Tres migrantes emprendedores se encontraron en una feria y se dieron cuenta de que sus productos se complementaban muy bien. Ahora le ofrecen a Colombia el sabor de su país.  

Por Nora Sánchez – Periodista Te Lo Cuento News 

“Hay que trabajar duro, hay que enfocarse porque sí se puede. Yo estoy feliz, no sé cuántas veces hice la maleta con la intención de regresarme”, dijo Evelyn Arenas, odontóloga, quien migró desde Caracas con la idea fija de no ejercer su profesión, pero sí de montar un restaurante.

Abrió junto a su esposo, que según dice ella es el chef, un restaurante de almuerzos tipo ejecutivo, pero la pandemia les obligó a cerrar. Preocupada porque no había ingresos durante los primeros meses de la pandemia, se las ingeniaron y la misma comida hecha en el restaurante la vendieron empacada al vacío. 

Su esposo era el domiciliario, recorrió las calles de Bogotá en bicicleta y le llevó el almuerzo a todo aquel que trabajó desde casa. La esencia de la comida que ofrecían en el restaurante se conservó muy bien empaquetada al vacío. Quien recibía su pedido, sólo debía disponer de 10 minutos para calentarla y degustar un plato como servido en el restaurante.

Evelyn y su esposo salieron a flote. La idea del almuerzo empaquetado les ayudó a sortear las consecuencias de la pandemia y meses después, hicieron alianzas que hoy día sellan con un punto de venta de comida venezolana.

Un trío más que sabroso 

En marzo de 2021 conocen al dueño de una marca venezolana de tequeños, llamada D-disimos y deciden trabajar en conjunto, Evelyn y su esposo hacen las empanadas congeladas y D-disimos los tequeños.

Los dos emprendedores venezolanos se juntaron y participaron en una feria. En el stand de al lado estaba otro emprendimiento venezolano de salsas, las personas compran empanadas y tequeños y se iban al stand de salsas a probarlas y degustarlas con sus productos.

En ese momento, los tres emprendimientos pensaron en juntarse, los tequeños y las empanadas no podían vivir sin la salsa y la salsa necesitaba de tequeños y empanadas para disfrutarla con más gusto.

“Nos unimos los tres, Bachaca Salsas, D-disimos y nosotros con las empanadas, tenemos un año juntos como empresa y empezamos a crecer increíblemente”, cuenta Evelyn con la alegría que se le refleja en su rostro.

Esta empresa de venezolanos ha generado empleos: cuentan con 25 trabajadores entre colombianos y venezolanos en la fábrica y otros más en un punto de venta físico, inaugurado hace pocos meses.

Pase y siéntese…

Bachaca Food House es la primera tienda de los tres empresarios venezolanos, la misma es una experiencia y una vitrina del país de origen.

En ese espacio puedes comer tequeños, salsas, empanadas y hasta cachitos de jamón. Este último producto lo introdujeron recientemente en la carta. Evelyn dice que sus clientes “lo aman con locura”.

A Bachaca Food House puedes no sólo ir a comer, sino también a trabajar, a ver un partido de fútbol y a pasar un rato agradable. Los emprendedores están ubicados en la calle 113 #7-80 local 2, torre Teleport, Bogotá.

Aunque estos emprendedores son migrantes, el 70% de la clientela es colombiana, la población de acogida ha sido receptiva con los sabores venezolanos, y las salsas, tequeños y empanadas se encuentran además en cadenas de supermercados y farmacias grandes en toda Colombia.

Evelyn está muy satisfecha por lo que ella y su esposo han logrado al unirse al sueño de otros connacionales, dice con firmeza que migrar no es fácil. “Llegamos aquí sólo para comprar el restaurante. Pensábamos que íbamos a vivir más fácil y la verdad es que ha sido muy duro, pero hemos crecido. Con trabajo duro se ha logrado”.

Hoy Evelyn ríe cuando recuerda las veces que quiso hacer la maleta y regresar a Venezuela.