Quería ejercer su carrera en Venezuela, pero las circunstancias lo llevaron a buscar futuro en México

Jesús Fagundez
Jesús Fagundez

Jesús Fagundez intentó, sin éxito, buscar trabajo en Venezuela y luego emprender. Ahora, con 26 años, es un cotizado relacionista público en Ciudad de México.

Por Keissy Bracho – Periodista Te Lo Cuento News

Su sueño, además de licenciarse en la carrera que le apasiona, era poder ejercerla en su país, pero, lamentablemente, las condiciones adversas le truncaron parte de su ilusión. Jesús Fagundez intentó emprender y, con ello, buscar una excusa para permanecer en Venezuela; no obstante, otra desilusión marcó sus pasos hacia Ciudad de México, donde hoy es gerente comercial y relacionista público de la agencia de relaciones públicas PR Management y de la agencia de management de celebridades Ink Entourage.

“Vivía en San Joaquín, estado Carabobo en Venezuela. Me gradué como Comunicador Social, mención Relaciones Públicas y Publicidad, en la Universidad Arturo Michelena. Siempre quise ejercer mi carrera, pero la realidad de mi país era otra”, recordó Jesús. 

Agregó: “Eso me frustró mucho. Fui uno de los pocos de mis amigos de adolescencia que se había quedado a culminar los estudios y no solo eso, me preparé muy bien. Empecé también una maestría e hice un programa de formación importante con tres universidades: la Católica Andrés Bello (UCAB), la Universidad Metropolitana y el IESA en Caracas, se llamaba Lidera”. 

Aunque la pandemia fue una fuente de frustración para muchos, para otros despertó la creatividad y ganas de emprender, así como sucedió con Jesús: “Lo que lo llevó a trabajar como comerciante al terminar sus estudios “abrí un market que se llamó Qué Papaya Market en Guacara, estado Carabobo, en el año 2021. Estábamos en plena pandemia. Después de graduarme de la universidad, quería poder tener una experiencia laboral importante con mi carrera y, lamentablemente, llegó la pandemia”. 

Aunque esto no era nuevo para él, ya que en el pasado había trabajado en el negocio familiar, de la mano de su padre: “Antes de mi emprendimiento, trabajé en diversos rubros, como comerciante con mi papá, que tenía una distribuidora de alimentos y en seguros internacionales. Luego de pandemia quise emprender, pero duró un año aproximadamente. Se me hizo complicado mantener mi negocio. Altos impuestos municipales, empezó una gran competencia en el sector y fue allí donde me atreví a empezar a buscar opciones laborales en el extranjero”. 

Hasta que se aventuró y recuerda que a veces parece difícil alcanzar los sueños, pero con determinación e insistencia se puede lograr. En su nueva aventura por Ciudad de México, lo acompaña un recuerdo de su infancia, que lo conecta con Venezuela a pesar de la distancia: “me traje mi primer peluche que regaló mi abuela, quien es una persona muy especial. Súper alegre, aunque tiene demencia senil, me hace recordar muchísimo a mis orígenes, a mi familia”. 

“No quería ser un refugiado”

Las desilusiones fueron haciendo mella en el espíritu de Jesús, lo que lo llevó a iniciar un proceso de investigación del mercado laboral en el extranjero: “Ya lo tenía como en mente el hecho de emigrar de Venezuela, pero no quería irme como refugiado o no quería irme, realmente, sin el poder volver a Venezuela cuando yo quisiese. Entonces, allí empecé a buscar opciones en México, Brasil, España y, realmente, tenía un poco la espinita de incursionar en las relaciones públicas, en todo lo que va en relación con la comunicación corporativa y también el entretenimiento, que va muy ligado, también, a mi carrera”. 

Dado que Venezuela no le ofrecía la oportunidad de trabajar en ello, buscó abrirse camino en las relaciones públicas “en otros países donde realmente hay marcas muy grandes y se puede desarrollar mucho más, y a nivel de entretenimiento si está sumamente limitada en Venezuela”. 

Su búsqueda se basó fundamentalmente en las redes sociales, como LinkedIn e Instagram. Recuerda que fue insistente, hasta que por fin la oportunidad llegó: “conseguí una oportunidad laboral en Ink Entourage, fue un proceso largo. Es la agencia donde trabajo actualmente y habían publicado una vacante, yo seguía a uno de los influencers que eran parte de la agencia y ahí empecé a seguir a la página y al manager, que es mi jefe”. 

