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“Muerte del bebé pudo evitarse si existiera una política de movilidad para migrantes”

De 400 a 500 caminantes al día transitan por el páramo de Berlín, pero pueden llegar a 1.200 en momentos álgidos en Venezuela. | Por: SEMANA


Los migrantes venezolanos no han parado de cruzar la frontera por Norte de Santander y de exponer sus vidas caminando  en las montañas del páramo de Berlín.  

La más reciente víctima de este arriesgado tránsito entre Pamplona y Bucaramanga fue un bebé de tan solo dos meses de nacido que no soportó el frío y falleció,  el pasado miércoles, cuando iba en brazos de su madre, una venezolana de 18 años. 

Ante esta tragedia, Juana Rico, voluntaria de la Red Humanitaria de Santander conversó con el Proyecto Migración Venezuela sobre la asistencia — la única ayuda—  que les brindan a los caminantes en esta zona fronteriza.

Proyecto Migración Venezuela (P.M.V): ¿Se pudo haber evitado la muerte del bebé de una migrante venezolana en la vía al páramo de Berlín?

JUANA RICO (J.R.): Sí. Esta tragedia se pudo evitar si hubiera una política clara de transporte humanitario, sobre todo  para mujeres gestantes y para niños. Es una decisión entender, lo queramos o no, que los venezolanos van a seguir migrando caminando, porque están en búsqueda de una oportunidades o de reencontrarse con sus familiares. Es importante tomar decisiones en pro de esta población de tan alta vulnerabilidad, muchos de ellos vienen mal alimentados y en  precarias condiciones de salud. La muerte del bebé en el páramo se pudo haber evitado si existiera una política clara de movilidad para migrantes en la frontera.

P.M.V: Es un clamor generalizado entre los voluntarios de la Red Humanitaria, de Norte de Santander, que el Gobierno Nacional y organismos de cooperación internacional se unan para ayudar a los caminantes: ¿Por qué no existe articulación y apoyo con las ONG que están ayudando a los migrantes en este tránsito por la frontera? 

J.R:  La articulación ha comenzado a darse recientemente con las organizaciones internacionales. Si bien muchas de ellas han puesto a disposición programas en el territorio y en el trayecto de 196 kilómetros que hay entre la frontera y Bucaramanga, no todas sus acciones han sido conectadas con los albergues, que son los únicos que afrontan la primera atención de los migrantes que caminan.

Hemos logrado participar en las mesas de articulación y se han podido gestionar pequeñas ayudas. Tenemos la expectativa de que se optimice la velocidad de gestionar recursos en situaciones de emergencia como esta, en donde no hay servicios fúnebres para los venezolanos. Esta no es la primera persona que se sepulta por parte de la Red Humanitaria, de un migrante en condición irregular que ninguna autoridad ni el Estado asume. La red no tiene recursos propios, son organizaciones particulares pequeñas que no tienen programas que le permitan un sostenimiento.

P.M.V: ¿A qué riesgos se enfrentan los caminantes venezolanos que atraviesan las montañas entre Pamplona y Bucaramanga? ¿En qué condiciones físicas hacen esos recorridos?

J.R:  Existen diversos niveles de  riesgos, como ser atropellados, accidentes por vehículos que transitan en la vía, afectación en la salud por subir un páramo a 3.200 metros de altura. Ellos no vienen bien dotados con abrigos ni calzado, corren el riesgo de sufrir de hipotermia, de que le salgan llagas en los pies. Tienen riesgos de seguridad, violencia de género, abusos sexuales contra las mujeres. Urge un transporte humanitario para que migrantes no pasen el páramo caminando.

Los niños también presentan riesgos porque en este recorrido es habitual que conductores quieran ayudarlos y ellos manden a cinco niños en un carro y se separen de sus cuidadores, o manden a un adulto con cinco niños; en donde luego es difícil restablecer la comunicación y la reunificación familiar. Ante la vulnerabilidad de las mujeres venezolanas, personas malintencionadas las incentivan para el ejercicio de la prostitución. 

P.M.V:  ¿Cuáles son  las necesidades más apremiantes de los migrantes que llegan a esta zona fronteriza?

J.R:  Las personas vienen migrando por razones de seguridad en Venezuela, porque son perseguidos, por falta de alimentos y porque básicamente están pasando hambre. En la frontera hay muchas organizaciones prestando servicios de apoyo, pero en la ruta disminuye esta presencia.

