Migrantes cualificados

Cada vez más los migrantes que hacen parte de la fuerza laboral, es decir, aquellos que están trabajando actualmente o que están buscando trabajo, tienen mejores niveles educativos. Al menos así lo deja ver un análisis de la información de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) para las personas que residían en el país vecino en los últimos años. De esta población, el porcentaje de migrantes con educación media alcanzada (de 10° a 13° grado) pasó de 27,5% a 39,2% entre el 2014 al 2019 y los migrantes con educación superior pasaron de representar el 18,6% al 24,5%. Por otro lado, en los residentes de la fuerza laboral colombiana el porcentaje con nivel educativo de media entre 2014 a 2019 pasó de 26,7% a 32% y los que alcanzaron la educación superior pasaron de 28,1% a 29,2%.

En contraste con lo anterior, si miramos las principales ocupaciones en las que están trabajando los migrantes en Colombia, encontramos que principalmente laboran en oficios de vendedores (ambulantes, a domicilio, de loterías y periódicos, o mercaderistas), cocineros, camareros, meseros, albañiles, estucadores, cristaleros, mamposteros, techadores y carpinteros, los cuales representan el 39% del total de los migrantes ocupados en Colombia para el 2019. Cuatro de cada 10 migrantes venezolanos en Colombia están trabajando en oficios que no requieren estudios académicos avanzados.

Muchos migrantes ante la falta de oportunidades se ven obligados a entrar a estos oficios, que son totalmente dignos y necesarios en la sociedad, pero que no se ajustan a sus perfiles, desaprovechando sus potenciales. Mientras que el 63,9% de los migrantes en estos oficios tienen un nivel educativo de media o superior, en los residentes este porcentaje es de 54,3%.

Si bien muchos de estos migrantes laboran en oficios que no corresponden a sus potenciales debido a la falta de vacantes, hay otros que aun teniendo la oportunidad no pueden laborar debido a que se enfrentan al obstáculo de no poder homologar sus estudios académicos, bien sea por falta de recursos para hacer el proceso, falta de información, trabas en los procesos en su país de origen u obstáculos en el proceso en Colombia.

Por lo tanto, además de seguir avanzando en la regularización de esta población, la cual en gran mayoría viene con el deseo y la necesidad de aportar al país con trabajo, también es importante mejorar en la facilitación de los procesos de homologación y certificación de estudios académicos, bien sea por exámenes de habilidades pertinentes a sus perfiles, o cualquier otro medio que reduzca el gasto en recursos. Así podremos absorber todos los potenciales que tiene la población migrante venezolana y maximizar su aporte económico al desarrollo de nuestro país.


*Kelina Puche Carrascal es directora de la Fundación para el desarrollo del Caribe (Fundesarrollo).



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Por: Kelina Puche Carrascal  @KeliPuche