Llegó a la capital antioqueña a una fiesta del libro y encontró que se parecía a su hogar. Por eso, haciendo eco a la historia de Ulises, fundó allí su propia Ítaca.
Por Nora Sánchez – Te Lo Cuento News
La fiesta del Libro y la Cultura de Medellín del año 2016 prácticamente predijo el futuro de Rodnei Casares, un librero caraqueño, de alta estatura, moreno, ojos negros grandes y una barba muy bien cuidada a quien ya le rondaba en su cabeza la idea de mudarse de Venezuela.
Rodnei, inmerso en el mundo de los libros desde el año 2000, llegó a la ciudad de la eterna primavera no sólo a presentar su editorial, sino también a conversar del desarrollo de esta industria en Venezuela, en un salón de independientes. Durante su estadía en la feria y con la idea de mudarse, se decantó por esta ciudad porque “está bien, se parece mucho a Caracas, la gente es linda y además es una ciudad más económica que Bogotá”.
Los planes de la mudanza comenzaron en septiembre de 2016 y se cristalizaron en noviembre de ese mismo año, cuando junto a su familia decidió migrar “con maleta, televisor y el gato”.
Haber conocido libreros fue un punto de partida importante para Rodnei quien, ya instalado en Medellín, trabajó en la Librería Grammata. Su tiempo allí fue corto, apenas tres meses que le sirvieron para conocer personas, proveedores y sobre todo el gusto de la lectura del medellinense, “esos meses fueron como un postgrado”, dice este librero y editor, quien redondea en 100 los libros que se lee en un año.
De viaje, con tour y mapa incluido
Fue hasta el año pasado 2022 que Rodnei, el librero migrante, fundó su propia librería “Ítaca Librería-Bar”, inspirada en el poema del griego Constantino Cavafis que, a propósito de la Odisea de Ulises, habla del viaje, del transitar por la vida de principio a fin y el volver al origen.
El proyecto comenzó en la pandemia y junto con un amigo dibujó ideas de una librería pequeña que generara experiencias, en la cual se pueda tomar un trago. Así nació Ítaca Librería-Bar y hoy está asentada en una casa llamada Tinto de Verano del barrio Laureles de Medellín, donde además del librero confluyen otros emprendedores.
Rodnei, quien también maneja su editorial “Libros de Fuego” se ha dado a la tarea de promover tanto su librería como otras de Medellín a través de una idea genial como lo son los tours. Sí, tours de librerías que han hecho con él colombianos y migrantes en al menos 20 ocasiones. De esos tours nació la idea de hacer un mapa de las librerías de Medellín, información que recopiló y levantó Rodnei, la plasmó en papel y hoy está impreso el mapa de un encuentro, “Medellín y sus librerías”, en el que están reseñadas muchas de las librerías de la ciudad.
Los tours le permitieron a este librero caraqueño ganarse en el año 2022 el premio al Estímulo para el Arte y la Cultura que otorga la Alcaldía de Medellín, una experiencia importante para Rodnei Casares, ya que un venezolano mostró varias rutas de librerías a los colombianos.
De los tours, además de la motivación por la lectura, la integración a la sociedad de acogida, se han creado redes de amigos y grupos de lectura que Rodnei resalta porque ahora esas personas hasta desarrollan proyectos juntos.
Cuando dejó la “pendejada” del ego
En ese transitar de migrante, si bien es cierto que para este librero caraqueño ha sido un poco más fácil del que puede tener un migrante común que sale de su país sin conocidos, empleo y certidumbre sobre su futuro, no es menos cierto que también lo golpeó en su ego, como suele pasar con muchas personas.
Sin duda que a Rodnei en Medellín le faltaba el reconocimiento que tenía en Caracas, “cuando pasaba algo del libro me llamaban o me entrevistaban, la gente sabía quién era yo, aquí (Medellín) no pasaba tanto y el ego me jugó una mala pasada, pero después me olvidé de eso y seguí haciendo mis cosas”.
Cuando se concentró en lo suyo sin pensar en que no tenía reconocimiento, le empezaron a suceder cosas buenas. “Ahora soy parte de las referencias de Medellín, me llaman para cosas y creo que eso fue cuando hice a un lado esa pendejada del ego, de que fuera reconocido, caí en cuenta que ciertamente el ego es una pendejada, porque tú no necesitas ser reconocido, sino seguir haciendo lo que haces, lo que sabes hacer y lo que te gusta hacer”.
Hoy día Rodnei hace suyas las palabras de un jefe en Caracas cuando tenía 21 años y tuvo su primera librería a cargo, le dijo: “nunca te creas nada, ni las cosas buenas, ni las cosas malas, porque siempre o puedes estar mejor, o puedes estar peor” y “no te lo creas” es para mí: sigue trabajando para que vayan pasando otras cosas”.
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