Se dice que para entender a una persona hay que ponerse en sus zapatos. Por eso, la iniciativa ciudadana El derecho a no obedecer y la fundación Interpreta dejaron 285 pares de zapatos en el centro de la Plaza de Bolívar, en Bogotá, para recordarle a la ciudadanía y al gobierno que los 1’530.000 migrantes venezolanos han recorrido miles de kilómetros en busca de mejores oportunidades.
Ponerse en sus zapatos es generar empatía al ver el calzado desgastado de quienes caminaron desde Caracas hasta Bogotá. Aproximadamente 150 pares son de ellos. Los demás, más de 135, pertenecían a venezolanos que los donaron. Allí, cada par cuenta la historia de un migrante, refugiado o colombiano retornado.
“Los colocamos en la Plaza de Bolívar porque Colombia ha sido el escenario de una de las mayores crisis migratorias del país y, al mismo tiempo, es el lugar donde está concentrada el poder”, declaró Alejandro Daly, coordinador nacional de El derecho al no obedecer.
No hay certeza de a quién pertenece cada par de zapatos, porque fueron encontrados en diferentes fundaciones y albergues. Observar el desgaste del material, el color y el tipo de calzado -que varía entre tacones, sandalias, tenis y botas- permite hacerse una idea de quién fue la persona que los usaba.
“Podemos inferir las historias, no sabemos cómo se llama, pero sabemos que es una historia que se repite. Cada zapato representa a un niño, un adulto y un anciano que han llegado de Venezuela” agregó Daly.
Traer estos objetos al espacio público permite que la población piense en el par de zapatos como suyo o de algún miembro de su familia.
Este acto simbólico dejó por lo menos dos mensajes. El primero fue de respaldo a la campaña de la procuraduría #AquíCabemosTodos. De ahí que sea el nombre de la intervención. “Seguimos con el nombre de la iniciativa de la Procuraduría porque es un compromiso evitar que la xenofobia siga siendo usada como motor de campaña política”, recaldó el líder de El derecho a no obedecer.
La iniciativa surgió para llamar la atención de los candidatos que han utilizado el discurso del odio contra venezolanos como estrategia política para las elecciones del próximo 27 de octubre. Mensajes como “Venezolanos sí, pero no así”, “No más venezolanos en Tunja” y “No voy a permitir que más venezolanos entren” han sido los mensajes de algunas vallas publicitarias en distintas ciudades del país.
El segundo mensaje de esta toma de la Plaza de Bolívar fue dirigido a los congresistas, para que prioricen el debate y la aprobación del proyecto de ley de política migratoria que fue radicado en julio.
Los zapatos que fueron expuestos en la Plaza serán donados a los venezolanos que los necesiten y servirán, una vez más, para que otros migrantes continúen su camino por Colombia.
Por: Brenda Guerrero @brendiska_