Luego de la balacera registrada este miércoles en el norte de Bogotá, donde el patrullero de la Policía Edwin Caro resultó muerto en hechos en los que se vio involucrado un ciudadano venezolano, la alcaldesa Claudia López se refirió al crimen y a la inseguridad en la ciudad con declaraciones en las que pidió que los extranjeros “no se aprovechen de la solidaridad de Colombia”.
“Un llamado a que, así como se les ofrece de todo a los venezolanos, se nos dé garantías a los colombianos. No podemos permitir que se aprovechen de la solidaridad de Colombia y que sigamos teniendo actos violentos por parte de migrantes venezolanos que ya han cobrado la vida de varios de nuestros ciudadanos”, señaló la mandataria.
El discurso de López, interpretado por varios sectores como discriminatorio y estigmatizante hacia la población migrante venezolana en Colombia, encendió la polémica en las redes sociales, en donde nuevamente fue objeto de debate la supuesta relación entre la migración y la criminalidad.
De acuerdo con Alejandro Daly, Coordinador Nacional de El Derecho a No Obedecer, las referencias públicas a los migrantes como responsables del incremento de la inseguridad incentivan imaginarios colectivos no basados en evidencia que “legitiman discursos de odio y posibles vulneraciones a los derechos humanos” y que, además, según Daly, abren la ventana de oportunidad para que los migrantes sean vistos “como el otro, como algo ajeno e inferior a los colombianos”.
Además, de acuerdo con Daly, es ingenuo pensar que la criminalidad en Bogotá y en el país es responsabilidad exclusiva de los migrantes.“En Colombia hay casi dos millones de venezolanos y según los últimos datos del Banco Mundial, sólo cuatro por ciento de los delitos ocurridos en Colombia responden a personas migrantes. Cuatro por ciento respecto a dos millones, es una relación simplemente estándar al nivel de incremento poblacional”.
No obstante, pese a que las cifras no dan cuenta de una relación directa entre la migración y el aumento de la inseguridad en Bogotá, esta no es la primera vez que la alcaldesa Claudia López se refiere directamente a los venezolanos como responsables de los actos delictivos en la capital.
En el pasado, lo hizo cuando un ciudadano fue asesinado en un articulado de TransMilenio y en varias oportunidades la mandataria de los capitalinos ha llamado a las autoridades colombianas a tomar cartas en el asunto, desatando la controversia ante una posible xenofobia.
“Exigimos garantías, insisto, respetamos las políticas del Gobierno nacional pero a los migrantes venezolanos todo se les ofrece, y a los colombianos qué se les ofrece, qué garantía tenemos, de que haya una competencia desleal por sus empleos, especialmente para gente humilde. De que se aprovechan de la generosidad del Gobierno de Colombia para agredir a ciudadanos colombianos”, dijo López, en la mañana de este jueves.
Para Nastassja Rojas, politóloga e internacionalista experta en migración y democracia, afirmaciones como las de la alcaldesa evidencian un discurso xenófobo. “Parece que para las autoridades existieran ciudadanos de diferentes categorías”, asegura.
Para Rojas la exigencia de López de garantías para los colombianos carece de sentido, puesto que la seguridad es para que todos los ciudadanos que conviven en la ciudad tengan garantías. “El crimen no discrimina. No es que porque yo soy de Venezuela a mí no me van a robar”, enfatiza Rojas.
Daly concuerda con esto último y agrega que al segmentar a la población por su nacionalidad se termina cayendo en discursos en los que el mensaje es “tú no perteneces, tú no aportas”, lo cual le juega en contra a la integración, puede poner en riesgo la integridad de los venezolanos y disminuir su deseo genuino de contribuir al desarrollo del país.
Por: Proyecto Migración Venezuela @MigraVenezuela