El papa Francisco aprovechó su participación en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), en Panamá, para referirse a la situación migratoria que se ve en todo el mundo y específicamente enviar un mensaje al pueblo venezolano. “Queremos ser la Iglesia (…) que no estigmatice y menos generalice en la más absurda e irresponsable condena de identificar a todo emigrante como portador de mal social”, dijo el líder católico.
Desde su llegada el pasado miércoles hasta el fin de su vista este lunes, Francisco hizo referencia a que se debe propiciar en todo el mundo “una cultura que sepa acoger, proteger, promover e integrar” a los migrantes.
Acerca de Venezuela, el papa pidió una solución sensata para resolver la crisis humanitaria y política que vive el país y que ya ha expulsado a más de — millones de venezolanos según la Organización de Naciones Unidas (ONU). “Pido que se busque y se logre una solución justa y pacífica para superar la crisis, respetando los derechos humanos y deseando exclusivamente el bien de todos los venezolanos”, sostuvo el pontífice.
Este lunes, antes de que despegara su vuelo de vuelta a Italia, el papa fue cuestionado acerca de la coyuntura política que atraviesa Venezuela a lo que respondió que no entraría a opinar en ese caso particular. “Si yo entrara a decir hagan caso a estos países o a estos otros, me metería en un rol que no conozco, sería una imprudencia pastoral de mi parte y haría daño”. Seguidamente Francisco se dedicó a recordar que se debe ayudar al pueblo venezolano y admitió que teme por el incremento del conflicto y “el derramamiento de sangre” en Venezuela. “El problema de la violencia a mí me aterra”, confesó.
Por: Proyecto Migración Venezuela @MigraVenezuela