El Panorama regional de la seguridad alimentaria y nutricional de América Latina 2022, elaborado por varias agencias de la Organización de las Naciones Unidas, destacó un escenario desalentador sobre la situación nutricional en Venezuela.
En febrero de 2020, un estudio del Programa Mundial de Alimentos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), advirtió que una de cada tres personas en Venezuela pasa dificultades para poner sobre la mesa comida suficiente que cumpla con el mínimo de nutrientes requeridos, debido a la severa contracción económica del país y a la persistencia de su crisis económica y humanitaria.
Ese sondeo reveló el sorprendente panorama de un gran número de venezolanos que sobrevive con una dieta formada, principalmente por tubérculos y frijoles debido a que la hiperinflación en Venezuela ha aniquilado el salario mínimo mensual, que actualmente no sobrepasa los 8 dólares, y para adquirir la canasta básica alimentaria se requieren alrededor de 300 dólares al mes.
En el más reciente informe Panorama Regional de la Seguridad Alimentaria y Nutricional de América Latina 2022, de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), concluyó que “Venezuela tuvo la mayor prevalencia de subalimentación (22,9 %), que en números absolutos equivale a 6,5 millones de personas”, una estimación de la media de los años 2020 y 2021.
La investigación de la FAO mostró que en Venezuela, el hambre aumentó significativamente 18,4 puntos porcentuales, es decir, 5 millones más de personas con hambre entre los períodos 2013-2015 y 2019-2021.
Además, se reveló que el 4,1 % de los niños menores de 5 años sufren desnutrición aguda en Venezuela.
La realidad de los venezolanos en el año 2020 no ha cambiado mucho de la que vivieron en el año 2022. Según el Programa Mundial de Alimentos, el 74% de las familias han implementado estrategias alimenticias para hacer frente al problema, como la reducción en la variedad y calidad de la comida que consumen. El 60% de las familias reportaron haber reducido sus porciones, el 33% indicó que han aceptado alimento en pago a su trabajo y el 20% reportó haber vendido bienes familiares para cubrir sus necesidades básicas.
Venezuela ha estado sumida en una crisis política y humanitaria que ha obligado a más de 7,1 millones de personas a emigrar en los últimos años, según cifras de la plataforma de monitoreo R4V, de las Naciones Unidas.
El hambre, los bajos sueldos y el poco poder adquisitivo, aunado al deterioro de los servicios públicos y la hiperinflación, son las principales razones que obligan a los venezolanos a salir de su país.
El Panorama regional de la seguridad alimentaria y nutricional de América Latina 2022, elaborado por varias agencias de la Organización de las Naciones Unidas, destacó un escenario desalentador sobre la situación nutricional en Venezuela.
En febrero de 2020, un estudio del Programa Mundial de Alimentos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), advirtió que una de cada tres personas en Venezuela pasa dificultades para poner sobre la mesa comida suficiente que cumpla con el mínimo de nutrientes requeridos, debido a la severa contracción económica del país y a la persistencia de su crisis económica y humanitaria.
Ese sondeo reveló el sorprendente panorama de un gran número de venezolanos que sobrevive con una dieta formada, principalmente por tubérculos y frijoles debido a que la hiperinflación en Venezuela ha aniquilado el salario mínimo mensual, que actualmente no sobrepasa los 8 dólares, y para adquirir la canasta básica alimentaria se requieren alrededor de 300 dólares al mes.
En el más reciente informe Panorama Regional de la Seguridad Alimentaria y Nutricional de América Latina 2022, de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), concluyó que “Venezuela tuvo la mayor prevalencia de subalimentación (22,9 %), que en números absolutos equivale a 6,5 millones de personas”, una estimación de la media de los años 2020 y 2021.
La investigación de la FAO mostró que en Venezuela, el hambre aumentó significativamente 18,4 puntos porcentuales, es decir, 5 millones más de personas con hambre entre los períodos 2013-2015 y 2019-2021.
Además, se reveló que el 4,1 % de los niños menores de 5 años sufren desnutrición aguda en Venezuela.
La realidad de los venezolanos en el año 2020 no ha cambiado mucho de la que vivieron en el año 2022. Según el Programa Mundial de Alimentos, el 74% de las familias han implementado estrategias alimenticias para hacer frente al problema, como la reducción en la variedad y calidad de la comida que consumen. El 60% de las familias reportaron haber reducido sus porciones, el 33% indicó que han aceptado alimento en pago a su trabajo y el 20% reportó haber vendido bienes familiares para cubrir sus necesidades básicas.
Venezuela ha estado sumida en una crisis política y humanitaria que ha obligado a más de 7,1 millones de personas a emigrar en los últimos años, según cifras de la plataforma de monitoreo R4V, de las Naciones Unidas.
El hambre, los bajos sueldos y el poco poder adquisitivo, aunado al deterioro de los servicios públicos y la hiperinflación, son las principales razones que obligan a los venezolanos a salir de su país.
Por: Milagros Palomares @milapalomares