Hija de una estirpe de fisicoculturistas, pudo recuperar en Colombia lo que había perdido en su país.
Por El Universal.
Angelina Sardi es de ese tipo de mujeres guerreras y valientes. Su fuerza viene de su corazón luchador, pero también de una estirpe que comenzó con su padre, un entrenador físico, cuya fama desbordó los límites de Maracaibo, hacia toda Venezuela y otros países.
Fue la primera presidenta de la Asociación de fisicoculturismo y fitness del estado de Zulia, pero tuvo que dejar Venezuela por la inseguridad. En Cartagena, comenzando en unas máquinas de un parque en Manga, volvió a construir lo que había dejado en Maracaibo.
Este episodio hace parte del especial “Mujeres Migrantes: historias de fortaleza e integración”, en alianza con los portales MigraVenezuela, El País de Cali, La Opinión de Cúcuta, Qhubo Medellín, El Universal de Cartagena, Vanguardia de Bucaramanga y la organización Consejo de Redacción.