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Desmantelan banda que explotaba sexualmente a venezolanas

La organización operaba en Yopal reclutando mujeres venezolanas en la frontera de Arauca. | Por: FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN

Una red criminal señalada de reclutar jóvenes venezolanas para la explotación sexual fue desmantelada este martes en la ciudad de Yopal, departamento de Casanare. La Fiscalía General de la Nación, junto con funcionarios de Migración Colombia y la Policía Nacional realizó una investigación por cerca de un año, y con agentes encubiertos lograron identificar las actividades ilícitas de este grupo.

Las mujeres extranjeras eran reclutadas en el paso fronterizo de Arauca y llevadas hasta Yopal con la promesa de trabajar en un distinguido restaurante. Luego de su arribo las despojaban sus documentos y eran obligadas, incluso bajo la amenaza de muerte, a brindar servicios sexuales mientras recibían tratos degradantes.

En el operativo fueron capturadas diez personas, entre ellas Isabelina Fonseca alias “Rosa”, quien junto a su hija y otros familiares estaba a cargo del negocio que operaba en tres locales de la capital de Casanare. 

En el procedimiento policial hallaron 15 mujeres venezolanas, cuatro de ellas menores de edad, a quienes se les restablecieron sus derechos. Varias jóvenes que viajaban con sus hijos pequeños fueron reclutadas y eran obligadas a trabajar mientras eran separadas de sus hijos.

Al llegar, las mujeres eran obligadas a pagar el pasaje, además tenían que cancelar su hospedaje y la comida. De igual forma eran multadas por comportamientos que los jefes consideraban irregulares como negarse a prestar un servicio.

Los capturados ya están en proceso de judicialización. Se les imputaron cargos de proxenetismo, trata de personas y concierto para delinquir agravado. Un fiscal de la Dirección Especializada contra las Organizaciones Criminales realizó la imputación, cargos que no fueron aceptados por los involucrados.


Según reporta la fiscalía en una nota de prensa divulgada este miércoles, agentes encubiertos se infiltraron en uno de los locales que manejaba la organización liderada por Isabelina Fonseca. Se trataba de tres restaurantes que en la noche se convertían en una casa de citas donde mujeres jóvenes, en su mayoría venezolanas, eran obligadas a ofrecer servicios sexuales.

En un video divulgado en redes sociales, se muestra a un agente encubierto conversando con una de las jóvenes en medio de música y trago. También se mostraron imágenes de la entrada y salida al local en plena luz del día. El establecimiento en su fachada tiene mesas y sillas tal cual un restaurante corriente, pero en su interior hay un espacio para mesas donde los visitantes consumían licor y por supuesto, llegaban a los acuerdos con las jóvenes para actos sexuales.

El trabajo de los funcionarios fue respaldado en el estudio de horas de grabación, además de contar con el testimonio de una mujer que logró escapar del sitio en el mes de febrero. La denuncia de la joven fue determinante para construir el perfil de la banda.

La vulnerabilidad de migrantes venezolanas es aprovechada por estos grupos, que tienen sus tentáculos en los pasos fronterizos principales como en Villa del Rosario, Maicao y Arauca. Por igual operan en las ciudades con más presencia venezolana como Bogotá, Medellín, Barranquilla y Cartagena. Las jóvenes son contactadas incluso antes de cruzar la frontera, algunas capturadas por redes sociales.

“Nos dijeron que nos iban a bajar a Yopal para un restaurante, pero nosotros nos confiamos y nosotros nos vinimos. Cuando vemos, nos quitan la cédula y hasta que no le paguemos el pasaje, no nos podemos ir y nos pusieron a firmar ahí, cada vez que les pagábamos, firmábamos papeles, firmando cosas”, expresó la mujer en el video de la fiscalía, divulgado por un canal nacional.

De esta forma, las jóvenes eran engañadas y llevadas al restaurante bajo una falsa promesa. Allí tenían que pagar arriendo, comida y eran multadas por cualquier actitud que “Rosa” considerara irregular, cobrándoles 20 mil pesos. La red también retenía los hijos pequeños de las mujeres.


En el grupo de 15 mujeres halladas este martes, cuatro son menores de edad. En Colombia, según la Fiscalía General de la Nación, para 2019 registraron 1615 casos de explotación sexual comercial y pornografía infantil, un promedio de 134 casos mensuales. Para 2018, se mostraban 100 casos al mes. Sin duda un aumento considerable, alimentado por la presencia de migrantes venezolanos, sobre todo en las zonas fronterizas.


