La violencia en la frontera con Venezuela se ha recrudecido en los últimos meses por cuenta de factores como choques entre bandas criminales y la presencia del ELN. Además, desde mayo las autoridades venezolanas han informado sobre la aparición de cuerpos descuartizados en esas zonas.
Aunque investigadores los consideraban casos aislados, el diario El Tiempo publicó una investigación en la que relaciona estos crímenes con la aparición de unas denominadas autodefensas binacionales, que estarían buscando el control de las economías ilegales mientras se escudan bajo una supuesta “función antiguerrillera”.
Los crímenes
El primer caso de ese tipo ocurrió en mayo de este año, cuando decapitaron y quemaron a dos venezolanos miembros de la banda La línea en el estado Táchira, que limita con Cúcuta. Las autoridades encontraron a las víctimas en los pasos irregulares que a veces utilizan grupos delincuenciales para moverse de un país a otro.
Luego, en junio apareció el cuerpo decapitado de Evert Antonio Báez Arenales, quien trabajaba como ‘caletero’ en Ureña (Venezuela). Tan solo un mes después, el 6 de julio, militares venezolanos interceptaron a cinco hombres que arrastraban costales en su paso por el río Táchira -desde Cúcuta hacia Ureña- y descubrieron que llevaban tres cabezas humanas.
Hasta ahora, las autoridades judiciales de Venezuela sospechan que la banda La línea es responsable del crimen. Sin embargo, en los costales también encontraron panfletos de las Autodefensas Unidas Colombo-Venezolanas (AUCV). Y de acuerdo con El Tiempo, también se han repartido esos volantes en barrios de Cúcuta y de Ureña.
¿Autodefensas?
La unidad de investigación de ese diario entrevistó a Javier Tarazona, director de la ONG FundaRedes, quien aseguró que las AUCV son “reductos de los Pelusos y del Clan del Golfo que perdieron el control de las trochas con el ELN y las disidencias de las Farc, y por eso han querido repuntar su actividad ilegal repartiendo panfletos amenazantes y acudiendo a prácticas mafiosas como la decapitación”.
Al parecer, el grupo quiere mostrarse como una respuesta al fortalecimiento del ELN en la frontera, pues como denunció SEMANA, esa guerrilla, las disidencias de las Farc y las mafias del contrabando libran una sangrienta batalla por controlar las rutas irregulares en la frontera venezolana.
Para Tarazona, el asesinato de Evert Antonio Báez Arenales puede ser responsabilidad de las llamadas AUCV, pues personas no identificadas dejaron parte de su cuerpo al frente de una sede de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) porque supuestamente ese grupo apoya a la guerrilla colombiana.
Según Néstor Rosanía, líder del Centro de Estudios en Seguridad y Paz, si bien las AUCV insisten en llamarse un grupo antiguerrilla en los panfletos que distribuyen, sus acciones en realidad están encaminadas a controlar las economías ilegales de la zona. Más bien, llamarse autodefensas puede surgir de una búsqueda de legitimidad o de un intento de explicar sus acciones en el marco del conflicto armado.
Hasta ahora, las autoridades colombianas y venezolanas no han comprobado una relación entre La línea y las AUCV, y las investigaciones sobre las decapitaciones de los cuatro hombres apenas empiezan, pero la violencia de la zona y el surgimiento de bandas delincuenciales amerita atención.
De hecho, fuentes venezolanas le dijeron a El Tiempo “que en la parte colombiana del río Táchira, cerca del casco urbano de Cúcuta, habría fosas en las que podrían estar varios de los desaparecidos que se han registrado tras los enfrentamientos que hay en la zona por el control territorial”.
Al final, actos barbáricos como la decapitación tienen el propósito de dar un mensaje sobre la intención o la capacidad de violencia del grupo llamado AUCV. Por eso, es más probable que los responsables de esos hechos respondan a la forma de operar de las bandas criminales y no de las autodefensas en Colombia. En todo caso, las autoridades de Colombia y Venezuela tendrán que investigar con detenimiento las características de estos grupos y los crímenes de los cuatro hombres en la frontera.
Por: Proyecto Migración Venezuela @MigraVenezuela