Moisés supo integrarse a la sociedad y a la iglesia colombiana, lo que le ha permitido cumplir sueños y alcanzar metas como profesor.
Por Nora Sánchez – Periodista Te lo Cuento News
“El chavismo frustró mis planes”. Así resume Moisés Sánchez, el porqué de su migración a Colombia cuando tenía 27 años de edad y obtuvo su título de licenciado en Comunicación Social en la Universidad de Los Andes (ULA).
Poco ejerció la profesión en Táchira, su tierra natal y estado fronterizo muy golpeado por las fallas de los servicios públicos, especialmente el servicio eléctrico.
Hoy, Moisés suma 33 años de vida, pero tiene animadversión a envejecer, por lo que expresa jocosamente que siempre dirá que tiene 27 años, la edad que tenía cuando decidió irse de Venezuela.
Se dio cuenta de que debía salir del país cuando una amiga le propuso vender los bolívares en Cúcuta en la época que escaseaba el efectivo en Venezuela porque era vendido en la frontera. El negocio era sencillo, él le daba 100 bolívares en efectivo y a su cuenta bancaria le transferían 150 bolívares.
“Pues hasta bien”, eso se dijo Moisés al pensar en el negocio, pero inmediatamente vino el cuestionamiento, “¿hasta bien?, ¿qué te pasa Moisés Francisco?”, fue lo que se preguntó para reafirmar que no quería caer en lo que estaba desangrando al país, porque si bien es cierto que el chavismo es el culpable de la debacle de Venezuela, no es menos cierto que el sistema arrimó a los ciudadanos a buscar esas otras “alternativas” para la subsistencia y por ende éstos también terminan siendo responsables del desangre del país.
Un profesor de formación cristiana
Los valores y principios de Moisés fueron más grandes que su deseo de quedarse en Venezuela, donde la corruptela lo podía absorber para sobrevivir, su sólida formación cristiana, a través de la cual enseñaba a amar a Dios y al prójimo no le permitía ser cómplice o convertirse en uno más de esos ciudadanos que para comer terminaban siendo corruptos y perjudicando al mismo pueblo.
Esa fue la piedra angular para venir a Colombia, país del que tenía una visión equivocada al ver la serie “Pandilla, guerra y paz”, la cual aborda el tema de la delincuencia en Bogotá. A la ciudad llegó en el año 2017 y desde entonces ha sorteado obstáculos como cualquier otro migrante que sale de su país con lo necesario para instalarse y buscar empleo, sin contar con un permiso de trabajo.
Moisés comenzó a asistir a la iglesia, se acercó a través de la lectura, de la integración con el grupo de lectores de la parroquia y gracias a la sacristana logró conversar con el párroco para que conociera de él, de su profesión y de su búsqueda de trabajo, pues sabía que la parroquia cuenta con un colegio y dos geriátricos; sin embargo, no hubo respuesta inmediata y mientras salía algún ofrecimiento de parte del párroco, Moisés hizo mudanzas, fue mesero y vendió chocolatinas en el parque ubicado cerca de su residencia hasta principios del año 2018.
La virtualidad fue una tabla de salvación
Al obtener el Permiso Especial de Permanencia (PEP) Moisés recurre de nuevo al párroco de la iglesia para informarle que ya contaba con el permiso y aunque tenía la expectativa de ser contratado como maestro de español para el énfasis de comunicación, pues el padre le había visto ese perfil, el año escolar ya había comenzado, la plantilla de profesores ya estaba completa y el ofrecimiento que hubo fue el de bibliotecario.
Sin dudar y con pocos conocimientos sobre el tema, Moisés Francisco aceptó, se documentó y organizó una biblioteca escolar desde cero. Trabajaba de 7 de la mañana a 4 de la tarde y al salir del colegio continuó vendiendo por un tiempo más chocolatinas en las afueras del Transmilenio y en el parque.
Durante 2018 y 2019 Moisés siguió siendo bibliotecario del colegio. En el año 2020 llegó la pandemia por Covid-19 y, con toda Colombia en cuarentena, Moisés creyó que se quedaría sin trabajo, pero no fue así. Se encargó de transmitir las misas por internet a través de un canal que montó y pasó de ser bibliotecario a la persona encargada de coordinar los medios de transmisión y tecnológicos de la parroquia, entre ellas una emisora.
En esa área, junto a la de manejo de redes sociales (Comunity Manager) Moisés continuó su desempeño en el colegio durante los años 2021, 2022 y en mayo de 2023 tuvo la oportunidad de integrar la plantilla de docentes del colegio, debido a la renuncia de una profesora de español.
Así las cosas, aceptó el ofrecimiento del párroco y ahora es profesor de español e imparte clases a estudiantes de cuarto y sexto grado. Está estudiando para obtener el componente docente, pues una de sus metas es ser profesor universitario.
Moisés está contento, feliz y agradecido con Dios, la parroquia y los párrocos que le dieron la oportunidad de ingresar a trabajar en el área educativa. “He corrido con una bendición muy grande que es llegar a este lugar preciso, cosa que le agradezco mucho a Dios, en primer lugar, a esa conexión que yo tengo con el Divino Niño Jesús”.
Para 2024 confía en que pueda ser el docente de énfasis de comunicación en el colegio, materia a través de la cual dará clases a chicos de bachillerato relacionadas con su profesión. Sus días como profesor los comparte con el teatro. Desde el año 2018 comenzó a estudiar este arte que expone apasionadamente sobre las tablas de Bogotá.