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En las comunas de Medellín, lideresas construyen la integración

Adriana Gutiérrez, Dahiana Arango, Karen Pérez, Mónica del Valle y Vicky Puerta, lideresas que trabajan por la integración en Medellín.
Adriana Gutiérrez, Dahiana Arango, Karen Pérez, Mónica del Valle y Vicky Puerta, lideresas que trabajan por la integración en Medellín.

Vicky, Adriana, Mónica, Karen y Dahiana son los nombres de cinco mujeres, que, dentro de los contextos diferentes que se viven en cada uno de sus barrios, han encontrado que el trabajo conjunto de migrantes, colombianos retornados y población de acogida produce resultados.

Por Redacción Q’hubo Medellín

Población de acogida, colombianas retornadas o migrantes. Las mujeres que habitan las comunas de Medellín dejaron de lado su nacionalidad para trabajar en un mismo objetivo: integrar, entender de dónde viene cada persona y reconocer la diversidad como una riqueza.

Una de las claves de su éxito radica en su capacidad para entender y valorar las experiencias de los demás. Además, educan a las comunidades para así acabar con los estereotipos y prejuicios.

Para ellas, la integración no es solo un sueño, es una realidad que se alcanza con empatía y compromiso. Estas son las historias de cinco mujeres que trabajan en sus comunidades por la integración de la cultura colombiana y la venezolana.

Vicky, en la 13, se enfoca en la protección de derechos y el enfoque de género

Vicky Puerta, lideresa de la comuna 13 de Medellín.
Vicky Puerta, lideresa de la comuna 13 de Medellín.

“Llevo cuatro años siendo gestora comunitaria en la comuna 13 con la corporación Anauco y es un proceso maravilloso porque prima la igualdad y el valor humano”, explica Vicky Puerta, una lideresa que se centra en la protección de derechos en El Corazón, en Belencito y San Javier en general.

Para ella, lo más importante es tener empatía, comprensión y sentido de acogida para todas las personas, sin importar nacionalidad, raza, sexo, género o edad.

En su proyecto, Vicky se centra en apoyar jornadas de salud para población migrante y colombiana que no tiene EPS o Sisben, así como con los procesos de vacunación e identificación de violencias basadas en género, lo que les permite hacer conexiones y aprender a identificar cuando se vulnera un derecho.

Es muy importante el desarrollo de los valores humanos. Todos somos iguales, no importa si mi nacionalidad es diferente, necesitamos conocer al otro para ayudar y sentirnos más humanos”, cuenta.

Vicky asegura que en cada uno de sus procesos también se apoya en el enfoque de género y en que cada mujer interiorice que tiene muchas capacidades y virtudes.

Nosotras somos importantes, debemos hacernos respetar y valorar; tenemos muchas capacidades con las que podemos explorar a dónde queremos ir”.

Adriana creó Famicove para apoyar en temas de salud

Adriana Gutiérrez creó en 2017 la Fundación Amiga Colombo Venezolana (Famicove)
Adriana Gutiérrez creó en 2017 la Fundación Amiga Colombo Venezolana (Famicove)

En 2004, Adriana Gutiérrez se fue con su familia para Venezuela buscando una mejor vida, allí estuvo 12 años, creó empresa y vio crecer a sus dos hijas. Para ella, retornar fue muy difícil, no estaba en sus planes, y aunque siempre tuvo la esperanza de que las cosas mejorarían, al final decidieron regresar a Colombia.

Cuando volvimos tuve un año muy inestable porque no sabía qué hacer. Por esa situación decidí que había que ayudar al migrante, orientarlo”, explica.

En 2017, Adriana se unió a varias amigas migrantes y colombianas retornadas para crear la Fundación Amiga Colombo Venezolana (Famicove), en la que ofrecen asistencia en salud para la población migrante y a colombianos retornados.

Comenzamos con una invitación a los venezolanos para conocer su problemática y poder compartir con ellos. Empezamos a recibir donaciones y luego abrimos servicios de pediatría y nutrición”.

La fundación se ubica a una cuadra del parque de Belén y en la actualidad, Famicove cuenta con atención pediátrica, medicina general, psicología, oftalmología y planificación familiar; así como ayuda humanitaria y orientación en las rutas de asistencia.

En Robledo, Mónica defiende los derechos humanos

Mónica del Valle, lideresa del barrio Robledo.
Mónica del Valle, lideresa del barrio Robledo.

