Entre la modalidades de trata se encuentra la explotación sexual o prostitución forzada, trabajos forzados, matrimonio servil, trabajo de servidumbre y mendicidad ajena.
Considerando que las personas refugiadas y migrantes están más expuestas a los riesgos de trata de personas, organismos de las Naciones Unidas y de otras agencias de cooperación internacional exhortan a esta población a estar más alerta.
La trata de personas es un delito que se materializa mediante el acto de captar, trasladar, recibir y acoger a un ser humano dentro o fuera del territorio nacional, con fines de explotarlo o instrumentalizarlo para un fin ilegal.
Este delito comprende cinco conductas principales: la captación, el transporte, el traslado, la acogida, la recepción o la retención de personas. Con el propósito de facilitar estas conductas criminales y lograr el consentimiento de la víctima, el tratante puede recurrir a determinados medios como la violencia, la amenaza, la privación de la libertad, el engaño, entre otros.
Señales de alerta:
1.- Ofertas engañosas de trabajo. Desconfíe si recibe una oferta laboral y desconoce el lugar dónde llegará, o no tiene mayor información de la empresa o de las personas con las que trabajará.
2.- Retención de documentos de identidad o de viaje por parte del empleador.
3.- No hay libertad de movimiento o restricciones para manejar su propio tiempo o dinero.
4.- No puede decidir si retirarse de su trabajo.
5.- Se ha visto forzado a trabajar para pagar una deuda.
6.- Se ha visto forzado a participar en actividades ilícitas.
7.- Recibe amenazas constantes por parte de los empleadores a causa de su estatus migratorio.
8.- Percibe que está constantemente controlado o vigilado.
9.- Recibe una oferta laboral en la que le dicen que el pago es la alimentación y el alojamiento.
10.- Se le impide o se le controla la comunicación con sus familiares o amigos.
Por: Milagros Palomares @milapalomares