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No es lo mismo manejar una moto en Medellín que en Caracas

Carlos Pimentel, venezolano en Medellín.
Carlos Pimentel, venezolano en Medellín.

Carlos Pimentel lleva viviendo 8 años en Colombia. Le han llamado la atención, en lo positivo, algunas observaciones que ha hecho sobre la cultural vial en Colombia.

Por Keilyn Itriago Marrufo – Te lo Cuento News

Esa mañana salió con su hoja de vida en mano para ir a tocar unas cuantas puertas. Llevaba ya varias cuadras a pie, cuando de pronto escuchó muy cerca ese sonido que lo hizo casi despedirse de su celular y de los pocos dólares con los que se había venido de Venezuela. Por instinto apenas volteó y de reojo logró ver a un hombre vestido de traje, que no lo iba a robar a él, sino que simplemente iba camino al trabajo. 

“Ese fue uno de los primeros contrastes con los que me encontré cuando llegué. En una moto pequeña, de baja cilindrada, se puede mover tanto el mensajero de la empresa, la persona que se encarga del mantenimiento o hasta el gerente. No se puede estigmatizar a las personas porque la moto es el vehículo que mueve a la clase baja y a la clase media en Colombia”, cuenta Carlos Pimentel, quien se sumó a esta realidad y durante 6 de los 8 años que lleva en Medellín anduvo en moto. 

“Decidí andar en moto en primer lugar porque la gasolina es costosa y los carros consumen más, y además a la gente le queda fácil comprarse una, porque allí la vida crediticia es sumamente importante y de fácil acceso”. Dice que cualquier persona, independientemente de si gana sueldo mínimo o gana más, puede sacar una moto en un concesionario completamente nueva para pagarla en un plazo de 1 a 4 años. 

Carlos, a pocos días de haber migrado, tuvo acceso a la cédula de extranjería y esto le permitió sacar muy rápido la licencia de conducción, a la que en este país se le conoce como pase. “Yo llegué a Colombia temprano, por así decirlo. Llegué y ya sabía lo que tenía que hacer, a dónde tenían que ir, cuánto me costaba, cuánto tiempo tenía que esperar. En mi caso simplemente fui, hice unos exámenes médicos y ya”. 

Pero, las cosas han cambiado y, actualmente, dependiendo del status migratorio que se tenga es más fácil o difícil sacar el permiso de conducción. Aparte de esto, por un reciente cambio de ley, sean colombianos o extranjeros, todos deben pasar por una prueba teórico-práctica que dura aproximadamente un mes. “Ese curso tiene un costo algo elevado que puede ir desde un millón de pesos en adelante, dependiendo de la licencia que quieras sacar. No es nada económico, pero me parece bien porque las personas salen más preparadas”.

Aunque el tema del respeto hacia las leyes de tránsito varía mucho dentro de una ciudad a otra, y entre un estrato a otro, según describe Carlos, en general hay buena cultura ciudadana y las normativas son bastante estrictas.

“En Medellín, vivo en uno de los mejores municipios y aquí los oficiales de tránsito son conocidos porque son muy severos. Y como son gente a la que le pagan muy bien la alcaldía, estas personas no son fáciles de corromper. Entonces, por ejemplo, si tú sales y tú no tienes un chaleco refractario, es decir, que haga verte de noche, y en el que además no esté visible tu placa, te pueden poner una multa. Si tú tienes el casco, pero este no tiene la placa en la parte de atrás, también te pueden multar, o si andas con un parrillero y no tiene casco, te paran y te pueden incluso hasta inmovilizar la moto. Manejar sin casco aquí es algo serio, pero va a depender mucho del lugar donde se produzca la infracción”. 

Además, explica que no tener al día el SOAT, que es un seguro de responsabilidad social, te puede meter en un problema gigantesco, y más si dan cuenta de esto porque te has visto involucrado en un choque o accidente. “Si se descubre que la persona iba en estado de ebriedad, te pueden hasta quitar la licencia definitivamente”. 

Hay muchos mecanismos a través de los cuales te pueden castigar en Colombia si no cumples las normativas: Hay cámaras que detectan si se sobrepasa el límite de velocidad o si  la tecnomecánica vencida, en ese caso recibes una foto multa que  envían a tu casa o al correo electrónico, detalla Carlos. “A la gente le dan donde más le duele que es el bolsillo, las multas son altas, te pueden costar mínimo 50 dólares”.

“Digamos que el motorizado generalmente es un poco más inadaptado que la persona que maneja un carro. Entonces la mayor cantidad de accidentes son generados por motorizados, por eso incluso hay vías donde no dejan circular ningún tipo de moto, sea de alta cilindraje, o de bajo cilindraje”, agrega. 

Un comportamiento que destaca Carlos es el de los choferes de buses. Al menos en Medellín, las paradas son en los puntos señalados, y las velocidades tampoco son un problema. “Por lo menos yo, que viví en Valencia, estado Carabobo, había veces que me tocaba como  rápido y furioso andar entre buseteros y eso aquí no se ve. A pesar de que es transporte público, son cooperativas que son privadas y en su mayoría funcionan”.

Otra cosa que tampoco se ve en Medellín, apunta Carlos, “son esos carros viejos echando humo en las calles”, porque no los dejan circular. Tampoco peatones cruzando donde no deben, pasan por el rayado, que aquí le dicen la cebra y como hay mucha ciclovía, la gente se asegura de no caminar por ahí para no molestar a los ciclistas”, finaliza.

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