El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, dijo este viernes que la presión de Estados Unidos sobre el gobierno de Nicolás Maduro es “fundamental” para el éxito del diálogo para resolver la crisis en Venezuela, por lo que pidió incrementarla.
Según Almagro, el diálogo entre el gobierno y la oposición, que sucedió esta semana bajo la mediación de Noruega en Barbados, depende de la campaña de “sanciones” y “amenazas creíbles” de Estados Unidos para forzar un cambio de régimen en Caracas. “Más que lo que se negocie sobre la mesa, si sale algo de allí va a ser por los factores externos, como la presión de sanciones y otras amenazas creíbles que realiza la administración de Estados Unidos”, agregó Almagro en rueda de prensa en la sede de la OEA.
Al ser rotundo opositor a Maduro, cuyo gobierno considera ilegítimo y “criminal”, Almagro enfatizó que “cuando empieza un proceso de diálogo no puede reducirse la presión ni interna ni externa sobre la dictadura, sino aumentarla, porque los resultados van a depender de que se aumente esa presión”.
El secretario general de la OEA dijo que el proceso Oslo-Barbados requiere de la presión de Washington sobre los elementos que “oprimen al pueblo venezolano”, en particular “el factor cubano”, y agregó que “mientras 15.000-22.000 cubanos estén en Venezuela es impensable el retorno a la democracia en el país. Podrá haber un lavado de cara semi-institucional, pero no un retorno a la democracia”.
Elliot Abrams, representante especial de Estados Unidos para la crisis venezolana, acompañó a Almagro en la rueda de prensa y no hizo comentarios sobre la batería de sanciones financieras que Estados Unidos ha impuesto en los últimos dos años a decenas de allegados a Maduro y entidades venezolanas, así como al sector petrolero, clave para la economía del país sudamericano.
“Estados Unidos quiere un retorno pacífico a la democracia en Venezuela, por lo que no hace falta decir que esperamos que las negociaciones tengan éxito”, afirmó el diplomático, destacando que el líder opositor Juan Guaidó, a quien Washington reconoce como presidente interino, participa en el diálogo “para terminar con el régimen”.
Por su parte, el gobierno de Maduro respondió desde la sede de las Naciones Unidas que Almagro “pide la intervención militar para Venezuela” y quiere “sabotear” el diálogo entre gobierno y oposición. Estados Unidos quiere “llevar a Venezuela a la guerra”, dijo, y consideró insólito que Abrams, acusado de encubrir masacres en Latinoamérica en los años 1980, se siente en la OEA a hablar de derechos humanos.
*Con información de AFP
Por: Proyecto Migración Venezuela @MigraVenezuela