El presidente de Mobile Cinema, Bernardo Rotundo lleva 14 años acercando el séptimo arte a las calles. A pesar de que Cine Móvil ya funciona en varios paises, ha sido de forma reciente que ha conseguido llevar a los barrios populares de Venezuela varias pantallas móviles.
La situación actual de los migrantes convierte actividades como ir a cine, comer helado y salir, en lujos. Las condiciones de vida exigen asegurar alimentos y medicinas. En ese panorama, Rotundo afrontó la tarea de entretener los venezolanos de forma gratuita, ofreciéndoles un escape a la realidad.
“Convertimos una plaza, una calle, una avenida, un barrio, un parque en una sala de cine”, declaró el presidente de Mobile Cinema a CNN. “Esta es una señal de que la economía que viene en descenso, en donde los ingresos económicos de la poblaciones no pueden estar orientados al entretenimiento”, agregó.
Esta asociación creada en 1996 por venezolanos que laboran en la industria cinematográfica estima que antes de la recesión económica, se vendían alrededor de 120 mil boletos por estreno, y hoy es apenas una decima parte de esa cifra. El número de espectadores ha disminuido de 30 millones en 2015 a 13 millones en 2018.
Por ello decidieron llevar a los sectores populares salas de cine móviles con el objetivo de ofrecer un sano esparcimiento a la población, como un salvavidas para las familias venezolanas, ya que el costo de un boleto regular de cine, podría llegar a la mitad de salario básico.
“Colocamos una pantalla y sillas cómodas, para hacer una sala de cine en la calle. Buscamos formar un espectador crítico y analítico de su entorno social”, concluyó Bernardo Rotundo.
Esta forma de presentar las películas también le hace frente a los problemas nacionales, ya que cuenta con un generador de energía para aguantar los constantes cortes de energía que afectan a la población Venezolana y cuenta a su vez con control de seguridad para garantizar la tranquilidad de los asistentes.
Con información de CNN*
Por: Proyecto Migración Venezuela @MigraVenezuela