Si usted es una mujer, migrante, retornada o de comunidad de acogida, con un emprendimiento o idea de negocio, además de contar con las habilidades y destrezas para desarrollar su proyecto, debe considerar desafíos adicionales.
La Guía de orientación para personas emprendedoras venezolanas y colombianas, lanzada recientemente por la Plataforma de Coordinación Interagencial de Flujos Migratorios Mixtos (GIFMM), dedica un apartado para explicar cuáles son los principales retos que deben superar las mujeres migrantes y refugiadas provenientes de Venezuela, radicadas en Colombia.
Toma de decisiones:
En este punto explican que si en su vida, una mujer migrante ha experimentado situaciones en las que no puede opinar en asuntos importantes porque alguien lo impide y no puede tomar decisiones, invitan a reflexionar que como emprendedora y dueña de su negocio tendrá que tomar decisiones.
Para ello, es importante contar con autoconfianza. Además, puede buscar apoyo psicosocial en los Centros Intégrate, secretaría u oficina de la mujer de su ciudad, que trabajan por el empoderamiento de las mujeres y la igualdad de género.
Relacionamiento y negociación:
Un punto muy importante es que como emprendedora, la migrante tendrá que acostumbrarse a establecer relaciones y negociar con muchas personas, incluyendo a quienes asuman roles como clientes proveedores o colaboradores. Esto debe asumirlo de manera natural y tener confianza en sí misma.
Si siente que es una habilidad de aún debes mejorar, exhortan a buscar cursos de formación (virtuales o presenciales), lecturas e incluso videos de otras mujeres lideresas y empresarias que puedan inspirarla, para darle herramientas y recomendaciones que puedas ir poniendo en práctica poco a poco.
Labores de cuidado:
A menudo las responsabilidades del cuidado y del hogar (cuidado de adultos mayores, personas con discapacidad, familiares enfermos, menores de edad y el mantenimiento del hogar), recaen exclusivamente en las mujeres.
Las emprendedoras que son madres pueden tener conflictos de tiempo entre labores de cuidado de sus hijos y el negocio. En estos casos, pueden buscar redes de apoyo para el cuidado de los menores de edad.
Si en el núcleo familiar hay personas con idoneidad para realizar tales labores (esposo, hijo o hermano, adulto u otro), aconsejan dialogar y buscar la forma de distribuir tales responsabilidades. Sin duda, este tema plantea varios retos relacionados con las habilidades básicas de cualquier emprendedor o empleadora: comunicación asertiva, negociación, organización, asignación de roles y delegación de responsabilidades.
Sesgos para los negocios:
Desafortunadamente, aún tenemos grandes retos sociales y culturales respecto a la discriminación de las mujeres, incluso en los negocios. En este sentido, es posible que algunas personas con las que se relacionen las mujeres migrantes venezolanas emprendedoras tengan sesgos, en la mayoría de los casos inconscientes, para hacer negocios, por el solo hecho de ser mujer o migrante.
Tanto para enfrentar esos casos de discriminación, como para abrirse paso en el mercado, recomiendan dedicar esfuerzos y creatividad a tener un buen producto o servicio, conocer y poder comunicar muy bien sus funcionalidades, despejar adecuadamente dudas, ser puntual en la entrega, cumplir con los compromisos, brindar seriedad y buena atención a los clientes y proveedores.
Enfatizan que hay que ser profesional con el emprendimiento. Estos aspectos ayudarán a despejar dudas respecto a hacer negocios con una emprendedora migrante, brindará credibilidad y confianza para fidelizar a esas personas como los mejores aliados del negocio.
Por: Milagros Palomares @milapalomares