Desde abril de 2018, el Ministerio de Educación Nacional y Migración Colombia firmaron un decreto que prohíbe negar el derecho a la educación a venezolanos en edad escolar sin importar su estatus migratorio. Con esta disposición surge un reto para las instituciones: integrar a los venezolanos y colombianos en el aula de clase.
Esta semana se inicia una nueva temporada escolar y los profesores deben estar atentos para evitar casos de intimidación, exclusión social y xenofobia. ¿Cómo prevenir o actuar ante estas situaciones?
En Proyecto Migración Venezuela hablamos con Eileen Gale Kugler, especialista en comunicaciones y fundadora de Embrace Diverse Schools, una iniciativa para integrar a los estudiantes de distintas razas, nacionalidades y clases sociales en los colegios de Estados Unidos. Ella ha publicado libros acerca de cómo la diversidad enriquece la educación para todos los estudiantes y su trabajo ha sido referenciado por el Consejo Americano de Inmigración.
Esto nos dijo Kluger sobre cómo mejorar el proceso de integración de los migrantes en las aulas:
PMV: ¿Cuáles son los obstáculos que pueden impedir o complicar el proceso de integración de los niños venezolanos en Colombia?
EK: El principal obstáculo es lo que el niño vivió antes. El niño tiene un trauma por haber dejado su país de origen forzadamente y llegar a otro lugar dónde no conoce a nadie. Esto puede producir odio, resentimiento, y a veces lo demuestran en clase. Se aferran a esos sentimientos que han acumulado y por eso pueden comportarse mal en clase, así que en los colegios hay que hacerlos sentir amados y apoyados.
Es desafiante esta situación, pero es importante que los maestros entiendan de dónde viene ese comportamiento. La mayoría de veces son producidos por el dolor y la mejor manera de superar eso es conocer a cada niño y brindarles apoyo. A veces, lo más importante que un maestro puede hacer es ser un recurso confiable para los padres. Cuando una familia migra, a menudo llega a un lugar donde no tiene a nadie en quien confiar. Si ellos sienten que la escuela y el maestro se interesan por ellos, tanto padres, como hijos, esa una manera importante para ayudarlos a superar lo que han vivido.
. © Miguel Galezzo / PMV
PMV: ¿Qué deben hacer los profesores en el colegio?
EK: Es importante que los maestros vean al niño en su totalidad. No es solo un estudiante que aprende, también es una persona que va al aula con experiencias, a veces han vivido demasiado para su edad y todo eso repercute en su aprendizaje. Los niños migrantes solo van a aprender si sienten que son valiosos en el aula. Por esto los maestros deben hacer un esfuerzo adicional para comprender ellos, y hacerle ver a los estudiantes nativos que esos estudiantes de distinta nacionalidad llegaron a su país buscando una mejor vida y una mejor educación.
Es muy difícil ser un inmigrante. Esos niños abandonaron el lugar que consideraban su hogar, probablemente a gran parte de sus familiares y sin duda a sus amigos. Es importante que el maestro comprenda esto y los hagan sentir bienvenidos, valorados y cuando esto se cumpla va a darse un buen proceso de aprendizaje.
PMV: ¿Sobre qué deben estar alerta los maestros?
EK:Creo que es importante que el profesor tenga cuidado con el acoso escolar, que esté atento a las cosas desagradables que los estudiantes nativos pueden hacer en contra de los recién llegados. Eso es importante.
PMV: Y si se enfrenta una situación de acoso, ¿cómo se debe manejar?
EK: Esto es muy importante. En primer lugar, no hay que tolerar ninguna forma de intimidación. Ninguna. A veces los maestros actúan si sucede en el aula, pero si sucede por fuera creen que no es su responsabilidad y no debería ser así. Siempre se debe actuar. Los padres y los demás estudiantes también tienen la responsabilidad de detener el acoso escolar y no tolerarlo bajo ninguna situación.
Cuando lidiamos con situaciones de acoso creo que es importante mirar las raíces de donde viene el conflicto. No solo hay que decirle al acosador “eso no es algo agradable de decir o hacer”, sino que realmente hay que generar discusiones en el aula en torno al tema. Que todos participen, incluso los más pequeños del colegio. Hay que hablar de estos estudiantes nuevos, migrantes, hacer entender su contexto y pensar juntos formas de hacerlos sentir bienvenidos.
Para grados mayores se pueden crear espacios para hablar de sentimientos y espacios para visibilizar historias,así entre todos entenderán cómo se sienten y quiénes son. A veces pueden hacerlo escribiendo historias, autobiografías o poemas sobre su vida, también hacer trabajos manuales. Lo importante es que cada estudiante tenga la oportunidad de mostrar quién es, que es más que un simple migrante o una cifra.
PMV: En su experiencia, ¿qué estrategias ha intentado y funcionado en los colegios para integrar a los niños de distintas procedencias?
EK: Uno de los fundamentos de mi trabajo es que creo firmemente en que todos los estudiantes traen algo al salón de clases de lo que los demás pueden aprender, y los maestros deben crear oportunidades para demostrar esto. Si estos migrantes tienen la oportunidad de ser valorados y de mostrarse tal cual son ayudarán a educar a los demás. Ellos pueden enseñar una perspectiva diferente sobre la vida, sobre sus experiencias y es importante que los estudiantes colombianos escuchen eso, reflexionen y acaben los estereotipos que puedan tener.
