Por Txomin Las Heras Leizaola
Investigador adscrito del Observatorio de Venezuela de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario y de la Bitácora Migratoria en alianza con la Fundación Konrad Adenauer, así como presidente de Diálogo Ciudadano Colombo Venezolano.
Reanudar las relaciones diplomáticas, consulares y comerciales con un país vecino como Venezuela, con el cual no solo se han tenido lazos históricos importantes, sino que en las últimas décadas se llegó a mantener un intercambio comercial muy alto, al tiempo que ambas naciones han servido de comunidades de acogida a grandes corrientes migratorias originadas al otro lado de la frontera, no parece ser una tarea rápida ni sencilla y conlleva grandes retos.
El tema es abordado en el informe ‘Edificando una nueva relación bilateral: recomendaciones a las problemáticas de la relación bilateral y de frontera entre Colombia y Venezuela en un contexto de reactivación y reconocimiento mutuo’, realizado por el Observatorio de Venezuela de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario, en alianza con la Fundación Konrad Adenauer.
Sus autores, Francesca Ramos Pismataro, Ronal F. Rodríguez y Daniella Monroy Argumedo, no sólo hacen un pormenorizado recuento de los antecedentes de los encuentros y desencuentros que han vivido Colombia y Venezuela, así como del contexto en que se está desarrollando el restablecimiento de las relaciones entre ambos países, sino que abordan una serie de recomendaciones en once áreas temáticas, en un trabajo que viene acompañado de gráficos, cronologías, mapas e infografías.
En este sentido, proponen adoptar un esquema de plena institucionalización de las relaciones que incorpore no solo al gobierno nacional sino a otros componentes del Estado y a las autoridades del área de frontera, así como la conformación de “mecanismos de consulta con actores gremiales y organizaciones de la sociedad civil”. Igualmente, se decantan por construir una nueva instancia bilateral de negociación de diferencias y solución de controversias bajo el espíritu del Tratado de 1939 y también señalan la necesidad de contar con “una agenda decenal de la relación bilateral, que establezca bases y defina metas, a partir de las necesidades de ambos países”.
Colombia, según el informe, debe promover el regreso de Venezuela a la Comunidad Andina de Naciones (CAN) como estrategia paralela al Acuerdo de Alcance Parcial, con el objetivo de “abordar holísticamente temas relacionados con el resorte político, migratorio y compromisos en materia de derechos humanos”.
En cuanto al tema de la movilidad humana en la frontera, los investigadores del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario recomiendan que, además de considerar a la Tarjeta de Movilidad Fronteriza (TMF) como un documento de identidad válido en los estados colombiano y venezolano para el paso fronterizo, ésta sirva también de registro tributario, así como para acceder a servicios financieros y de salud.
En el trabajo se habla de la creación de un programa binacional de educación en la zona de frontera que contemple aspectos de formación ciudadana dirigidos a población adulta proveniente de Venezuela; la capacitación a la comunidad educativa de las diferentes instituciones escolares para abordar los fenómenos de movilidad humana; el fortalecimiento de los sistemas de regularización vigentes en Colombia respecto a la población en edad escolar y la adaptación de los currículos para incluir contenidos históricos y geográficos del país vecino, especialmente de las regiones fronterizas. También se plantea la adopción de un enfoque diferencial para la protección de las mujeres, así como de la niñez y los adolescentes venezolanos.
Respecto a la salud se propone, entre otros puntos, adelantar el proceso de integración de la población migrante como el mecanismo más eficiente para su inclusión en el sistema sanitario. También se señala la necesidad de alcanzar acuerdos con el gobierno venezolano para “fijar controles sanitarios y de bioseguridad en la frontera, fortalecer la salud preventiva destinada a migrantes venezolanos y promover la salud mental”, así como impulsar “en instancias internacionales como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) un plan de acción regional en salud pública para los migrantes venezolanos”.
El Estado venezolano, a juicio de los autores de este estudio, debe sumarse a la negociación de la “Paz Total” de Colombia como parte negociadora. En este sentido apuntan que “los espacios territoriales que en el marco de la negociación sean liberados de la presencia de actores armados, tanto en Colombia como en Venezuela, deben contar con un plan binacional de presencia institucional de las autoridades estatales”, entre otras recomendaciones relacionadas con el tema de la seguridad.
Igualmente, la publicación destaca la urgencia de formalizar la Zona de Integración Fronteriza (ZIF); impulsar el Área Metropolitana de Cúcuta para recuperar las rutas comerciales y desincentivar el contrabando; fomentar el comercio binacional por medio del ferrocarril que parte de La Donjuana hasta Puerto Santander; y promover la implementación de un sistema integral de transporte masivo binacional.
Finalmente, el informe resalta la necesidad de implementar un sistema de atención a comunidades indígenas binacionales.
Descargue el informe aquí
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