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Del otro lado de la frontera, el amor la esperaba en un gimnasio

Grecia y Santiago son una pareja colombo venezolana. Ella llegó al país buscando unas mejores condiciones de vida, a él le gustaría conocer Venezuela.
Grecia y Santiago son una pareja colombo venezolana. Ella llegó al país buscando unas mejores condiciones de vida, a él le gustaría conocer Venezuela.

El amor entre Grecia y Santiago surgió luego que la venezolana cruzó la frontera hacia Colombia para buscar nuevas oportunidades. Una relación binacional que se fortalece hacia el futuro.

Por Keissy Bracho – Periodista Te Lo Cuento News

El amor no tiene nacionalidad. Así es la historia entre Grecia y Santiago, una venezolana y un colombiano que disfrutan del placer de conocerse, transitar una vida juntos e intercambiar tradiciones.

Grecia López, emigró a Colombia hace tres años. Como muchos de sus compatriotas, la comunicadora social se vio obligada a dejar su tierra natal para buscar nuevas oportunidades, ante la difícil situación económica que atraviesa Venezuela. “Salí en busca de poder hacer lo que me gusta teniendo una mejor remuneración, así como nuevas oportunidades”, dijo. 

Mientras planificaba su futuro, otros posibles destinos estaban entre sus opciones. Colombia no era su único plan, y encontrar el amor ni siquiera estaba en el panorama. “Había pensado irme a España, por tener familia y amigas de infancia –allá-, pero siempre pensaba que era muy lejos de Venezuela y que no quería estar tan lejos de mi familia”. 

Fue, precisamente, la distancia de más 7.200 kilómetros entre ella y su familia, lo que frustró sus planes de ‘cruzar el charco’. Así que se fue por la opción más cercana, sin alejarse mucho de su país, más allá de las fronteras que la separan de Venezuela, sigue atada a ella. 

“Agradezco el poder estar en un país cercano al mío, que me permite poder visitar a mi familia. Agradezco la receptividad, poder trabajar en algo que me gusta y que me permite ayudar a otras personas y agradezco por un gran círculo de amistad de venezolanos que tengo aquí y por haber puesto en mi camino una buena relación con alguien de este país que me abrió las puertas”. 

Cruzar la frontera y encontrar el amor

Del otro lado de la frontera también la esperaba el amor. “Mi novio es colombiano. Exactamente de Bogotá. Nos conocimos en el mismo gimnasio, en un momento de mi vida de mucha incertidumbre. A los días salimos por un café y fue una conexión de inmediata, aunque suene algo trillado –risas-. Desde ahí empezamos a hablarnos, a conocernos y han sido unos meses increíbles”. 

Lo que comenzó como una amistad, hoy es una relación de amor, que se solidifica con planes para el futuro: “ambos queremos muchas cosas en común que esperamos construir”. 

Planes que comprenden la posibilidad de visitar Venezuela y vivir una relación bicultural. “Mis costumbres y tradiciones no han cambiado, todo lo contrario, siempre quiero que conozca más de dónde vengo y cómo somos en Venezuela”. 

Entre los planes a futuro, Santiago ya tiene en su lista de cosas por hacer: Conocer Venezuela y, seguramente, comerse unas cuantas ‘Reinas pepiadas’: “Por supuesto, que me encantaría que conociera mi país y que entienda por qué hablo de Venezuela con tanto orgullo y amor. Él se muere por ir, así que entre nuestros planes estar ir juntos este año”. 

En la actualidad Grecia trabaja en coordinación y logística de una “fundación para niños migrantes venezolanos, que se dedica a recibir a los niños que aún no han logrado escolarizarse en Colombia por tema de papeles”. 

Dijo que en la fundación se les brinda educación gratuita y “el comedor para los niños que asisten. También, trabajo como community manager para otras empresas”, fue así como conoció a quien, hoy es su compañero de vida.