Un fanático de Navegantes de Magallanes, que vende paquetes turísticos en Cartagena

David tiene cerca a sus hijas y nietos, otra gran parte de su familia está en Venezuela y quizás, luego de cuatro años, pueda ir a visitarla/Foto Cortesía David Méndez
David tiene cerca a sus hijas y nietos, otra gran parte de su familia está en Venezuela y quizás, luego de cuatro años, pueda ir a visitarla/Foto Cortesía David Méndez

Al llegar a La Heroica, David Méndez tuvo que ser reciclador por quince días para conseguir algo de dinero, pero logró hacerse a una ocupación, para la que colombianos le enseñaron lo que necesitaba.

Nora Sánchez – Periodista Te lo Cuento News 

En una esquina de Bocagrande, la zona hotelera y turística por excelencia de Cartagena de Indias, está David Méndez, un hombre conversador, atento y servicial que ofrece paquetes turísticos y además vende bebidas y arepas junto a su pareja sentimental.

Una gorra del Navegantes del Magallanes (equipo de béisbol venezolano de Valencia) lo delata como fanático de la nave turca y no es para menos, pues David es de Valencia, estado Carabobo, de donde salió hace cuatro años con destino directo a la ciudad heroica de Colombia.

Su hija mayor, casada con un ciudadano colombiano con quien vivió en Venezuela, decidió migrar y establecerse en la ciudad natal de su esposo, Cartagena y ante la Emergencia Humanitaria Compleja (EHC) del país, ella regresó a buscar a su padre David para ofrecerle calidad de vida.

Es así como en el año 2019 David, quien hoy recuerda que fue una travesía muy triste salir de su país, llegó a Colombia con la disposición y la voluntad de trabajar para tener bienestar.

Reciclador por 15 días 

Dos hijas, un yerno, cuatro nietos y su pareja sentimental conforman la familia de David en Colombia, otra gran parte aún vive en Venezuela.

Su primer trabajo fue de reciclador, al llegar a Cartagena, David decidió caminar las playas de Bocagrande para recoger latas y venderlas, así produjo dinero para comenzar a vivir, pues como muchos migrantes, llegó “sin un peso o sin un dólar en la cartera”, dice.

“Llegué limpio”, recuerda con la típica frase que usan los venezolanos para referirse a lo que significa no tener dinero. David, aunque salió con dólares desde Valencia, pagó a funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en diferentes alcabalas hasta llegar a Maicao para que él y su familia pudieran transitar “libremente”. 

En total, en el camino le dejó 600 dólares en tres paradas a una decena de militares para que él, su hija, su yerno y sus dos nietos llegaran a Colombia sin ningún inconveniente, salvo el de no tener dinero para enfrentar una nueva vida como migrante.

Promueve y vive del turismo

No contar con Permiso Especial de Permanencia (PEP) para la época en la que llegó a Cartagena, no fue impedimento para que David se insertara de manera independiente y autónoma a la vida laboral, pues no sólo recogía latas, sino que además caminaba por toda la playa vendiendo bebidas y atendía a turistas propios y extranjeros.

Con el pasar del tiempo y con estatus regular en el país, David, de 49 años de edad, comenzó a interesarse más por el trabajo en el área que da desarrollo de Cartagena. Ahora es vendedor de paquetes o tours turísticos, oficio que complementa con la venta de bebidas, arepas y la atención que le da al turista.

En Venezuela, por ocho años tuvo una lunchería (sitio de comida rápida) en el mercado periférico de Valencia. Allí atendía público, pero no en la magnitud y la frecuencia con la que lo hace hoy día, pues ya es todo un experto en el oficio y se conoce la ciudad y sus atractivos muy bien, por lo que ofrecer y vender tours a playas, sitios turísticos y en chivas rumberas, es lo suyo.

David se ha insertado al campo laboral incluso aprendiendo de colombianos, de quienes dice le han enseñado mucho sin importar su nacionalidad, por lo que integrarse a la comunidad de acogida no ha sido dificultad; sin embargo, ha sentido xenofobia de parte de colombianos quienes manifiestan públicamente su molestia porque hace su trabajo en la calle.

A esta situación David le resta importancia, pues dice que son más los colombianos que quieren que trabaje en Bocagrande y sus alrededores, que los que desean verlo fuera de la zona.

Fue una buena decisión 

Este fanático del Navegantes del Magallanes no se arrepiente de haber migrado y son varias las bendiciones que enumera, entre ellas su pareja, venezolana, proveniente de la isla de Margarita, a quien conoció en Cartagena.  

Otra bendición es que ha podido perfeccionar el idioma inglés, recuerda que en Venezuela poco lo practicaba, pero ahora en Colombia lo perfeccionó, lo que le facilita interactuar con los turistas que lo hablan. Ser bilingüe es un plus que le ha permitido desarrollar la migración.

David se siente bien en Colombia, no vacila en decir que está satisfecho, tanto, que enumera lo que le ha dado calidad de vida y bienestar, “me he sentido muy bien y mientras me sienta cómodo y bien, no tengo por qué caminar más”, dice en referencia a que no piensa irse a otra ciudad o país.

Entre los planes de David está ir de visita a Venezuela, quizás para el año 2024, no lo tiene seguro, pero si quiere planificar un viaje porque quiere ver a su mamá, sus otros hijos y al resto de su familia y “bueno, si se me da, poder votar en contra del gobierno de Nicolás Maduro”.