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El 58 por ciento de venezolanos en Colombia se quiere quedar

El estudio muestra que uno de los retos para los migrantes es la estabilidad laboral. | Por: SEMANA.

El Instituto de Políticas Migratorias (MPI, por sus siglas en inglés) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) hicieron un nuevo esfuerzo por caracterizar el perfil de los migrantes y refugiados venezolanos radicados en distintos países de la región. El informe, titulado “Un perfil regional de los migrantes y refugiados venezolanos en América Latina y el Caribe”, fue presentado este jueves y analizado en un conversatorio con diferentes expertos. 

Una de las cifras más diciente sobre la situación de esta población en Colombia y que ratifica lo que algunos análisis ya habían previsto es que la gran mayoría tiene la intención de quedarse en el país.  El 58 por ciento de los migrantes y refugiados venezolanos quiere quedarse y solo el 17 por ciento manifestó que regresaría a su país cuando la situación mejore. El 24 por ciento dijo que se desplazaría hacía otro país.

Pese a que la cifra de quienes manifiestan querer permanecer en Colombia es importante, es la más baja de todos los países que participaron del estudio, donde más del 80 por ciento de los encuestados manifestaron que desean continuar viviendo donde están radicados. Vale la pena aclarar que el estudio recolectó la información antes de que iniciara la pandemia por el coronavirus, lo cual podría significar unas variaciones con respecto a la actitud de los migrantes y refugiados en la actualidad. Sin embargo, es importante que el país revise cuáles son las razones estructurales que llevan a que menos venezolanos quieran permanecer en el país con respecto a sus pares de la región.

“Desde marzo de 2020, con el inicio de la pandemia COVID-19, se han generado desalojos, pérdida de empleo, la imposibilidad de acceder a la salud y la educación. Dichos hechos han representado grandes retrocesos y estancamientos en la posibilidad de integrar a dicha población en los países receptores”aseguró Eduardo Stein, representante especial conjunto de Acnur y OIM para los refugiados y migrantes venezolanos. 

En ese mismo sentido, Stein sostuvo que en medio de la situación actual es apremiante que los Estados redoblen sus esfuerzos para poder integrar a los migrante en los países de acogida, ya que son una de las poblaciones más vulnerables. 

El estudió realizó 32 mil encuestas en 11 países: Brasil, Colombia, Guyana, Perú, Ecuador, Chile, Argentina, Paraguay, Uruguay, Costa Rica y Trinidad y Tobago. Para esto, contaron con el apoyo de la Plataforma de Coordinación Regional para la crisis migratoria (R4V) y analizaron las condiciones de vida y los planes a futuro de los encuestados.

Andrew Selee, presidente del MPI, señaló que es vital contar con datos que guíen las decisiones de los gobiernos, las organizaciones de la sociedad civil y la cooperación internacional para que esta crisis de flujos mixtos, que se ha agudizado con la llegada de la pandemia de covid-19, se convierta “en una oportunidad para el aprovechamiento del capital”.

Para lograr esa inclusión laboral y el aprovechamiento del capital humano venezolano, un paso fundamental es la regularización migratoria que brinde permisos de trabajo. En esto, según el estudio, Colombia es uno de los países más quedados. De los 9.069 encuestados, más de la mitad respondió “ninguno” a la pregunta sobre estatus migratorio o visa. Esta es una estadística que coincide con las cifras de Migración Colombia, que muestran que casi el 57 por ciento de los venezolanos en el país están como irregulares.

Esta integración económica es crucial en Colombia si se tiene en cuenta, como muestra el estudio, que el 91 por ciento de los venezolanos que migraron tuvieron dificultades financieras durante el viaje, una cifra considerablemente mayor a quienes llegaron a otros países de la región. Además, el 46 por ciento también manifestó haber tenido problemas para acceder a comida. Ambas estadísticas muestran las vulnerabildiades económicas en que llegan los venezolanos al país.

Conscientes de estos problemas, los investigadores del estudio reconocen que es crítico que los países de la región cuenten con el apoyo internacional.“Si bien con la llegada de migrantes y refugiados desde Venezuela hay un potencial de aumentar el crecimiento económico a largo plazo, también está creando problemas reales y tangibles a corto plazo para las escuelas, los hospitales y la infraestructura, que incluso en muchos países ya se enfrentaban a problemas de capacidad. El apoyo internacional puede ayudar a los países de la región a superar esos desafíos y a cosechar los beneficios de la inmigración”, concluye la investigación.

Aquí puede leer el informe completo. 

Por: Proyecto Migración Venezuela @MigraVenezuela