Mónica del Valle nació en Caracas, Venezuela. Tiene cuatro hijos e hizo toda su vida en su país, pero por la situación del mismo, decidió migrar. Hace siete años llegó a la capital paisa y no tenía información sobre lo que debía hacer para obtener su documentación. Desde hace cuatro años es gestora comunitaria en Robledo.

Cuando llegué a Medellín no tenía documentos y eso me hizo buscar información para luego facilitársela a las personas que estaban como yo. Así fue como empezó la corporación”, explica y cuenta que acompaña procesos en varios territorios.

Junto con una amiga decidieron crear Anauco, un grupo de ayuda que brinda atención y orientación para migrantes, población retornada, refugiados y todas las personas en situaciones de alta vulnerabilidad.

Mónica es una de las coordinadoras de la Mesa Subregional de Migración Organizada. “Anauco está en 11 de las 16 comunas y en tres corregimientos, entonces yo acompaño varios procesos”.

Esta es una corporación de base comunitaria de mujeres y para mujeres. Son en total son 30 gestoras que tienen como ideal empoderar a las demás ya que el conocimiento es poder.

En Popular 1, Karen crea oportunidades de integración

Karen Pérez, lideresa de Popular 1.
Karen Pérez, lideresa de Popular 1.

Aunque en un principio el proceso de integración en Popular 1 fue difícil por los choques culturales que había en el territorio, Karen Pérez siempre ha pensado que la empatía es la mejor forma de que las personas conozcan lo que vive la población migrante y los colombianos retornados.

Siento que ahora, la población ya acoge de mejor forma el fenómeno migratorio porque hay capacidad de ponerse en los zapatos de ellos y mirar con empatía, pero eso se ha trabajado mucho en el territorio”, asegura.

Karen y su familia crearon la corporación Yenyly, la cual hace jornadas de sensibilización con las que le muestran a la población de acogida que la integración es la mejor forma de crear oportunidades.

Hemos logrado muchísimo gracias a que los líderes de las comunidades de acogida, nos solidarizamos y buscamos ayudas para mejorar el tema de derechos humanos”.

Para Karen la integración es muy importante porque “las personas que tienen una mirada positiva, ayudan a que quienes lo ven de forma negativa cambien su idea”.

Su papel dentro del proceso de integración, y el que cree que es de todas las lideresas, es el de aportar y solidarizarse con quienes llegaron al territorio y defender sus derechos humanos.

La corporación Yenyly tiene cinco mujeres voluntarias, entre migrantes y población de acogida y su misión se basa en que hay que ser primero humanos antes que cualquier otra cosa.

No importa de dónde seamos, nada nos quita lo humanos, por eso trabajamos en beneficio de las poblaciones que más lo necesitan”.

Dahiana difunde su conocimiento en todo el territorio

Dahiana Arango trabaja con el Consejo Noruego para los Refugiados.
Dahiana Arango trabaja con el Consejo Noruego para los Refugiados.

Aunque Dahiana Arango nació en Venezuela, su mamá es colombiana. Ella se fue a vivir al país vecino en los años 70 y allí Dahiana estudió y formó su familia. Dio clases de español, coordinó programas para adultos mayores en zonas rurales y dirigió una institución educativa.

Cuando las cosas se pusieron difíciles, en 2016, su esposo llegó a Colombia; tres años después, sus dos hijas y ella siguieron sus pasos.

El proceso de adaptación en el territorio, al principio, fue complejo porque no contaba con una red de apoyo y existía la barrera del acento; me enfrenté a retos como encontrar una vivienda y el acceso a trabajo”.

Dahiana conoció una organización de base comunitaria y aprendió que al ser colombiana retornada tenía un abanico de oportunidades y de derechos.Sentí que era un refugio, un lugar seguro”.

De acuerdo con Dahiana, recibió capacitaciones en temas de emprendimiento y empleabilidad, se apoderó de su conocimiento y empezó a pensar que podría dedicarse a difundir todo lo que sabía a quienes se sentían perdidos y sin saber qué hacer.

Actualmente trabajo en el Consejo Danés para Refugiados atendiendo población en tránsito, recolectando información respecto a cómo ha sido su experiencia de viaje. También trabajamos con un enfoque de género y de niñez, en la creación de entornos protectores”.