El Erasmo Meoz es el centro hospitalario más importante de Norte de Santander. Con la migración venezolana se convirtió en un centro de acogida de personas gestantes, al punto de que se instaló allí una sede de la Registraduría para proteger mejor los derechos de niños y niñas.
Por Luz Marina Perozo*
El Hospital Universitario Erasmo Meoz (HUEM), con más de 36 años de existencia, es el centro de salud más importante de Cúcuta y todo Norte de Santander.
Con el aumento de la migración venezolana, en especial desde hace seis o siete años, se convirtió en un importante centro de acogida de personas migrantes, en especial en el área de obstetricia, pues un importante número de personas llegaron allí a dar a luz, aprovechando las buenas condiciones que ofrece el hospital en esta área.
“La atención ha sido permanente en este hospital. Yo llevo 35 años en ejercicio aquí y por ser de cuarto nivel llegan pacientes de Norte de Santander, sur del Cesar y de Venezuela. Con los flujos migratorios, nuestros hermanos venezolanos vienen a Colombia a buscar salud y oportunidades de vida. Nosotros funcionamos bajo dos premisas: ‘La salud no tiene fronteras’ y ‘No importa quién te atienda, sino quién te salve’ y nuestro lema actual es: El Hospital Erasmo Meoz es de todos;es el hospital de la ciudadanía y de la frontera colombo-venezolana”, explica Mario Alfredo Galvis Mantilla, coordinador del Departamento de Ginecología y Obstetricia del hospital.
Según datos del Hospital, entre los años 2020 y 2023 fueron atendidos en el hospital 58.893 pacientes, de los cuales 15.364 fueron hombres y 43.529 mujeres. En el área de ginecología, para el año 2022 se presentaron 6.800 nacimientos de niños y niñas de madres venezolanas, y en 2023 fueron 3.800.
“Aquí llegamos a atender 23 o 25 nacimientos diarios por parte de personas migrantes venezolanas. En la actualidad ha disminuido porque las pacientes han tenido otras alternativas de asistencia médica, o al estar regularizadas accedieron al Sisbén y las atendieron a través de las EPS. Pero los flujos migratorios en pandemia fue supremamente fuerte y solo tuvimos la muerte de una materna por Covid 19”, aseguró el médico Galvis Mantilla.
Insistió en que a todas las personas se les ha prestado siempre la atención sin ningún tipo de discriminación, de acuerdo con los principios del hospital y, en general, de la misión médica.
“En algún momento, el 82% de nuestras usuarias en ginecología y obstetricia eran migrantes venezolanas”, agregó.
El hospital fue pionero de la política ‘Brazos abiertos’ que la Registraduría Nacional extendió a otros hospitales del país, que consistió en instalar sedes de la entidad en hospitales en donde hubiera un alto número de hijos de personas migrantes, para facilitar su registro y garantizar así de una mejor forma sus derechos.
“Nos interesa que el niño o niña que nace en nuestra institución como colombiano salga asegurado, para garantizarle un servicio de salud adecuado”, añade Galvis Mantilla.
Las dificultades financieras
El Hospital Erasmo Meoz atraviesa desde hace años una difícil situación financiera, que se debe, entre otras razones, a la liquidación de algunas EPS, y a que el Estado no ha reembolsado los costos asumidos para la atención de personas no cobijadas por el régimen contributivo de salud, entre ellas muchas personas migrantes.
“Al hospital le deben $500 mil millones, de los cuales $280 mil millones adeudan EPS liquidadas, lo que quiere decir que esa platica está perdida, y unos $120 mil millones corresponden a la atención de pacientes migrantes. El hospital debe a proveedores $138 mil millones, además del costo administrativo del talento humano (2.000 trabajadores) y todas las obligaciones. La situación es apretada”, dice.
La gerencia implementó un plan de austeridad del gasto, pero la situación deficitaria no se revierte: “estamos facturando $6.000 millones mensuales y gastamos $16.000 millones mensuales”, sentenció Galvis.
Explicó que la institución es un ‘Hospital Padrino’, lo cual significa que tiene a su cargo la atención para pacientes de alto riesgo, y eso genera inversión en talento humano, insumos, salas de cirugía, cuidados intensivos, laboratorios y banco de sangre.
“El HUEM debería recibir solamente el alto riesgo obstétrico. La mayoría de estas pacientes viene sin ningún control prenatal y a veces, ni siquiera conocen su grupo sanguíneo. Eso implica que tenemos que hacer unas inversiones supremamente altas en laboratorios para poder prestar una atención segura”, explica.
Pese a la difícil situación financiera, que no solo afecta al hospital sino a todo el sistema de salud, el Erasmo Meoz sigue cumpliendo su importante labor. De acuerdo con Galvis, la colaboración de los usuarios es esencial para que los recursos permitan llegar a más personas.
“Queremos que la ciudadanía sepa que este hospital trabaja de una forma muy humana; que tenemos dificultades económicas y debemos controlar nuestro gasto. Por eso también pedimos a los pacientes que quienes asistan al hospital sea verdaderamente por una urgencia, para que no nos agoten los recursos”, concluyó.
Esta nota de prensa y los talleres sobre narrativas periodísticas se realizaron gracias al generoso apoyo del pueblo de Estados Unidos a través de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Los contenidos son responsabilidad de sus autores y no representan necesariamente los puntos de vista o posiciones de USAID o del gobierno de Estados Unidos.
* Periodista y participante de los talleres de formación en narrativas periodísticas inclusivas sobre migración y salud liderados por el Programa Comunidades Saludables de USAID.
Los talleres de formación en narrativas periodísticas inclusivas sobre migración y salud fueron realizados en 11 ciudades por el Programa Comunidades Saludables de USAID en alianza con Colprensa y MigraVenezuela.