Durante dos días, el gobierno colombiano y representantes del gobierno estadounidense y del Banco Interamericano de Desarrollo se dieron cita en Bogotá para planear cómo maximizar el impacto positivo de la migración y apalancar procesos sostenibles de desarrollo y equidad para Colombia. Se anunciaron compromisos por $260 millones de dólares y se resaltó el rol del sector privado.
Más de 400 líderes del continente se reunieron esta semana en Bogotá para hablar del papel de las inversiones público-privadas para atender la migración causada por la crisis humanitaria que vive Venezuela.
El gerente para la frontera, Felipe Muñoz, presentó un balance del fenómeno migratorio en Colombia y los planes del gobierno de Iván Duque para promover la regularización e inclusión de los venezolanos, con un especial énfasis en tecnología, seguridad ciudadana y alianzas intersectoriales.
Hasta marzo de este año, Migración Colombia contabilizó a 1.260.594 venezolanos en el país, de los cuales casi 800.000 se encontrarían de forma irregular. Según ese reporte, 22 por ciento de los migrantes se encuentra en Bogotá. Las otras zonas de preferencia para los venezolanos son Atlántico, Norte de Santander, Antioquia y La Guajira.
La información existente acerca de la población migrante revela que se concentra en zonas urbanas, es joven, trabajadora y educada. En relación con el desempleo, según el DANE, la proporción de venezolanos desempleados respecto de los que estaban en edad de trabajar en 2018 era del 17,8 por ciento, que es 9 por ciento más alta que la de los no migrantes.
Piden nuevas oportunidades socioeconómicas
Una de las voces del gobierno estadounidense en la Cumbre Concordia Américas, que tuvo como sede el Hotel Grand Hyatt de Bogotá, fue la subsecretaria interina de la Oficina de Población, Refugiados y Migraciones, del Departamento de Estado, Carol Thompson O’Conell, quien señaló que los Estados Unidos son el mayor donante a la respuesta regional frente a esta crisis humanitaria. En los últimos dos años ese país ha donado 213 millones de dólares en ayuda humanitaria a 12 países; de los cuales 90 millones fueron para Colombia.
La funcionaria indicó que su país ha donado 43 millones de dólares para apoyar con la regularización e inclusión socioeconómica de los recién llegados. La subsecretaria invitó a la comunidad internacional y al sector privado a invertir más en la generación de oportunidades socioeconómicas para todas las comunidades, incluyendo a los migrantes. Esta semana la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) también anunció un compromiso adicional de 160 millones de dólares para apoyar a los migrantes e implementar los acuerdos de paz en Colombia.
Rafael de la Cruz, gerente general del Departamento de Países del Grupo Andino y representante por Colombia en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), dijo que la crisis humanitaria es una tragedia pero que la migración podría ser una gran oportunidad para América Latina. Anunció la creación de un fondo regional de 100 millones de dólares en recursos no reembolsables para ayudar a los países que reciben migrantes. El Banco ha reservado 800 millones de dólares para préstamos a gobiernos nacionales o subnacionales que presenten proyectos de infraestructura social para zonas con altos flujos migratorios. El experto afirmó que la migración podría generar crecimiento económico, lo cual reduciría el desempleo, entre otros beneficios.
La atención de Colombia al fenómeno migratorio venezolano fue uno de los temas centrales de este encuentro. | © Cortesía Cumbre Concordia Américas
Los representantes de los Estados Unidos y el BID felicitaron a los colombianos y su gobierno por acoger a tantos migrantes y animaron al gobierno y a la sociedad a regularizar a toda esta población. Los participantes en la Cumbre resaltaron que es necesario combatir los mitos relacionados con la migración y promover la tolerancia y acogida para que este fenómeno sea una oportunidad de crecimiento inclusivo para todos.
Finalmente, también se destacó que Colombia ha sido pionera en el diseño e implementación de alianzas público-privadas para la inclusión de poblaciones en situación de vulnerabilidad, como desplazados internos, personas en proceso de reintegración y víctimas de la violencia. Esa experiencia parece estar siendo aprovechada para abordar la migración, y podría convertir al país en un ejemplo para la región. La clave estará en no dar un trato preferencial a alguna población en particular y generar oportunidades para todos los habitantes.
Por: Proyecto Migración Venezuela @MigraVenezuela