Rapea en los buses de Medellín. Fue en esta ciudad en la que se descubrió artista y sin miedo decidió dar a conocer su música, sus letras y composiciones con el sueño de cantar y ser escuchado por miles de personas.
Por Nora Sánchez – periodista Te lo Cuento News
Cuando eran pocos los venezolanos migrantes en Colombia, Daniel Medina Morales decidió venir a este país, eligió el destino por la cercanía con Venezuela y se radicó en Medellín porque luego de investigar sobre la ciudad le gustó su clima, su arquitectura, su gente y sobre todo su potencial musical y artístico.
En el año 2016 Daniel vivía en la península de Paraguaná, estado Falcón, estudiaba Idiomas, mención Inglés, en la Universidad Francisco de Miranda, estudios que congeló, pero además trabajaba de pizzero, empleo que le permitió reunir dinero para migrar.
Al día siguiente de llegar a Medellín salió a buscar empleo y lo encontró en La Minorista, luego trabajó en una panadería y posteriormente en un restaurante hasta que decidió volver a Venezuela a mediados del año 2017 por temas personales, pero regresó de nuevo a Medellín dispuesto a desarrollar una carrera artística.
La música siempre le ha gustado, ha escrito algunas canciones que no fueron públicas y desde el año 2017 junto a un paisano comenzó a cantar en los buses, combinaron letras y música y allí se dieron a conocer.
Hacerlo posible en otro país
Dánimo es el nombre artístico de Daniel, es la combinación de su nombre y el apellido de su madre, a quien honra porque no sólo fue quien lo crio a él y su hermana, sino que le debe ser la persona que es hoy día.
Es amante del rock y el rap y sus letras tienen contenido de protesta, reflexiones, conciencia y otras muy emotivas que identifican situaciones de las personas.
Rapea en los buses de Medellín. Tene rutas definidas. Se ha hecho amigo de los conductores quienes le permiten subir y cantar y jamás se imaginó que en Medellín pudiera desarrollarse artísticamente, pues no sólo ha cantado en buses, sino que además ha colaborado con temas musicales y videos que promueven la integración, la empatía y la solidaridad entre colombianos y venezolanos.
Le gustaba la música, pero no la desarrolló del todo en Venezuela y fue en Medellín que decidió perder el miedo y emprender su camino artístico.
“Muchos venezolanos empezaron a hacer cosas que jamás imaginaban que iban a hacer en su país y fluyeron unas cosas brutales, mejores, por ejemplo, yo, lo que me pasó con la música, tengo un amigo que jamás habría imaginado ser fotógrafo, otro que ha logrado desarrollar su música, han aprendido a hacer otras cosas que en Venezuela no hubiesen hecho”, dice orgulloso de quienes ven en la migración una oportunidad para conquistar sueños.
Aunque es amante del rock, Dánimo es un joven pausado, de ojos grandes y con tatuajes en sus brazos, él quiere ser escuchado por mucha gente, más allá de las personas que viajan en bus y que su música toque el corazón de las personas, “no puedo predecir el futuro, pero ojalá que mi música la escuchen miles de personas, en Colombia, en Venezuela, en cualquier lugar del mundo y eso es lo que tengo mentalizado”, asegura con mirada profunda como quien decreta ese momento que quiere vivir.