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Personería de Bogotá ha atendido 1.400 casos de acceso a derechos de venezolanos

La personería atiende dificultades a la hora de acceder a servicios de salud, registro civil y casos de explotación laboral. | Por: CORTESÍA: @PERSONERIABTA

En un encuentro internacional de defensores, el personero de Bogotá, Julián Pinilla exhortó a erradicar los mensajes xenófobos y el trato desigual hacia la población migrante y refugiada en Colombia.

Durante el Encuentro Internacional de Defensores del Pueblo, Migración y Refugio: Derechos en Riesgo, realizado este miércoles 20 de octubre en Cartagena, la Personería de Bogotá precisó que esta ciudad tiene más de 340 mil migrantes venezolanos, y que en un año se han atendido más de 1.400 solicitudes de esta población relacionadas con dificultades para acceder a  derechos, servicios de salud, registro civil y denuncias de explotación laboral. 

El personero de Bogotá, Julián Pinilla aprovechó el momento para exponer  las problemáticas que según él, tienen una mayor afectación en los ciudadanos venezolanos que residen en la capital del país, y además planteó una serie de estrategias para atenderlos de manera integral. Exhortó a erradicar los mensajes xenófobos y el trato desigual hacia la población migrante y refugiada en Colombia. 

Entre tanto, añadió que otra dificultad que deben sufrir estos migrantes es el acceso a la vivienda. Pinilla recordó que, en una actividad reciente que se había realizado en la localidad de Santa Fé se encontraron “grandes dificultades en temas de hacinamiento”, y en el camino, habrían escuchado testimonios “desgarradores” de personas recién llegadas a la capital del país, que como muchos,  fueron víctimas de robos. 

En el evento, el personero explicó que se diseñó una estrategia para atender la migración con tres propósitos, la primero sería “realizar una sensibilización hacia toda la comunidad para que se entienda cuáles son las dificultades por las que pasa esta población”. 

La segunda estrategia tiene que ver con las políticas públicas con enfoque migratorio. Aquí Pinilla propone que se deben generar normativas dirigidas a esta población, pero que cuenten con un “control efectivo” por parte de la Procuraduría General de la Nación, la Defensoría del Pueblo y las Personerías locales y distritales.  

El tercer y último propósito sería “sensibilizar a la población migrante”. Según el personero, los venezolanos llegan con condiciones de vulnerabilidad altas, por lo que en muchas ocasiones le temen al Estado, y también temen a las políticas, los migrantes piensan que estas normas serían para deportarlos. 

De acuerdo con la Personería de Bogotá, dos de los retos más importantes que debe afrontar la capital en materia de población migrante y refugiada es el desarrollo legislativo que se le ha dado a la política migrante, y explicó que sería importante mantener un control preciso de todas aquellas personas que cumplen los requisitos para ser incluidos en esa política, además de hacer un acompañamiento a quienes no los cumplen.

En adición, Pinilla se refirió a los eventos de inseguridad a los que esta población está expuesta por sus situación de vulnerabilidad, por lo que considera que hay que proteger a estos migrantes para que no caigan en grupos ilegales. Además, aclaró que la Personería tiene como prioridad la protección en derechos humanos de niños y adolescentes, estén acompañados o no.

Sin embargo, otros funcionarios públicos que trabajan articuladamente en temas de protección al migrante y políticas públicas enfocadas en esta población dieron sus puntos de vista sobre el recorrido que ha tenido el país en esta materia y la situación actual.

El gerente de Fronteras, Lucas Gómez afirmó que para el momento en que comenzó  la crisis migratoria no había manera de prever un flujo de migrantes de esta magnitud. En ese sentido, explicó que el tema migratorio es una política de Estado, no solo del gobierno nacional. Y pidió una coordinación interinstitucional, poniendo como ejemplo que trabajan de la mano del Icbf y de las organizaciones que permiten la integración socio económica de la población migrante en el país.

Y respecto a la cooperación internacional recordó las diferencias entre los aportes de otras naciones a la causa colombiana frente a otras crisis migratorias del mundo. “Cuando hablamos de la crisis Siria la cooperación internacional es de unos tres mil dólares por migrante y nos llegan unos 300 dólares de contribución internacional por migrante venezolano”, acotó Gómez.

Para el funcionario, el país no necesitaría continuar buscando recursos, sino ver desde otra perspectiva la migración venezolana. Afirmó que se deben brindar condiciones a esta población para que sean “productivos” y de esa forma también el país pueda ganar. 

Durante su intervención, el defensor del Pueblo, Carlos Camargo pidió que se establecieran acciones para la integración local de las personas migrantes y refugiadas con las comunidades de acogida, esto para “una movilidad humana ordenada, digna y segura”. Además, aseveró que se debía fortalecer y ampliar la capacidad de los países de origen, tránsito y destino para estos migrantes, con el objetivo de adelantar acciones de asistencia, protección y respuesta temprana.

En relación con la proyección de los flujos migratorios, Camargo espera que en los próximos años continúen altos los niveles de migración, debido a las brechas de desarrollo entre muchos países, la intensificación de las situaciones de crisis, el autoritarismo y la guerra, además del desorden climático. Añadió que el defender la soberanía no significaba cerrar las fronteras, como respuesta a las crisis venideras. 

Camargo afirmó que los flujos migratorios y la integración de las poblaciones migrantes son uno de los mayores desafíos para las sociedades democráticas contemporáneas.“El camino fácil e inútil son las barreras, la construcción de muros y la militarización fronteriza. Hay que ser más creativos, empáticos, solidarios y precisos en la atención a las crisis migratorias”, finalizó Camargo.

Por: Debbie Gámez