“Es una ley del llanero darle la mano al que llega”, dice Luis Peraza. Este llanero ha dedicado su vida a promover la identidad de su tierra y el turismo en Arauca. La oportunidad para mostrar a su región como un destino llegó con la firma del acuerdo de paz entre el gobierno y las Farc. Así descubrió que su departamento tenía un enorme potencial para atraer a turistas nacionales y extranjeros, y que hay mucho por mostrar más allá del recuerdo de la violencia.
Luis también es uno de los araucanos que recibe y ayuda a los venezolanos que han cruzado la frontera para huir de la crítica situación económica, política y social que vive su país. La relación entre Colombia y Venezuela en esa zona de la frontera está marcada por las familias binacionales, compuestas por familiares a lado y lado del río Arauca. “No hay araucano que no tenga un pariente del otro lado del río. ¿Cómo no voy a confiar en mi misma sangre?”, dice.
Según cifras de Migración Colombia, hasta el 31 de marzo de 2018 había 37.815 venezolanos en Arauca.
Para Luis, la identidad llanera es la base de la relación entre colombianos y venezolanos. “Ser llanero es un estilo de vida: nos criaron bajo la premisa de compartir, de darle la mano al que viene de lejos, de ayudar”. La migración de venezolanos a Colombia ha despertado una vez más esa solidaridad. A pesar de los cierres que ha tenido la frontera, los llaneros saben que el río no los separa sino que los une, así como los cantos de ganado y las faenas de trabajo en el llano.
Para Luis Peraza, la tradición de los llaneros contiene un mensaje de inclusión e integración que invita a recibir a los migrantes venezolanos y a los colombianos que regresan al país. | © Cortesía Adci-Voca
Generosidad
Desde que empezaron a llegar cada vez más venezolanos y colombianos que vuelven de Venezuela, es común ver a los araucanos con paquetes de alimentos y medicinas para sus familiares en Venezuela, pues todos buscan la manera de mantener el vínculo a pesar de la situación. La relación entre Colombia y Venezuela en Arauca no es nueva: a comienzos del siglo XX, por ejemplo, los venezolanos o descendientes de ese país eran el 90 por ciento de la población del departamento.
La experiencia le ha demostrado a Luis que la frontera es una división política que no puede cambiar su relación con Venezuela. “La hermandad de nosotros está más allá de todo, es cuestión de sangre. Esos lazos tan fuertes de familia, joropo, cultura, paisaje e idiosincrasia están por encima de todos los factores externos. Nuestra relación es un sentir desde el alma”, dice.
Su invitación para los colombianos es a confiar en los venezolanos para que la nacionalidad no sea algo que diferencie a dos países unidos por 2.219 kilómetros. Para Luis, el ejemplo lo dio Simón Bolívar hace 200 años: “Cuando llegó a Arauca, él dijo ‘vienen llaneros’. No dijo que venían llaneros de Venezuela y llaneros de Colombia, sino llaneros. Y el resultado fue la independencia para todos”.
*Luis Peraza es embajador de la reconciliación de USAID y ACDI/VOCA.
Por: Sara Prada @pradasaraca