Cerca de 27 de millones de dólares será el presupuesto del programa La Educación No Puede Esperar de las Naciones Unidas (ONU), enfocado en dar acceso educativo a migrantes en las comunidades de acogida en Colombia, Ecuador y Perú. En el país, el programa recibirá cerca de 12 millones de dólares para incluir a más de 150.000 niños y jóvenes venezolanos en las escuelas.
Yasmine Sherif, directora del programa, explicó que la crisis en Venezuela ha llevado a que cinco millones de personas abandonen su país, incluyendo a millones de infantes que fueron forzados a dejar sus escuelas. Por esta razón, asegura la funcionaria de la ONU, es crucial el trabajo en las comunidades de acogida para retornar a la educación a esta población.
“Estas inversiones multianuales abordan tanto las necesidades humanitarias inmediatas como también el fortalecimiento del sistema educativo”, dijo Sherif, quien resaltó que es necesario una mayor cantidad de fondos.
Con casi 1,8 millones de venezolanos en territorio nacional, Colombia se han convertido en la nación más receptora de migrantes. Esta crítica situación, dice la ONU, ha hecho que este movimiento masivo exponga a los niños y jóvenes ya vulnerables a riesgos mayores, como lo son la trata de persona o el reclutamiento infantil.
Este movimiento de infantes venezolanos se ve reflejado en las matrículas escolares, que pasó de 34.000 en 2018 a 334.00 en 2020, según datos de la ONU. En Colombia, el programa La Educación No Puede Esperar será ejecutado por Save the Children y UNICEF, junto con Norwegian Refugee Council, World Vision y Plan International.
En el primer desembolso Colombia recibirá 12,4 millones de dólares y se espera llegar a 70,5 millones en los tres años de duración del programa. Con estos recursos, la meta es atender a unos 150 mil venezolanos de la siguiente manera: 30 mil niños en edad preescolar, 90 mil en educación primaria y 30 mil en educación secundaria.
La ONU —que reconoce el esfuerzo que Colombia hace para permitir que todos los menores de edad, sin importar su nacionalidad, puedan matricularse en un colegio— espera que estas medidas ayuden a mitigar los problemas que la población migrante venezolana ha encontrado para acceder a educación, especialmente desde el inicio de la pandemia por la covid-19.
Por: Daniel José Galvis @danielgalvisj