La joven barranquillera que retrata la migración

Una estudiante colombiana radicada en Washington convirtió sus imágenes en una herramienta para sensibilizar frente al impacto de la migración venezolana en su ciudad natal. | Por: MARIANNA BONILLA


Marianna Bonilla habla de la migración desde su propia experiencia.
 Hace dos años empacó maletas y se fue a Washington para estudiar su bachillerato. Esta hija de padre bogotano y madre barranquillera asegura que ser migrante la hizo más sensible frente a las situaciones difíciles de los demás. Por eso, desde hace un año trabaja con Vamos, un programa de voluntariado en el que estudiantes como ella dedican sus sábados a enseñar inglés y a prestar apoyo escolar a niños migrantes de Centroamérica y Sudamérica. 

“Además de hacer tutoría, este trabajo me ha permitido conectarme con muchos de los niños y conocer sus historias”. dice. Así, a sus 15 años, Marianna se acercó más a la fotografía, que pasó de ser su pasatiempo a una forma para expresar lo que ve en esas jornadas con los migrantes. “Cuando nosotros hablamos de la migración debemos tener en cuenta que esto, a lo que nosotros llamamos una crisis, es a lo que muchos migrantes y refugiados llaman su vida”.

La joven barranquillera que retrata la migración
La joven barranquillera que retrata la migración Marianna Bonilla habla de la migración desde su propia experiencia. Hace dos años empacó maletas y se fue a Washington para estudiar su bachillerato. Esta hija de padre bogotano y madre barranquillera asegura que ser migrante la hizo más sensible frente a las situaciones difíciles de los demás. Por eso, desde hace un año trabaja con Vamos, un programa de voluntariado en el que estudiantes como ella dedican sus sábados a enseñar inglés y a prestar apoyo escolar a niños migrantes de Centroamérica y Sudamérica.
La joven barranquillera que retrata la migración
La joven barranquillera que retrata la migración Marianna Bonilla habla de la migración desde su propia experiencia. Hace dos años empacó maletas y se fue a Washington para estudiar su bachillerato. Esta hija de padre bogotano y madre barranquillera asegura que ser migrante la hizo más sensible frente a las situaciones difíciles de los demás. Por eso, desde hace un año trabaja con Vamos, un programa de voluntariado en el que estudiantes como ella dedican sus sábados a enseñar inglés y a prestar apoyo escolar a niños migrantes de Centroamérica y Sudamérica.

Para Marianna, el juego entre los colores y el blanco y negro es una forma de mostrar cómo los prejuicios determinan la forma en que los locales ven a los migrantes. | © MARIANNA BONILLA

Enfocar lo que pasa en su tierra

Durante una de sus visitas a Colombia, Marianna vio que la migración no es solo lo que pasa en Estados Unidos con los centroamericanos que buscan asilo o los sirios que arriesgan su vida para llegar a Europa. Barranquilla, su ciudad, es un destino para miles de venezolanos y colombianos retornados que buscan un mejor futuro en la capital del Atlántico.

La joven barranquillera que retrata la migración
La joven barranquillera que retrata la migración Marianna Bonilla habla de la migración desde su propia experiencia. Hace dos años empacó maletas y se fue a Washington para estudiar su bachillerato. Esta hija de padre bogotano y madre barranquillera asegura que ser migrante la hizo más sensible frente a las situaciones difíciles de los demás. Por eso, desde hace un año trabaja con Vamos, un programa de voluntariado en el que estudiantes como ella dedican sus sábados a enseñar inglés y a prestar apoyo escolar a niños migrantes de Centroamérica y Sudamérica.

Su experiencia como migrante en Estados Unidos acercó a Marianna a las realidades de las personas que cruzan fronteras en busca de mejores oportunidades. | © MARIANNA BONILLA

De la mano del padre Cyrilo Swinne y su Fundación Centro Educativo de Habilitación y Rehabilitación Integral San Camilo, la joven fotógrafa conoció Villa Caracas, un sector donde viven más de tres mil personas. “Durante la visita lo que más me impactó fue ver a tantas personas con muchas dificultades pero con una gran sonrisa”, recuerda. “Me dediqué a escucharlos e intenté conocer un poco sus historias y les pregunté si les podía tomar unas fotos”. Al revisar el material de ese día, Marianna encontró una nueva oportunidad para utilizar el color y el blanco y negro“El color en mis fotos busca resaltar a la persona y su historia, en contraste con los estereotipos y miedos que muchas personas tienen frente a los migrantes”.

La joven barranquillera que retrata la migración
La joven barranquillera que retrata la migración Marianna Bonilla habla de la migración desde su propia experiencia. Hace dos años empacó maletas y se fue a Washington para estudiar su bachillerato. Esta hija de padre bogotano y madre barranquillera asegura que ser migrante la hizo más sensible frente a las situaciones difíciles de los demás. Por eso, desde hace un año trabaja con Vamos, un programa de voluntariado en el que estudiantes como ella dedican sus sábados a enseñar inglés y a prestar apoyo escolar a niños migrantes de Centroamérica y Sudamérica.

Las fotogradía de Marianna también retratan la cotidianidad de las familias migrantes y sus esfuerzos por ofrecerles a los niños ambientes que los hagan sentir como en casa, a pesar de las dificultades. | © MARIANNA BONILLA

Pienso que cada vez más vemos el mundo en blanco y negro. Asociamos a las personas con estereotipos y juzgamos al migrante sin conocer su historia. 

Por: Sara Prada @pradasaraca