Por cuenta de las recientes declaraciones del secretario de seguridad de Cali, Carlos Rojas —en las que responsabilizó a los migrantes de la creciente situación de inseguridad en la ciudad— las estrategias de atención a la migración masiva de venezolanos en la capital del Valle del Cauca fueron tema de discusión y cuestionamiento. Precisamente, a propósito de este tema, El País de Cali organizó el conversatorio ‘¿Cuáles son los retos de Cali frente a la ola migratoria venezolana y los brotes de xenofobia?’, evento en el que se analizó la situación de los casi 60 mil venezolanos que han llegado a este lugar del país.
La discusión estuvo encabezada por Yanira González, Coordinadora de la Corporación Colonia Venezolana en Colombia (COLVENZ) para el Valle del Cauca y la Región Pacífico; Lizz Rincón, directora de la maestría en Estudios Culturales de la Universidad Autónoma de Occidente (UAO); Jesús Dario González, Secretario de Bienestar Social de Cali y Jessi Castrillón, representante de la pastoral para la migración de la Arquidiócesis de Cali.
En general, los panelistas estuvieron de acuerdo en que buena parte del reto al que se enfrenta la ciudad para encaminar la migración hacia la integración y prevenir la marginalización de la población venezolana es la consolidación de una cultura de la hospitalidad entre los caleños y, además, la generación de diálogos interculturales para el intercambio entre colombianos y venezolanos para el fortalecimiento del tejido social.
“Tenemos que entender que esas personas tienen unos atributos, unos valores, han sido impactados por una situación social que hay que atender e incluir no solamente desde el punto de vista material, sino también desde el punto de vista cultural y del lenguaje”, sostuvo Jesús Dario González, Secretario de Bienestar Social para quien, además, con miras a fomentar la empatía es clave trabajar con la comunidad de acogida para visibilizar las causas políticas y económicas detrás del éxodo venezolano.
«Necesitamos ese diálogo intercultural y esa integración para ver todas las potencialidades de la migración y los aportes que eso trae para la cultura y la economía»
Jesús Dario González
Secretario de Bienestar Social de Cali
Por su parte, la profesora de la UAO, Lizz Rincón, señaló que parte esencial de ese cambio cultural para facilitar la integración de los migrantes implica mayor responsabilidad desde la oficialidad para evitar reproducir discursos xenófobos que den fuerza a los mitos existentes alrededor de la migración.
Asimismo, afirmó que es necesario “repensar la gobernanza de la migración” para dejar de atender a la población venezolana desde un enfoque de ayuda humanitaria y empezar a pensar en los migrantes como sujetos de derechos.
“Garantizar los derechos de los migrantes es un ejercicio multisectorial en el que todos los actores de la institucionalidad, de la ciudadanía, de la academia, tenemos parte. Hay que empezar a cambiar las narrativas y dejar de reproducir mitos como que ‘los venezolanos le quitan el empleo a los colombianos’”, indicó Rincón.
Respecto a la urgencia de un enfoque de derechos y generación de medios de vida en la política de atención de las instituciones para con la población migrante, la representante de la pastoral para la migración, Jessi Castrillón llamó la atención sobre el modo en que estrategias como el acompañamiento de la Alcaldía en el proceso de retorno de los migrantes, desconocen en muchas ocasiones los riesgos y amenazas a los que se enfrenta esta población tanto en los pasos fronterizos, como dentro de Venezuela; por lo que rechazó el retorno como una posible solución para la atención de la migración y solicitó más y mejores garantías para los migrantes.
“Tenemos que crear espacios para dignificar a los migrantes y hacer unas lecturas conscientes, sin discriminar de las realidades de la ciudad. Hay que mejorar la oferta y la atención para los migrantes, que desde el primer momento ellos sepan que sin importar su estatus migratorio son sujetos de derechos” agregó Castrillón.
Sobre este aspecto, Yanira González, coordinadora de (COLVENZ) en esta zona del país coincidió con lo dicho por Castrillón y explicó que, pese a que el anhelo de muchos de sus connacionales es retornar a su país, en muchos casos esto es imposible debido a los peligros que esa decisión supone y enfatizó en que, más allá de regresar a Venezuela lo que buscan los migrantes en Cali es tener “la oportunidad para cooperar, para contribuir, para dar de nosotros y aportar a la ciudad”.
Según cifras de Migración Colombia, al 31 de enero del 2021, en Cali habían 59.571 migrantes venezolanos // Secretaría de Seguridad Cali
“Es primordial que las soluciones propuestas para la migración entiendan la amplitud del fenómeno, hay que evaluar las soluciones legales. Por ejemplo, con el Estatuto no es tan sencillo como decir ‘sí, usted va a poder estudiar, usted va a poder trabajar’. La pregunta es ¿cómo? Hay que hablar un poquito más en profundidad, todos tenemos que educarnos y concientizarnos”, explicó la vocera de la población migrante en Cali.
En lo que respecta a las alternativas para la atención de los migrantes venezolanos y la prevención de la xenofobia, al cierre del evento los panelistas concordaron en que hay que entender que “Cali dejó de ser un punto de tránsito para quienes se dirigían hacia el cono sur, para convertirse en un lugar de permanencia para los migrantes” y que bajo esa lógica, las respuestas desde la iglesia, la institucionalidad y la academia para la promoción de la integración, deben considerar también a las comunidades de acogida.
“Esta situación nos exige repensar las políticas y programas sociales. Hay que mejorar los servicios sociales y las estrategias para la superación de la pobreza tanto para los migrantes, como para los nacionales”, concluyó el Secretario de Bienestar Social.
Por: Laura Cristancho @Lauracamila_cc