Para los migrantes pendulares hay programas activos vigentes, pero no hay una respuesta amplia para los migrantes que deciden caminar. Entiendo que se busca no incentivar que haya más caminantes. Sin embargo, la realidad es que ellos caminan y caminan con sus abuelos, niños y mujeres, y no hay una respuesta para ellos.

La principal necesidad es garantizar un transporte humanitario. Hay que fortalecer los puntos de apoyo para que no falte la comida, techo, abrigo, pañales y toallas sanitarias. Pero también se necesita urgente una integración con el Estado y cooperadores internacionales para que haya un transporte humanitario y estas personas no pasen el páramo caminando.  La solución no sería poner 50 albergues en esta ruta, sino poder acercarlos a sus destinos finales.

P.M.V:  ¿Qué soluciones contempla la Red Humanitaria para atender esta emergencia?

J.R:  La Red Humanitaria en Norte de Santander se puso la camiseta para brindar una respuesta a los migrantes venezolanos que el Estado no ha podido darle. Entendemos que es de un altísimo costo. Sin embargo, hay organizaciones particulares que vienen dando respuesta desde hace seis años, que han abierto las puertas de sus casas para atender a los migrantes con sus propios recursos.

Continuaremos con la articulación con las agencias para que no hagan respuestas paralelas e independientes y se puedan mantener los albergues.

El mayor reto es mantenerse. Ocho puntos de apoyo han tenido que cerrar en el último año porque no han podido sostenerse en gastos básicos como los servicios públicos. Darle alimentación a 300 personas en un refugio tiene costos elevados.

Al no haber un transporte humanitario regular, los migrantes se transportan en camiones y esto los hace más propensos a sufrir accidentes. Se está incentivando un tráfico de personas, y hay gente que se está lucrando de esta necesidad. 

P.M.V: ¿Qué cifras manejan sobre la cantidad de venezolanos que migran a diario o mensualmente por esta zona?

J.R:  Las cifras de las personas que migran caminando varían según las época del año; según situaciones económicas y sociales en Venezuela. Cuando hay elecciones o ajustes en la moneda de ese país se incrementa la migración significativamente. En  temporada navideña aumenta el flujo de doble tránsito de personas.

Lo habitual es tener entre 400 a 500 caminantes al día  pero pueden llegar a 1.200 en un momento álgido en Venezuela. Entre el 22 de diciembre de 2019 y el 17 de enero se brindaron 40 mil atenciones en alimentos, asesoría, orientación y acogida.

P.M.V: ¿Cómo es el trato de la Policía hacia los migrantes?

J.R:  El trato hacia los migrantes irregulares ha sido favorable. La Policía es un apoyo muy importante para nosotros. Quisiéramos tener mayor presencia de funcionarios pero entendemos que en ciudades como Pamplona hay 20 policías para toda la población. Aparte de eso, ellos nos ayudan  a regular las conductas, a mantener el orden fuera de los albergues, a movilizarse en horas de la mañana ya que estos son albergues de paso. Hemos contado con su apoyo.

P.M.V: ¿Han detectado dinámicas de reclutamiento de venezolanos por parte de grupos armados, y cómo están atendiendo las autoridades esta situación?

J.R:  La población joven migrante es la que está más propensa a reclutamiento por grupos armados y de vincularse a grupos de narcotráfico para el expendio de sustancias psicoactivas. Esta es una realidad que hay en el contexto, y se presenta con mayor frecuencia en Cúcuta, si lo comparamos en relación con Pamplona y otros territorios. Lo cierto es que es un riesgo latente y real que enfrentan los jóvenes que transitan estas rutas. 


P.M.V: ¿Tienen reportes de migrantes fallecidos en su tránsito por estas montañas?

J.R:  Hay un reporte mayor de accidentes, de personas que de pronto bajándose de un camión caen y quedan con lesiones permanentes.  Recientemente una chica que estaba fuera de un albergue en Pamplona fue atropellada por un camión. La Red Humanitaria salva miles de vidas mensualmente. 
Es importante que los migrantes entiendan que no pueden caminar después de las tres de la tarde porque los riesgos frente al clima se dan después de ese horario.

Hace unos meses unos migrantes se bajaron de un transporte y este los arrolló cerca de Tunja. También reportamos el caso de un joven que se ahogó pasando un río. Su mamá venía caminando por el páramo a buscar el cuerpo.

Por: Milagros Palomares @milapalomares