La actividad política en Colombia es altamente polarizada, pero también la vida social y hasta los espacios familiares están zanjados por fuertes diferencias políticas que se plantean como irreconciliables. Las discusiones se fundamentan en argumentos llenos de lugares comunes, que no resisten la más mínima verificación, informaciones fragmentadas e incompletas, y supuestas verdades que imposibilitan el diálogo. Se divide a la sociedad en buenos y malos, arrogándose para si la virtud que hace frente a peligrosos adversarios que lo único que quieren es destruir a Colombia.
El tema migratorio que enfrenta el país no es la excepción, los actores políticos de un lado y de otro no han tardado en leer en clave binaria los retos que conlleva la llegada de cientos de miles de venezolanos, colombo-venezolanos y retornados. Líderes políticos, congresistas y aspirantes a cargos de elección popular usan discursos simplificadores, ignorando deliberadamente las complejidades del tema, con el objetivo de lograr réditos políticos, alcanzar visibilidad, conseguir adeptos o simplemente molestar a sus detractores.
Los eventos de las últimas semanas en la zona de frontera con Venezuela dieron lugar a puestas en escena de actores políticos de una y otra vertiente:
Por un lado, algunos líderes se dieron cita en los puentes por los que se pretendía hacer entrar la ayuda que requiere el pueblo venezolano en medio de la crisis humanitaria por la que atraviesa el vecino país. Entre fotos con los artistas que participaron en el concierto, entrevistas para los medios de comunicación y contenidos difundidos en las redes sociales, algunos políticos colombianos llegaron a momentos de estridencia e histeria al gritar groserías al viento y proferir maldiciones contra el gobierno dictatorial de Nicolás Maduro. Actitudes y comportamientos desencajados que en nada resuelven la crisis de Venezuela y mucho menos resuelven el reto migratorio que enfrenta Colombia. Por el contrario, dichas actitudes refuerzan la idea de que la salida de Nicolás Maduro resuelve el “problema” de la migración “porque todos los venezolanos se regresarán y podremos lucrarnos con la reconstrucción”.
Del otro lado, la inquina contra el adversario político dio lugar a argumentos que terminaron apoyando a la dictadura venezolana, en medio de lecturas apresuradas de los eventos ocurridos y afirmaciones irresponsables que fueron presentadas como supuestas evidencias por los portavoces del régimen de Maduro. Entre trinos y respuestas el tono xenófobo de los comentarios fue creciendo, la asistencia a la población venezolana fue leída como el desamparo a las necesidades y problemas de los colombianos.
Con todo ese ruido entre los unos y los otros, han surgido propuestas entre cándidas y perversas como el proyecto de ley que busca otorgar la nacionalidad colombiana a todos los migrantes venezolanos, o por lo menos esa fue la lectura que quedó en los medios de comunicación. Orientada quizás por el oportunismo o la ignorancia, esta propuesta llega en el peor momento, cuando las familias venezolanas enfrentan las consecuencias de las medidas y sanciones internacionales, así como los efectos del cierre de la frontera estimulando la migración sin planeación.
Los líderes políticos, los congresistas y los aspirantes a cargos de elección popular tienen una gran responsabilidad a la hora de abordar el tema migratorio, llevarlo al terreno de la polarización puede arrojar réditos en el corto plazo o inflar discursos xenófobos como en Europa o Estados Unidos. Pero abordar la migración y la crisis venezolana a partir de la polarización perjudica la valoración y respuesta a dicho fenómeno en el contexto preelectoral que vive el país.
La migración transformará a Colombia, como lo ha hecho en todos los países que han vivido procesos similares, por lo tanto, se requiere construir consensos, llegar acuerdos, establecer rutas y estrategias para manejar el tema migratorio. La migración es un tema colombiano, un tema que nos definirá como nación porque la nación colombiana como la conocemos hasta hoy va a cambiar.
Por:Ronal Rodríguez
Investigador y vocero del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario.
@ronalfrodriguez
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Por: Proyecto Migración Venezuela @MigraVenezuela