueblo fronterizo del estado Táchira) y Cúcuta (capital del departamento Norte de Santander – Colombia) llevando sus enseñanzas de algo que considera su esencia misma.
Carlos Javier comenzó su formación musical desde muy joven: estudió piano, dirección de orquesta, clarinete y se enamoró de los instrumentos de cuerdas, aprendiendo a tocar bandolina, guitarra, cuatro, entre otros.
Habiendo vivido por tantos años en los Andes, pese a ser natural de Caripito, estado Monagas, él sabe de la parranda con ritmo de “raspa canilla” que ameniza las fiestas de los pueblos andinos, hablando de su sentir ingenuo, pero también genuino.
Tal vez, por lo antes señalado, el maestro aun cuando tiene una vasta y certificada carrera musical con cimientos en lo clásico, además obtuvo una especialización en el área de la música típica venezolana, particularmente la campesina.
Él ha sido profesor en la Escuela de Música Francisco Javier Marciales en Rubio. Director de la Orquesta Típica Norberto Parada Méndez. Director del Coro Rubato Vocal de la Escuela de Música de Rubio y miembro de la Banda municipal de San Simón, también en el estado Táchira – Venezuela.
Gracias a una invitación cruza el puente Simón Bolívar
Respondiendo al llamado de su colega y amiga, María José Fajardo, fundadora de la escuela Semillero Musical In crescendo, en el año 2018 cruza el Puente Simón Bolívar para convertirse en maestro en esta institución y uno de esos cientos de venezolanos que viven a diario entre los dos países.
“Al principio me quedaba un día en Cúcuta y regresaba a casa en Rubio, desde que pude comprarme una moto, vivo aquí y allá”. El profesor en las mañanas da clases en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), con sede en Rubio, en el área de Armonía Funcional, y luego, al mediodía, se traslada a Cúcuta a enseñar piano y dirigir el coro de campanas tubulares que se conformó en la escuela de música In crescendo.
La música como elemento integrador
Para el maestro, la música es un elemento integrador por excelencia. Trabajando entre los dos países, he podido estudiar cómo hay melodías que su origen puede ser tan discutido como el de la arepa, pero que a la larga “lo realmente importante, es como ese mismo sonido puede ser interpretado y sentido”.
La música le permite a quien la degusta, adentrarse en la cultura que la inspiró. En el caso de la enseñanza, la meta es hacer no solo que los niños y jóvenes sean competentes de interpretar un instrumento. “Se trata de que sientan amor por la música y sean capaces de transmitir y despertar emociones con ella”.
La meta, a corto y mediano plazo, del maestro Meneses es llevar a Venezuela lo que está aprendiendo en Colombia, a cambio en la escuela de música In crescendo el músico deposita toda la riqueza que en este arte trae gracias a su amplia trayectoria.
El maestro sugiere a todo aquel emigrante que viva del arte: “No abandonen su sueño por más empinado que se presente el camino, continúen aun cuando deban replantearse el cómo llegar a lograr que este sea una realidad”.