La falta de empleo entre la población migrante causa que mujeres jóvenes terminen trabajando como trabajadoras sexuales. Según el Dane, el desempleo entre mujeres venezolanas es de 31,2 por ciento al cierre de octubre de 2020, cifra que viene en aumento. La poca protección permite que estas mujeres terminen bajo el foco de estos grupos criminales.

En Cúcuta, la ciudad colombiana más importante entre el paso fronterizo de Venezuela y Colombia, según organizaciones que brindan apoyo en la frontera, el 80 por ciento de las trabajadoras sexuales son venezolanas. En la capital de Colombia un estudio realizado por el Consejo de Bogotá el año pasado, reveló que hay más de 23 mil mujeres que se dedican al trabajo sexual, muchas de ellas víctimas de trata de personas, abusos físicos y explotación laboral.

«Nos dijeron que nos iban a bajar a Yopal para un restaurante, pero nosotros nos confiamos y nosotros nos vinimos. Cuando vemos, nos quitan la cédula y hasta que no le paguemos el pasaje, no nos podemos ir».

Testigo encubierto.

En el mes de septiembre fue capturada una banda que se dedicaba a explotar sexualmente a mujeres extranjeras en el suroccidente de esta ciudad que alberga a más de 300 mil venezolanos. En un video que circuló por redes sociales, se muestra a un hombre golpeando e insultando a una adolescente. El sujeto tiene en sus manos un taladro industrial el cual acercaba a la cara de la aterrada joven.


“Cuando uno de los administradores de este lugar se entera que una de estas menores de edad toma confianza con uno de los clientes y le cuenta que en este lugar venden licor adulterado, este hombre toma acciones en contra de la menor, la tortura, la agrede físicamente, le causa lesiones graves con herramientas por lo que ella había denunciado”, expresó la coronel María Elena Gómez, jefa de la Sijín metropolitana de Bogotá.


La banda compuesta por cuatro personas, se hacía llamar “Tropezón” y operaba en un bar en la localidad de Bosa. Fueron capturadas y judicializadas, imputándoles cargos de trata de personas, inducción a la prostitución y tortura.

Cartagena es otra de las grandes ciudades colombianas que alberga población venezolana. La industria del turismo es un principal foco para la prostitución. En 2018 una gran red de servicios sexuales que trataba en su mayoría con menores de edad fue descubierta.

Liliana del Carmen Campos Puello alias “La madame”, era la líder de la organización transnacional que explotaba a chicas en Cartagena, San Andrés, Aruba y Panamá. Se conoció en su momento que Campos llegó a tener en su poder unas 250 jovencitas venezolanas entre 14 y 17 años de edad. 

 
Según la fiscalía, la captura fue un importante golpe al crimen. “Se trata de la mayor proxeneta de la ciudad de Cartagena y la encargada de manejar un corredor sexual en la zona de las playas y contaría con una capacidad logística y contactos de nivel internacional para realizar eventos que demandan servicios sexuales de varias mujeres”, reveló en una nota de prensa.


Pese a la captura de “La madame”, esta actividad ilícita no para en Bolívar. Tras dos años de investigación un fiscal de la Unidad de Delitos Sexuales descubrió a mediados de noviembre una banda de ocho personas dedicadas al proxenetismo con mujeres colombianas y venezolanas que las seducía por redes sociales.


La operación “Falcón” logró la captura de los involucrados que han sido imputados por concierto para delinquir, proxenetismo, estímulo a la prostitución, trata de personas; y tráfico, fabricación o porte de estupefacientes.

Bajo el mismo modo de operación de la mayoría de estas organizaciones criminales, reclutaban jóvenes extranjeras y nacionales a las que obligaban a prostituirse en Cartagena. También ofrecían paquetes turísticos con servicio sexual incluido para turistas extranjeros. 

“La Madame del Amazonas” fue otra de las organizaciones desmanteladas en Colombia durante 2019. “La Tigresa”, “el Tigrillo” y “el Caimán”, los sobrenombres de los principales jefes que lideraban la organización que traficaba con niñas y adolescentes entre Colombia, Brasil y Perú. 

“La investigación nació gracias a la denuncia de una de las madres de las víctimas, quien nos contó lo que había sucedido”, señaló en su momento el exdirector de la oficina de Migración de Colombia, Christian Krüger.


A los detenidos se les acusó de tráfico de migrantes, trata de personas, inducción a la prostitución y demanda de explotación sexual con menores. Sometían a jóvenes indígenas, operando en la triple frontera entre Colombia, Perú y Brasil, en el Amazonas.

Por: Proyecto Migración Venezuela @MigraVenezuela