Una encuesta de la organización Equilibrium CenDe, realizada en Colombia, Perú y Ecuador, evidencia las condiciones socioeconómicas en las que vive esta población refugiada tras haber salido de su país y luego de la crisis por la covid-19.
Uno de los principales obstáculos para la integración de los profesionales migrantes y refugiados que huyen de Venezuela es lograr la convalidación de sus diplomas. En su más reciente encuesta regional, la organización Equilibrium CenDe reveló que el 92% de los venezolanos que migran a Colombia, Perú y Ecuador no han convalidado sus títulos educativos, por lo tanto, del total de los encuestados solamente el 8% habría hecho este trámite que le permitiría aplicar a mejores oportunidades laborales.
Así entonces, un 41% de la muestra se encuentra desempleado, mientras que el 49% afirmó estar ocupado en algún sector laboral. De ellos solamente el 19% estaría vinculado a un trabajo relacionado con su profesión, frente a un 80% que tendría un empleo diferente a sus experiencias previas o a sus estudios. El comercio ambulante, las actividades gastronómicas y las actividades profesionales serían los sectores económicos que más ocupan los venezolanos en los países encuestados.
La organización Equilibrium CenDe realizó llamadas telefónicas y medios digitales encuestaron a 1.416 venezolanos en estos tres países en busca de la recolección de datos a cerca de la experiencia migratoria, retorno o intención de permanencia, situación laboral, escolarización, salud, vivienda, discriminación, entre otros. Aunque la muestra de la encuesta no es tan representativa, debido a que en estas tres naciones están radicados más de 3 millones 500 refugiados venezolanos, los resultados dan luces de cómo está el panorama esta población en Colombia, Perú y Ecuador.
Según la organización, buscaban “evidenciar los principales desafíos que enfrentan estas personas (migrantes venezolanos), y así poder aportar soluciones a corto y mediano plazo”. Entre los resultados obtenidos, se encontró que un 69% de los encuestados salieron de su país por los altos costos de vida, entre tanto, las personas que salieron en búsqueda de oportunidades laborales suman el 62%, y representan el 58% aquellos que por falta de alimentos dejaron Venezuela, pero el 40% decidieron que era mejor irse por no encontrar medicinas ni servicios de salud.
En relación con la intención de permanencia en alguno de estos tres países o el propósito de retornar a su país de origen, la encuesta precisó que de los encuestados solamente, un 37% de ellos conoce a alguien que se ha devuelto a Venezuela, sea un familiar o un conocido cercano; en contraste con un 62% de personas que no conocen a una persona que haya decidido volver.
En este sentido, una mayoría que representa al 79% de los encuestados dijo que no tenía intención de moverse del país donde se encuentra, sea este Colombia, Perú o Ecuador. Mientras que, del 10% que respondió que sí busca continuar su migración, el 41% de ellos lo hacen por seguir buscando una mejor calidad de vida, y un 38% de este mismo grupo de venezolanos que planean cambiarse de país en 2022 lo haría por reunirse con su familia.
Otro punto importante que evidenció son los niveles de escolarización que tienen los menores de edad que migran con sus familias, en ese caso, se evidenció que el 64% de las personas que salen de su país lo hacen con sus hijos, respecto a un 35% que viaja solo. Los resultados arrojan que un 48% de los encuestados tienen a cargo menores entre los 6 y 17 años, seguido de un 25% con niños entre 0 y 3 años.
Se afirmó que en un 86% de los casos, los encuestados tienen al menos un hijo entre los 6 y 17 años matriculado, al igual que los menores de 4 a 5 años, para los infantes de 0 a 3 años la proporción de matriculados llegaría al 64%. Sin embargo, tras la crisis desatada por la covid-19 de los encuestados que tienen sus niños estudiando, el 66% reportó que los equipos tecnológicos a su disposición eran inadecuados o insuficientes, un 65% tenía problemas de conexión a internet, en adición, para un 25% de los padres la carga de tener a sus hijos aprendiendo en casa era excesiva.
En cuanto al acceso a servicios de salud, de la muestra encuestada un 64% afirmó no estar afiliado a un seguro de salud, contra un 34% de migrantes o refugiados que sí tienen la cobertura. Entre los motivos que limita a esta población a adquirir el beneficio estarían la falta de recursos económicos y la carencia de documentación exigida por los centros de atención.
En el apartado de discriminación, es importante resaltar que son altos los porcentajes de las personas que no han recibido tratos discriminatorios, sin embargo, el puntaje más elevado relevela que el 32% de los venezolanos se han sentido incómodos o que los miran de forma rara. Seguido de un 27% que afirma haber sido blanco de insultos, burlas o malos comentarios, además de esto, el 24% de los encuestados dice haber sido tratado con menos respeto que otras personas.
En resumen, estos comportamientos se habrían evidenciado principalmente en lugares públicos, en el trabajo y en establecimientos de salud. Los motivos por los cuales estos migrantes o refugiados venezolanos se han sentido discriminados en estos tres países serían en un 92% por su nacionalidad, un 20% por su manera de hablar y un 18% por su condición económica.
Para comunicarse o informarse, los venezolanos encuestados continúan utilizando con mayor frecuencia Facebook y Whatsapp, seguido de la televisión y las páginas de internet; aunque tiene una mayor confiabilidad en medios de comunicación con un 53%, sigue alto el porcentaje de personas que confían en los grupos de redes sociales o Whatsapp, esto frente a 16% que se fía del gobierno o de instituciones públicas.
Por: Debbie Gámez