La historia de Dissandra, Edixion y Wuilly es retratada por un equipo que logró mostrar cómo a pesar de un país en crisis, la música puede ser la tabla de salvación para los niños

Por Martha Cotoret, periodista de Te Lo Cuento News.

Resiliencia, perseverancia y resistencia: son las tres palabras que emanan de las historias contadas en Children of Las Brisas, un documental que explora “el poder de la disciplina y la música clásica como herramientas de supervivencia”, según sus creadores.

Este trabajo audiovisual, muy bien logrado, sigue a tres niños venezolanos del empobrecido barrio Las Brisas, en su búsqueda por convertirse en músicos profesionales dentro de las filas del programa musical “El Sistema”, un programa público nacional de educación musical en Venezuela, fundado en 1975, cuya misión es “sistematizar la instrucción y la práctica colectiva e individual de la música, a través de orquestas sinfónicas y coros, como instrumentos de organización social y desarrollo humanístico”.

A lo largo de una década, Edixon, Dissandra y Wuilly intentan lograr un futuro mejor mientras enfrentan los grandes desafíos de la calamitosa situación del país. La crisis venezolana les imposibilita cumplir sus sueños y en su lucha representan a una sociedad tomada por un régimen autocrático.

Marianela Maldonado, directora del documental, recuerda en sus notas, publicadas en el sitio oficial de la película, que en 2009 tuvo la oportunidad de conocer la recién inaugurada escuela de música Las Brisas y hablar con los vecinos sobre su vinculación con “El Sistema”, programa musical creado en Venezuela por José Antonio Abreu, y replicado en muchos países de todo el mundo. “Quería mostrar algo diferente sobre esta organización, que ya había sido glorificada en algunos documentales”, señala.

Maldonado explica que tuvo “la suerte” de conocer a unos niños de la primera promoción de la orquesta Las Brisas, sin saber que se convertirían en parte permanente de su vida.

“Durante los años de filmación, una cosa que aprendimos es que los sueños pueden ayudar a las personas a superar terribles obstáculos y sufrimientos. Creemos que la fortaleza mental que estos niños adquirieron a través de su educación musical les dio las habilidades para sobrevivir más allá del contexto de las orquestas”.

Pasar todo este tiempo con estos niños también le permitió al equipo observar de cerca la relación entre el gobierno venezolano y “El Sistema”. “Con los años, esta organización fue tomada por el régimen y convertida en un instrumento de propaganda, vendiendo la meta de llegar a dos millones de niños músicos, mientras que la mayoría de los ciudadanos no tienen acceso a servicios primarios de calidad como agua, luz, alimentación y educación”, señala Maldonado.

Durante los primeros años de rodaje, el equipo creativo estuvo integrado por Marianela Maldonado, Robin Todd y Luisa De La Ville. Filmaron en el barrio “Las Brisas” en la medida de sus posibilidades, hasta que obtuvieron un importante financiamiento del Centro Nacional de Cinematografía de Venezuela (CNAC) y el IDFA Fondo Bertha para la producción.

​Más tarde, el coproductor Andy Glynne se unió al equipo. El proceso de revisión de materiales fílmicos y edición de cortes preliminares comenzó después de la incorporación de Jessica Wenzelmann. La historia de la mayoría de edad, en la que los niños se convierten en adultos jóvenes, se registró a lo largo de la filmación.

Luisa De La Ville, productora, cuenta que cuando estalló la crisis venezolana en 2017, la historia dio un giro inesperado. “Necesitábamos documentar cómo la situación del país afectó a los protagonistas y sus familias. El coproductor Luc Martin Gousset se unió al proyecto, aportando fondos proporcionados por France TV para seguir filmando”.

​Posteriormente, fueron seleccionados por el concurso ITVS y la LPB (Latino Public Broadcasting) del servicio de televisión pública. Con esos aportes pudieron financiar la postproducción.

El estreno mundial se llevó a cabo en el Sheffield Doc Film Festival en junio de 2022. En 2023 será transmitido por PBS, France TV y tendrá su estreno en Venezuela.

Los protagonistas: Dissandra, Edixion y Wuilly

Ver los inicios de Dissandra es maravillarse con la inocencia con la que comenzó a tocar. “Cuando vi el violín por primera vez, supe de inmediato que era mi instrumento”, dice, recordando ese primer contacto con la música.

Dissandra fue criada por su madre y su abuela. Vivían en una zona peligrosa del barrio Las Brisas, donde las bandas rivales se enfrentan a diario con violencia. Para ayudarla a superar la pérdida de dos hermanas pequeñas, su abuela la inscribió en la escuela de música a la edad de nueve años, donde comenzó a estudiar violín.

Edixion sueña en grande: “Me imagino dirigiendo una orquesta, como Dudamel”, cuenta, haciendo referencia a uno de los directores de orquestas más reconocidos en el mundo.

Edixon perdió a su padre cuando tenía 18 meses. Fue criado por su madre sorda y su abuela, quienes años después lo llevaron a la escuela de música para mantenerlo alejado de la violencia callejera. Además de convertirse en un grande, Edixon soñaba con que su madre recuperara la audición para poder escucharlo tocar.

El caso de Wuilly podría llamarse descubrimiento. Él creció en una familia que pertenecía a un culto religioso y durante siete años estuvo encerrado en una iglesia. Al salir, Wuilly encuentra trabajo en un cibercafé, donde descubre la música clásica. Aprende a jugar viendo videos en Internet. Su progreso es impresionante y pronto es descubierto por uno de los fundadores de El Sistema, quien lo nombra su concertino. “Quiero ser solista y tocar el Concierto de Mendelssohn, dice el joven con entusiasmo”.

Este documental permite adentrarse en cada historia, muestra las luchas de sus tres protagonistas, que bien pueden ser las de cientos de niños con sueños y posibilidades escasas. Es una obra impecablemente dirigida y producida, toca las fibras de manera respetuosa y demostrando no solo el esfuerzo de los jóvenes, sino además, el de sus creadores por presentar un trabajo de alto nivel audiovisual.

Todo esto dio como resultado que Children of Las Brisas haya sido mostrado en festivales reconocidos y cuente con comentarios positivos de personalidades importantes del mundo cinematográfico.

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