Dicen que el que insiste, persiste y lo logra, así fue en el caso de Jesús: “Realmente, sí fui insistente porque yo dije me voy a atrever. Quiero realmente probar, insistir y si me quedo bien, si no, no perdí nada con intentarlo, aún tenía mi negocio en Venezuela, no iban las cosas muy bien, pero aún se mantenía, que había abierto en junio de 2021”. 

Hasta que, en diciembre de 2021, volvió a creer en la oportunidad de ejercer su carrera fuera de Venezuela. No obstante, para ese entonces, el Gobierno de México informó que comenzaría a solicitarle visa a los venezolanos que viajarán a su territorio, dada la alta demanda de inmigrantes que usan este país como trampolín para cruzar hacia Estados Unidos, y los que no lo logran han abarrotado los centros de acopio y calles aledañas a las trochas, que comunican con la nación gobernada por Joe Biden y donde aún se sentían los estragos de la política antiinmigrante de Donald Trump. 

“Fue en diciembre de 2021, fui insistente y en ese tiempo realmente no tuve las respuestas para que me dieran la oportunidad. En enero, por mi insistencia, logré que me entrevistaran, yo estaba un poco apurado porque a partir de enero iban a empezar a pedir visa a los venezolanos para poder venir a México. Mi entrevista fue un 25 de enero, ya el 21 nos pusieron el visado, no había nada que hacer”, acotó. 

El sueño alcanzado 

Recordó que en dicha entrevista le fue tan bien, que le aseguró un puesto en la empresa, pese a mantenerse en Venezuela y la nueva política de extranjería impuesta por México “di una muy buena respuesta y les gustó, quisieron apostar por mí.  Pensamos que el proceso iba a ser muy rápido, pero al ponernos visa la cosa se complicó, tenía que tramitar mi visa de empleo desde Venezuela”. 

“Empecé a trabajar de manera remota. Mi trámite migratorio duró un año porque aún faltaban unos papeles de la empresa. Me otorgaron la cita en Venezuela, llevé toda mi documentación y me dieron la visa. Me vine el 14 de febrero de este año, apenas tengo unos seis meses en México”, agregó.

No obstante, Jesús, sueña con algún día volver a su país donde dejó tantos quereres: “decidí emigrar para poder tener una mejor calidad de vida. Lamentablemente, le dejé el negocio a mis papás y el negocio quebró. Realmente, la situación es muy complicada en Venezuela. Mi papá, después de 10 años de tener su distribuidora, tuvo que cerrarla también. Lo que es un motivo más para estar acá, porque me toca la manutención en parte de mis papás y mis hermanos”.

“Es que yo emprendí, o sea, realmente no fue que me quise ir de inmediato, no. Yo sí aposté a Venezuela. Lamentablemente, las cosas no se dieron y ahí fue donde tomé la decisión de poder emigrar, porque le tenía más miedo al fracaso y al sentirme estancado. Yo tengo 26 años y no quería que me pasara la vida intentándolo y sobreviviendo. Sentía que en Venezuela se me estaban yendo los años”, puntualizó.

Pues, aunque digan que “soñar es gratis”, siempre tiene sus costos, como el dejar atrás a tus seres queridos, la zona de confort y lo conocido: “No es fácil llegar a un país nuevo y estar básicamente solo, porque no tengo familia acá. México es un país maravilloso, que abre las puertas a todos los migrantes. El mexicano es muy amable y muy cordial con todos. He hecho amigos, pero el estar lejos de la familia sí pega, aunque tengo poco tiempo de haber emigrado, tengo la ilusión siempre de volver. Mi experiencia ha sido sumamente gratificante, además puedo decir que cumplí un sueño. Tengo un trabajo de ensueño”. 

Ese trabajo de ensueño lo llevó a un mundo desconocido, pero fascinante: “Nunca me imaginé trabajando en el área del entretenimiento, con tantas celebridades, influencers, y haciendo tantas cosas que nunca me imaginé en tan poco tiempo. Los venezolanos tenemos algo, y es que somos muy preparados, resilientes por todo lo que tuvimos que pasar y vivir. Eso ha hecho que nuestros jefes acá y en otros países, valoren mucho el trabajo y el empeño que se hace y se pone”. 

“Por eso mi mensaje para todos los venezolanos es que Venezuela siempre va a estar en nuestro corazón. Venezuela no solamente representa nuestro territorio, sino que representa quienes somos cada uno y somos la representación de nuestro país donde quiera que estemos. Los sueños sí se pueden cumplir, a pesar de las circunstancias y las situaciones, somos y seremos siempre resilientes, un valor adquirido por todo lo que tuvimos que pasar, pero que nos hace ser personas humildes y centradas en las realidades. Nunca olvidemos a nuestro país, que tenemos una familia y amigos que dejamos allá”, concluyó Jesús.