Un alimento símbolo de la gastronomía binacional

Las arepas tienen diferentes nombres en varios países de Centroamérica. | Por: ARCHIVO SEMANA


Desde los tiempos de la colonia, la arepa ha representado un símbolo de la gastronomía en Centroamérica.  Es la receta indígena de mayor relevancia en las mesas de las familias, y su difusión va desde el norte de México hasta el sur de Chile, con mínimas variaciones en el proceso de elaboración.

En la ciudad mexicana de Zacatecas se le conocen como Pacholas o Totopostes, si son delgadas, en El Salvador las llaman Pupusas y Tazcal en Guatemala. En Nicaragua y Honduras hay que preguntar por las Güirilas, y en Costa Rica y Chile este manjar lleva por nombre Panocha o Panojas a la que es grande y de maíz tierno, como las conocidas arepas de ‘chócolo’ en Colombia. 


Así explica la historiadora Viviana Toro la importancia de este alimento que comúnmente se le conoce como arepa.  “Estamos hablando de un producto derivado del maíz, y en el caso de Colombia y Venezuela es un alimento que nos une, que hace parte de los significados y de las raíces culturales de ambos países”, completa la investigadora.

Toro destaca que en la literatura colombiana se encontró una referencia de la arepa con otro nombre, en un relato del libro La Marquesa de Yolombó, de Tomás Carrasquilla: “… una negra sale con una batea, colmada de esas panojas asadas en hojas de plátano…”.

Durante muchos años la gente nacionalista se ha preguntado si la arepa es venezolana o colombiana. Sin embargo, la investigadora histórica de Señal Memoria,  Viviana Toro prefiere no caer en esa disyuntiva porque para ella la arepa es un símbolo de integración cultural, dado que ambas poblaciones indígenas en Venezuela y Colombia las elaboraban y consumían.  

La razón por la cual se cree que la arepa es de Venezuela — explica la historiadora — radica en el origen de la palabra, porque proviene del vocablo “erepa”, de los indígenas cumanagotos en la costa Caribe del vecino país. Sin embargo, otra versión da cuenta que la palabra arepa pudiera surgir de “aripo”, especie de plancha levemente curva, fabricada en barro, que utilizaban los indígenas tanto colombianos como venezolanos para su cocción. 

Un alimento símbolo de la gastronomía binacional
Un alimento símbolo de la gastronomía binacional Desde los tiempos de la colonia, la arepa ha representado un símbolo de la gastronomía en Centroamérica. Es la receta indígena de mayor relevancia en las mesas de las familias, y su difusión va desde el norte de México hasta el sur de Chile, con mínimas variaciones en el proceso de elaboración.

«La arepa no debería convertirse
en un símbolo de división regional,
sino más bien eso que nos muestra
que hay muchas más cosas
que nos unen» 

Viviana Toro, historiadora e investigadora

El tipo de maíz determina la variedad de la  arepa en Colombia. Ésta no es la protagonista del plato sino un acompañamiento de las comidas, a diferencia de cómo la consumen en Venezuela: un plato fuerte con variedad de rellenos en desayunos, almuerzos y cenas.

“Desde hace una década comenzó a verse en Colombia las arepas rellenas como las preparan en Venezuela, pero en general se consumen como un contorno más que como un plato principal”, añade Toro, quien tiene experiencia en Patrimonio Cultural Inmaterial sobre Patrimonio Gastronómico.

En la región de Tolima, por ejemplo, sirven la lechona con una arepa “oreja de perro”, que es hecha con harina de arroz. En Antioquia, las arepas son el acompañamiento de cualquier comida, sobre todo la arepa bola, que normalmente la sirven con sopas y en la bandeja paisa. En Santander, las arepas de maíz amarillo con chicharrón molido son un acompañante infaltable de los piquetes de carnes o de cabro.  Y en la costa Caribe, la “arepa e huevo” es un manjar para propios y turistas. 

“La arepa no debería convertirse en un símbolo de división regional sino más bien eso que nos muestra que hay muchas más cosas que nos unen. Compartimos un tipo de comida que hace parte de nuestra cotidianidad, del día a día, tanto de colombianos como venezolanos. Es más importante lo que significa para ambos países”, reflexiona  la historiadora.

El antropólogo culinario Julián Estrada se ha dedicado a estudiar el origen de la arepa y sus diferentes tipos en Colombia. Durante 10 años abrió al público su restaurante ‘Qué Arepa pa Enamorarte’, en Antioquia,  donde  contabilizó al menos 43 tipos de arepas en el país.

“La arepa no entra en el rango de la repostería, la arepa pertenece a esos procesos culinarios en los que la mano de la cocinera, la intuición y su conocimiento proponen cantidades, humedades, grosores, maneras de amasar, de tomar con los dedos, de girar la masa“, expresó el antropólogo  en un documental de la BBC Mundo.

Encontrar la denominación de origen de la arepa no debería ser motivo de preocupación  entre colombianos o venezolanos. Hay que ahondar más en la identidad gastronómica, en lo que encontramos en común entre las mesas en ambos países.

Por: Milagros Palomares @milapalomares