Colprensa y Te lo Cuento News, con el apoyo de USAID, administrarán este espacio que busca comprender mejor la migración y la integración, y combatir con información e historias de vida la discriminación, los prejuicios y la xenofobia.
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La inspiradora travesía de Carlos Villegas como modelo

La inspiradora travesía de Carlos Villegas como modelo
La inspiradora travesía de Carlos Villegas como modelo

Carlos Villegas tiene cuatro años construyendo sus sueños en Bogotá. Ha hecho comerciales para una reconocida marca de café, cerveza y una empresa de telefonía móvil y servicios de internet y hogar. 

Po Moisés Sánchez – periodista Te Lo Cuento News

Nació un nueve de agosto de 1993 en Maracay, estado Aragua, una ciudad ubicada en la Región Central de Venezuela.

Se considera a sí mismo como un hombre alegre, honesto, soñador, guerrero y, tal vez, una persona “un poco cerrada” o selectiva debido a las vivencias que arrastra desde la niñez. Sin embargo, su historia de superación es una muestra más de la tenacidad y el talento de los buenos venezolanos. 

Con limitados recursos económicos, Carlos tomó en 2016 la decisión de salir de Venezuela, como muchos, movido por la crisis económica que azotaba, en ese momento –y aún hoy–, al país. Pasó de dormir en la comodidad de su habitación, a las bancas e incluso el caluroso piso de la Terminal de Transporte de Cúcuta, en el Departamento de Norte de Santander, en Colombia. 

Su destino era ese, “La Perla del Norte”, como se le conoce a la ciudad de Cúcuta. Carlos no tenía más dinero para seguir a un lugar más distante. Su sueño era llegar a Bogotá, donde planeaba ingresar al mundo de la televisión. Empezar por Cúcuta le pareció lo más sencillo. 

Sin dinero, sin familiares, sin conocidos, llegó a la Terminal con la firme decisión de encontrar trabajo ese mismo día. Un sábado 26 de noviembre comenzó a “patear” la calle para encontrar un empleo. La fortuna lo acompañó y cuatro horas después de emprender su búsqueda encontró trabajo. 

A Carlos lo contratan en un Club y ese mismo día empieza a trabajar en la cocina, lavando platos y ayudando en lo que se necesitara allí. “Trabajé desde las cinco de la tarde hasta las seis de la mañana, ya que había un concierto. Al finalizar el turno y como no tenía dinero, mucho menos dónde hospedarme, decidí ir a la Terminal para descansar unas horas, ya que a las 10:00 a.m. tenía que volver empezar a trabajar”, contó. 

Es un hombre agradecido, recuerda con mucho cariño a esas personas con las que trabajó durante dos años. Ellos, al enterarse de las condiciones en las que Carlos estaba viviendo, le ofrecieron dormir en el club un tiempo. El 24 de diciembre el encargado del restaurante lo invitó a pasar Navidad con su familia y le brindó cobijo durante dos meses hasta que pudo ahorrar y alquilar una habitación. 

Villegas, nacido en tiempos de la revolución bolivariana, a sus 23 años de edad alcanzó a licenciarse en administración de empresas de la Universidad Politécnica Territorial de Aragua. Pasó de practicar atletismo, trabajar como perito para una empresa de seguros y vender huevos sancochados en Cata, una playa del municipio de Ocumare de la Costa del estado Aragua, los fines de semana, a tener dos trabajos en Cúcuta. 

“Al estabilizarme, encontré otro trabajo. En el restaurante laboraba desde las nueve de la mañana hasta las cuatro de la tarde. Empecé en una heladería cercana en la que el turno iniciaba a las cuatro y media y terminaba a la una de la madrugada. Esa fue mi rutina por dos años”.

En el 2018 Carlos tomó una decisión radical: mudarse a Bogotá. Regresó a Venezuela, estuvo unos meses allá antes de irse a su nuevo destino, la capital colombiana.  

Perseguir un sueño…

Carlos perdió a su mamá –víctima del cáncer– cuando apenas era un niño, tenía doce años de edad. La vida volvió a golpearlo en el 2022 cuando recibe la noticia del deceso de su padre, víctima de una enfermedad en el hígado. No alcanzó a despedirse de él, al llegar a casa, ya lo habían sepultado.     

Carlos es el cuarto de cinco hijos, el único varón. Tiene una hermana y dos sobrinos en Bucaramanga (Colombia) y otra en Chile; el resto de su familia, cuenta, continúa en Venezuela. 

A Bogotá llegó en junio de 2019, lo recibió una amiga que hizo en Cúcuta, duró varios días buscando empleo y, por suerte, encontró como mesero en un restaurante, gracias a las referencias que traía, al poco tiempo se convirtió en el encargado de ese y de otro negocio, también de comida, de los mismos dueños. 

A la par de su trabajo en el restaurante, empezó la construcción de su sueño, ser modelo y buscarse un espacio en la televisión. Desde 2020 ha trabajado con algunas agencias en el campo del modelaje y como promotor de productos. Todos esos sueños y proyectos los ha mantenido hasta la actualidad.

Carlos tiene claro a dónde quiere llegar, considera que Colombia es su lugar y no tiene pensado irse. Su sueño es hacer televisión, ya ha hecho varios papeles pequeñitos como figurante en algunas series de plataformas digitales y de canales públicos. No ve un mejor lugar para arrancar su carrera que esta ciudad (Bogotá) a la que agradece por haber puesto en su camino personas maravillosas a las que siente como su familia. 

Quiere seguir trabajando en una de sus más grandes pasiones: el modelaje. Pero, también quiere hacerse un espacio en algún reality de televisión en los que pueda demostrar su talento para la actuación. Talento que, también, está explotando en una agrupación teatral de la que forma parte desde hace varios meses en la capital colombiana. 

Pese a unas pocas miradas xenofóbicas a las que Carlos no les da importancia, sigue persiguiendo sus sueños, demostrando que los venezolanos buenos son más. Su historia refleja la lucha de muchos migrantes que, como él, buscan un futuro lleno de esperanza y éxito.