Del 5 al 7 de diciembre se desarrolla el undécimo Foro Mundial sobre Migración y Desarrollo, organizado por Marruecos y Alemania, en el que representantes gubernamentales y de la sociedad civil se reúnen para hablar sobre los retos y las oportunidades de la migración. Este foro es el preámbulo de la Conferencia Mundial de la Migración que se llevará a cabo el 10 y el 11 de diciembre en la misma ciudad.
En julio, después de largas negociaciones, varios países de las Naciones Unidas adoptaron en Nueva York el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular. Éste deberá ser aprobado durante la cumbre, pero a tan solo unos días del evento, ya al menos diez países anunciaron su retiro.
Hungría, Australia, República Checa, Israel, Polonia, Austria, Bulgaria, Eslovaquia, Bélgica y República Dominicana cancelaron su participación. Suiza, por su parte, enfrenta presiones internas en el parlamento para no firmar el pacto.
El documento de 25 páginas y el primero de su tipo, reitera los principios de las Naciones Unidas, como la defensa de los derechos humanos y el reconocimiento de la soberanía nacional, y plantea nuevas propuestas para ayudar a los países a hacer frente a la migración: integración, mejor información e intercambio de experiencias.
Sin embargo, el acuerdo también tiene algunas propuestas polémicas que han desencadenado el rechazo de algunos como la prohibición de las detenciones arbitrarias de migrantes.
Desde Hungría manifestaron que el texto es “peligroso” porque puede traer nueva oleada de migrantes ya que incita a las personas a salir de su país. Polonia, por su parte, argumentó que el pacto no garantiza la seguridad de su país, y puedo incluso atentar contra su soberanía.
Estados Unidos fue el primer país en rechazar el pacto. En 2017, el presidente Donald Trump afirmó que las disposiciones del documento iban en contra de su política migratoria y su voluntad de acabar con el cruce ilegal de migrantes centroamericanos.
Las prevenciones de los países frente a la conferencia, y la posterior adopción del pacto, evidencian las diferentes posiciones sobre cómo abordar el creciente flujo de migrantes en el mundo.
Aumenta la tensión
Desde julio se empezaron a acumular las deserciones y aplazamientos de la firma de varios países, lo que ha generado un ambiente de incertidumbre y tensión alrededor de la Cumbre en Marrakech. La representante especial de la ONU para las migraciones, la canadiense Louise Arbour, atribuyó a la xenofobia la decisión de estos países. Dijo que el tratado no era sino un marco de trabajo propuesto para un asunto mundial e insistió en el carácter consultivo del documento.
María Fernanda Espinosa, presidente de la Asamblea General de la ONU, espera que esos países regresen en un futuro al pacto porque “la historia de la humanidad es la historia de los pueblos en movimiento”. Según las cifras más recientes, el número de personas que cambian de país a nivel mundial aumentó a 250 millones, es decir el 3,4% de la población del planeta.
“Los migrantes son un motor extraordinario de crecimiento” y el “Pacto Mundial por una Migración Segura, Ordenada y Regulada (…) es un paso sin precedentes para aumentar la cooperación internacional”, dijo en julio el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. Según él, 60.000 migrantes han muerto desde el año 2000 en el mar, el desierto o en otro lugar.
Luego de la cumbre en Marrakech, en la que el texto debe ser formalmente ratificado sin firma, se prevé una resolución de la Asamblea General que, esperan en la ONU, concluya con una aprobación sin votación y por consenso. En el capítulo siguiente, sería posible establecer una red de coordinación sobre migraciones en la ONU, según Arbour.
* Con información de AFP
Por: Proyecto Migración Venezuela @MigraVenezuela