En primer lugar, hay que dar oportunidades a todos los estudiantes. Hay que permitirles expresar quiénes son. Algo que realmente me gusta hacer y funciona es lo que mencione hace un rato acerca de la escritura. Los estudiantes pueden escribir un poema sobre su lugar de origen, su familia y cuando lo escriban deben nombrar al menos cinco cosas que escucharon o vieron en casa. No debe ser algo muy elaborado, solo debe ser algo que ayude a hacerse una idea acerca de lo que el hogar significa para cada uno.
Otra cosa en la que insistiré es que los maestros se aseguren de que existe acoso escolar, ya sea verbal o físico. Hay que tomar medidas enseguida. Se debe detener lo que sucede y hablar. Es bueno preguntar “¿Por qué hiciste eso?” en lugar de solo decirles que paren. Así se crea un debate y hay una reflexión.
También es bueno crear programas en la escuela para conocerse mejor. Es difícil odiar a alguien que conoces, así que una vez se comparten las historias de todos es difícil pensar en el otro como alguien que no debería estar donde estoy yo. Si hay espacios conocerse aumenta la posibilidad de crear un espacio agradable en la que todos se traten bien.
. © José Puentes Ramos / Semana Rural
PMV: ¿las escuelas deberían hacer actividades para visibilizar a esos migrantes y comenzar a verlos como personas con una historia?
EK: Absolutamente. Son personas, no son un número, no son una etiqueta, no son solo un migrante. Y ellos son personas que llevan a Colombia su historia, su fortaleza y todo el conocimiento que tienen. Eso bueno para el país, pero solo es bueno si nos respetamos unos a otros y los vemos como personas de las que se puede aprender. No ganamos nada discriminando y considerando a los migrantes como personas horribles que me están quitando algo.
PMV: ¿Cual es la tarea de los padres en este proceso?
EK: Ellos son muy importantes. Los padres deben ayudar a sus hijos a comprender que hay que aceptar a las personas que no son como ellos, que vienen de otro lugar, con otra cultura y otras formas de ver el mundo. Necesitan enseñarles a tener una mentalidad abierta y esto ayudará a los niños a convertirse en adultos que puedan sentirse cómodos en cualquier lugar, en cualquier entorno en el que terminen trabajando.
Los padres no deben dejarle todo al colegio, ellos también deben enseñar a sus hijos a ser respetuosos y crear espacios de diálogo para saber qué están diciendo en la escuela. Deben recordar que no es solo decirles que no sean acosadores, sino que también defiendan a los estudiantes inmigrantes si están siendo acosados.
Esto algo con lo que estamos lidiando en los Estados Unidos. Desafortunadamente ha habido un aumento en los niveles de acoso escolar y estamos tratando mucho para ayudar a disminuir esto. Un espectador, una persona que está allí observando se vuelve cómplice de la situación. Hay que hacer algo por detener este fenómeno, decirle a los niños “no, no es así cómo nos hablamos” o como dije antes, preguntar al agresor “¿por qué lo hace?” ayuda a mejorar la situación.
PMV: Con lo que hemos hablado, ¿considera que desde que alguien es pequeño debería aprender a entender la migración como algo positivo?
EK: Absolutamente. En los Estados Unidos hablamos de cómo somos un país de inmigrantes, pero hay muchas personas que ya lo han olvidado. En mi caso, conozco a inmigrantes de todo el mundo aquí y trabajo con ellos, incluso los veo después del trabajo. Me he propuesto crear espacios para conocer a estas personas que ciertamente son distintas a mí y eso ha hecho mi vida mucho más interesante y le ha dado nuevas perspectivas.
Las personas no solo se integran a la sociedad, sino que aportan su propia fuerza, aportan cultura, conocimiento, también su historia y mejoran el entorno para todos.
PMV: ¿Puede mencionar 3 cosas que los migrantes pueden aportar al aula?
EK: Una perspectiva diferente. Los niños empiezan a pensar profundamente porque se rodean de personas que le ayudan a ver otras culturas. Si todos tienen las mismas experiencias y piensan de la misma manera, creces pensando que solo hay una manera correcta de hacer las cosas, así que tener estudiantes de diferentes orígenes te da la oportunidad de pensar sobre tu propia perspectiva y darte cuenta de que hay más de una manera correcta de hacer las cosas.
Te ayuda a convertirte en un mejor solucionador de problemas. Por lo primero que dije, te das cuenta de que no hay una sola manera correcta de resolver un problema. Tanto el maestro como los estudiantes empiezan a pensar diferente cuando estás en clase compartiendo sus propias realidades y experiencias.
Aprenderás a trabajar con personas que son diferentes. Aprendes cómo colaborar con personas que podrían no pensar como tú. Es una lección valiosa que te ayudará cuando seas mayor y comiences a trabajar en algún lugar.
Por: Proyecto Migración Venezuela @MigraVenezuela