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Una familia colombo-venezolana que nació de la crisis

Marilyn y José, pareja colombo venezolana.
Marilyn y José, pareja colombo venezolana.

Para el cierre del año pasado, la cifra de migrantes venezolanos en Colombia ascendía a 2,5 millones, de los cuales, más del 60% quiere permanecer indefinidamente en el país.

Por Fátima De Oliveira, periodista de Te lo Cuento News

Las familias colombo-venezolanas existen desde hace varias décadas, pero el entorno ya no es la prometedora Venezuela que recibió a miles de colombianos que huyeron de la violencia armada y la crisis económica. Ahora el hogar de estas nuevas familias es Colombia y los que huyen son los venezolanos.

En la ciudad de Medellín, capital del departamento colombiano de Antioquia, vive Marilyn Luque, una venezolana que emigró a Colombia hace seis años junto a su hija para encontrar mejores condiciones de vida. Jamás imaginó que encontraría un nuevo amor en este nuevo país.

Marilyn conoció a José Murillo Vivas casi tres años después de haber llegado a Colombia. Ella trabajaba en un restaurante y lo veía constantemente, pero nunca conversaron. Tiempo después, Marilyn dejó el restaurante y su camino volvió a cruzarse con el de José.

“Yo estaba pasando por un momento muy difícil emocionalmente y él me ayudó. Se acercó a mí como un amigo, para conversar. Nosotros nos vimos por primera vez en un restaurante en el que yo trabajaba y luego nos volvimos a reencontrar. Él vio que yo no estaba bien y se convirtió en un apoyo”, contó Marilýn.

“Cuando empezamos a ser amigos, mi actual pareja me ayudó a conseguir arriendo, porque en cuanto escuchaban mi acento me decían que no me podían alquilar. Entonces él comenzó a conversar con las personas, decía que el arriendo era para él”, agregó.

Los retos legales

Las cosas para Marilyn y su hija no han sido fáciles, pero contar con el respaldo de José ha aligerado la carga. De hecho, José le dio su apellido a la niña de Marilyn para que pudiera realizar ciertos trámites legales con mayor rapidez y eficacia. 

Sobre esto, Claudia Velásquez, asesora comunicacional del Instituto Colombiano de Bienestar Social (ICBF), explicó que cuando los menores llegan en condición migratoria irregular “esto genera un retraso en el acceso a las ofertas y crea una limitación en las mismas”.

El artículo 4 del Código de Infancia y Adolescencia y el artículo 100 de la Constitución de Colombia imponen el deber al Estado colombiano de atender a todos los niños, niñas y adolescentes sin distinción alguna, incluyendo a los migrantes.  

De acuerdo con Velásquez, una de las mayores dificultades está en el acceso a la salud, ya que mientras no cuenten con el Permiso por Protección Temporal no pueden acceder a todos los servicios, solo la atención por urgencias y algunos programas de prevención.

Otra dificultad para los niños migrantes venezolanos es el tema de la identidad. Existen dos tipos: 1) los niños que nacen en territorio venezolano sin haber sido registrados debidamente, pero migran a Colombia sin ningún tipo de identificación; 2) los niños que nacen en el territorio colombiano y son hijos de padres que no se pueden identificar como ciudadanos venezolanos, lo que genera obstáculos para obtener un registro civil de nacimiento.

Mestizaje cultural

La relación entre Marilyn y José ha creado una mezcla interesante: ella venezolana, él colombiano y la niña aprendiendo de ambos. Se trata de un mestizaje marcado por las tradiciones y no por la sangre. Desayunos modificados, expresiones adquiridas, palabras que se le escapan por sí solas,,, Así ha sido el proceso de adaptación de la niña, quien ahora tiene 10 años.

Venezuela y Colombia tienen tradiciones muy similares, además, comparten gran parte de su historia, lo que hace que algunos menores puedan mezclarse rápidamente en la escuela y en los entornos familiares, sin embargo, la cercanía geográfica no es garantía de aceptación total.

Aunque el amor y la felicidad abundan dentro del hogar de Marilyn, la discriminación la alcanza en cuanto sale de casa. “He sufrido mucha xenofobia, ha sido complicado porque muchas personas en Colombia, incluso la familia de mi pareja, no ven con buenos ojos nuestra relación, por la mala fama que se han creado las mujeres venezolanas en este país. Yo he logrado demostrar que no soy así, pero igual ha sido un camino muy duro”.

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